Un grupo de siete diputados del Partido Laborista británico anunció este lunes que deja la agrupación, principal fuerza de oposición en Reino Unido, por su desacuerdo con la gestión del líder del partido, Jeremy Corbyn, frente al Brexit y las reiteradas acusaciones de comportamientos antisemitas.
"Esta ha sido una decisión muy difícil, dolorosa pero necesaria", dijo una de las diputadas, Luciana Berger, en rueda de prensa en Londres.
En el grupo figura también el diputado rebelde Chuka Umunna, que encabeza la campaña a favor de un segundo referéndum para detener a Brexit y en su momento había sido considerado como posible líder del partido de centro-izquierda británico.
"La conclusión es esta: la política está rota, pero no tiene que ser así, cambiémosla", lanzó Umunna anunciando que formaban un nuevo grupo parlamentario.
Muchos electores laboristas, particularmente en el norte de Inglaterra, votaron por abandonar la Unión Europea en el referéndum de 2016. Pero la mayoría de sus diputados y adherentes están a favor de permanecer en el bloque, lo que ha desatado fuertes tensiones internas, como también ha ocurrido en el gubernamental Partido Conservador.
Mike Gapes, otro diputado del grupo de dimitentes aseguró estar "furioso con que la dirección laborista sea cómplice facilitando el Brexit", mientras su colega Chris Leslie afirmó abandonar el partido debido a la "traición del laborismo a Europa".
"El partido al que nos unimos ya no es el mismo, ha sido secuestrado por la extrema izquierda", denunció Leslie.
La principal fuerza de oposición en Reino Unido enfrenta además desde hace meses acusaciones de "delitos de odio antisemita" que llevaron a la apertura de una investigación policial en noviembre. Berger tuvo palabras muy duras para denunciar que la formación se ha vuelto "institucionalmente antisemita". "Ahora me da vergüenza representar al Partido Laborista", afirmó.
"Estoy dejando atrás una cultura de acoso, intolerancia e intimidación", agregó.
Tras su elección al frente del partido en septiembre de 2015, su líder Jeremy Corbyn, defensor de la causa palestina, fue tachado de antisemita. Para atajar un escándalo que no dejaba de crecer, la dirección hizo dimitir a varios de sus miembros por haber hecho declaraciones antisemitas. Sin embargo, Corbyn, representante del sector más izquierdista de la formación, sigue siendo acusado de no actuar con suficiente dureza ante los comentarios contra los judíos. Le puede interesar: Defendían a rabiar el “brexit” y ahora temen salir de la UE
Las acusaciones de antisemitismo ya habían llevado a la dimisión de un diputado a finales de verano, Frank Fiel, que rompió el carné del partido y acusó a la dirección de "no hacer nada ante el deterioro de nuestros valores fundamentales".
Los diputados renunciantes, que llamaron a otros a seguir su ejemplo y sumarse al nuevo grupo, expresaron asimismo su desacuerdo con la decisión de Corbyn de no respaldar la convocatoria de un segundo referéndum sobre el Brexit.
Sus dimisiones no cambian fundamentalmente la relación de fuerzas en la Cámara de los Comunes, dejando al Partido Laborista con 249 de los 650 escaños, frente a la débil mayoría de Theresa May, que cuenta con 317 diputados conservadores más 10 del pequeño partido unionista norirlandés DUP.
Pero debilitan al laborismo en un momento en que su dirección intenta aprovechar electoralmente las dificultades de la primera ministra conservadora para hacer adoptar su acuerdo de salida de la UE.
Corbyn se declaró "decepcionado" de "que estos diputados se hayan sentido incapaces de seguir trabajando en las políticas laboristas que inspiraron a millones de personas en las últimas elecciones".
"El gobierno conservador está metiendo la pata con el Brexit, mientras que el Partido Laborista ha establecido un plan alternativo unificador y creíble", agregó el líder de la formación, que recientemente propuso a May darle su apoyo si optaba por un Brexit que permita la permanencia del país en la unión aduanera europea.
"Las dimisiones y los discursos de hoy confirman (...) que el Partido Laborista ha cambiado irreversiblemente bajo la dirección de Jeremy Corbyn", reaccionó el presidente del Partido Conservador, Brandon Lewis.
Los siete diputados constituirán el Grupo Independiente en la Cámara de los Comunes, una agrupación que, según comunicaron, se comprometerá a promover una política "basada en los hechos, no impulsada por la ideología", por lo que votará caso por caso en el Parlamento. Los diputados, críticos desde hace tiempo con la línea socialdemócrata de Corbyn, abogan por "tener una perspectiva a largo plazo sobre los retos del siglo XXI en el interés nacional, en lugar de estar encerrados en las viejas políticas partidistas del siglo XX", según la declaración.
En su opinión, ninguna de las formaciones representadas en los Comunes "puede proporcionar ni el liderazgo ni la dirección que el país necesita", mientras que ellos buscarán "reconocer el valor del debate sano" y "mostrar tolerancia hacia las diferentes opiniones", a fin de "construir consenso".
Esta renuncia evoca otra protagonizada por esta formación en 1981, cuando cuatro diputados se marcharon para formar el Partido Democrático y Social (SDP), que eventualmente se convirtió en el actual Partido Liberal Demócrata. Las reacciones de las Juventudes Laboristas no tardaron en llegar, y les tildaron de "cobardes" y "traidores". La parlamentaria Lisa Nandy, miembro de la agrupación de izquierda, afirmó que es "un día horrible para el Partido Laborista y todo el mundo" que lo necesita. Lea también: "Trump habría manejado mejor el brexit": ciudadano británico
Aprietos del lado de May
El conservador proeuropeo Dominic Grieve advirtió que más de una docena de altos cargos del Gobierno británico pueden dimitir en dos semanas si la primera ministra, Theresa May, no ha aprobado para entonces un acuerdo del "brexit" ni ha descartado una ruptura abrupta con la Unión Europea (UE).Grieve, que fue abogado general del Estado en el Ejecutivo de David Cameron, entre 2010 y 2014, sugirió que en la votación parlamentaria prevista para el próximo día 27 algunos conservadores pueden tratar de forzar una extensión del plazo para abandonar la UE más allá de la fecha límite del 29 de marzo.
La laborista Yvette Cooper ya ha avanzado que presentará una enmienda que puede bloquear un "brexit" no negociado si recibe el respaldo mayoritario de la Cámara de los Comunes. Diversos conservadores proeuropeos con cargos en el Gobierno se pronunciaron hoy contra una salida abrupta que, según el Banco de Inglaterra, puede desencadenar una recesión económica en el Reino Unido.
Del otro lado, los conservadores euroescépticos, continúan presionando a May para que mantenga sobre la mesa la opción de una ruptura abrupta, un escenario que podría perjudicar a ambos lados del Canal de la Mancha, al considerar que es una baza negociadora favorable al Reino Unido en el diálogo con Bruselas.
La líder conservadora en los Comunes, Andrea Leadsom, quitó hierro a la posibilidad de dimisiones en el Gobierno en las próximas semanas. "Las dimisiones en un Ejecutivo ocurren. La gente tiene opiniones muy profundas acerca de salir o quedarse en la Unión Europea. Es un asunto individual", consideró.
"La primera ministra va a seguir adelante. Continúa tratando de obtener esos cambios legalmente vinculantes a la salvaguarda norirlandesa que permitirán que el Parlamento apruebe el acuerdo", agregó Leadsom.
Según medios británicos, la jefa de Gobierno prevé volver a Bruselas durante esta semana para continuar intentando modificar el tratado de salida que se selló el pasado noviembre. La mandataria conservadora confía en obtener cambios en la controvertida salvaguarda norirlandesa, el principal escollo que llevó al Parlamento británico a rechazar el texto hace un mes por una amplia mayoría.