Erdogan compara a las autoridades griegas con los nazis por el trato a migrantes

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que el trato de las fuerzas de seguridad de Grecia hacia los refugiados que llegan a territorio griego es comparable con las “atrocidades realizadas por los nazis” en la Segunda Guerra Mundial. La declaración del líder turco añade más leña al fuego a unas ya trastocadas relaciones entre los gobiernos de Ankara y Atenas, golpeadas desde que Erdogan decidió abrir sus fronteras para que miles de migrantes cruzaran hacia Europa.

“No hay diferencia con lo que hicieron los nazis y las imágenes de la frontera (griega)”, dijo Erdogan a un grupo de parlamentarios del Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP). Según el líder turco, las fuerzas griegas habrían matado ya a dos migrantes y herido a otros 1.000, cuando estos trataban de ingresar a su territorio.

Para algunas organizaciones internacionales, la respuesta del gobierno griego no ha sido humanitaria. Las fuerzas griegas han recibido a los migrantes con gases lacrimógenos y cañones de agua para evitar que atraviesen los puntos fronterizos. Según informó el gobierno local, se han impedido más de 42.000 entradas ilegales en las últimas dos semanas, pero se ha rechazado tajantemente las acusaciones sobre maltrato a los refugiados.

Erdogan, por otro lado, ha sido acusado de usar a los migrantes como una carta política para presionar a la Unión Europea a que intervenga en la guerra en Siria. “Continuaremos la medida actual en nuestras fronteras hasta que todas nuestras expectativas se cumplan correctamente”, dijo el presidente turco haciendo hincapié en las exigencias sobre el conflicto sirio.

La tensión entre Grecia y Turquía no es nueva. Desde 1967, los dos países han estado a punto de entrar en guerra debido a puntos variados como la exploración energética en el Mediterráneo, los refugiados y a disputas sobre los límites marítimos. El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha sido respaldado por representantes de la Unión Europea, como los cancilleres de Alemania y Austria y la propia presidenta de la comisión de la UE, Ursula von der Leyen, quien dijo que Grecia había sido el “escudo de Europa” frente a la crisis. Vea también: Migrantes en Grecia y coronavirus dominan los 100 primeros días de von der Leyen

Los contactos entre Ankara y Bruselas se han intensificado luego de que Erdogan se quejó de la falta de respaldo de Europa a la presencia militar turca en la región siria de Idlib y a la gestión de la crisis migratoria.

Sin embargo, el presidente turco declaró este miércoles que su país mantiene por el momento abiertas sus fronteras con la Unión Europea para que crucen a territorio comunitario muchos de los refugiados que están en Turquía.

“Decidimos no detener a aquellos que querían ir a Europa. Los alimentamos y vestimos durante nueve años. Ahora quieren ir a Europa y no los detenemos. (La Unión Europea) pensaba que estaba bromeando. Ahora lo ven”, dijo Erdogan en unas declaraciones retransmitidas por CNNTürk.

Turquía y la UE acordaron el lunes en Bruselas un proceso de consultas para aclarar cómo se está aplicando el acuerdo migratorio por el que Ankara se comprometió a mantener en su territorio a demandantes de asilo a cambio de 6.000 millones de euros de fondos comunitarios para atenderlos. Erdogan detalló que la frontera turca seguirá abierta hasta que Bruselas decida abrir nuevos capítulos de la negociación de adhesión de Turquía a la UE.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que el trato de las fuerzas de seguridad de Grecia hacia los refugiados que llegan a territorio griego es comparable con las “atrocidades realizadas por los nazis” en la Segunda Guerra Mundial. La declaración del líder turco añade más leña al fuego a unas ya trastocadas relaciones entre los gobiernos de Ankara y Atenas, golpeadas desde que Erdogan decidió abrir sus fronteras para que miles de migrantes cruzaran hacia Europa.

“No hay diferencia con lo que hicieron los nazis y las imágenes de la frontera (griega)”, dijo Erdogan a un grupo de parlamentarios del Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP). Según el líder turco, las fuerzas griegas habrían matado ya a dos migrantes y herido a otros 1.000, cuando estos trataban de ingresar a su territorio.

Para algunas organizaciones internacionales, la respuesta del gobierno griego no ha sido humanitaria. Las fuerzas griegas han recibido a los migrantes con gases lacrimógenos y cañones de agua para evitar que atraviesen los puntos fronterizos. Según informó el gobierno local, se han impedido más de 42.000 entradas ilegales en las últimas dos semanas, pero se ha rechazado tajantemente las acusaciones sobre maltrato a los refugiados.

Erdogan, por otro lado, ha sido acusado de usar a los migrantes como una carta política para presionar a la Unión Europea a que intervenga en la guerra en Siria. “Continuaremos la medida actual en nuestras fronteras hasta que todas nuestras expectativas se cumplan correctamente”, dijo el presidente turco haciendo hincapié en las exigencias sobre el conflicto sirio.

La tensión entre Grecia y Turquía no es nueva. Desde 1967, los dos países han estado a punto de entrar en guerra debido a puntos variados como la exploración energética en el Mediterráneo, los refugiados y a disputas sobre los límites marítimos. El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha sido respaldado por representantes de la Unión Europea, como los cancilleres de Alemania y Austria y la propia presidenta de la comisión de la UE, Ursula von der Leyen, quien dijo que Grecia había sido el “escudo de Europa” frente a la crisis. Vea también: Migrantes en Grecia y coronavirus dominan los 100 primeros días de von der Leyen

Los contactos entre Ankara y Bruselas se han intensificado luego de que Erdogan se quejó de la falta de respaldo de Europa a la presencia militar turca en la región siria de Idlib y a la gestión de la crisis migratoria.

Sin embargo, el presidente turco declaró este miércoles que su país mantiene por el momento abiertas sus fronteras con la Unión Europea para que crucen a territorio comunitario muchos de los refugiados que están en Turquía.

“Decidimos no detener a aquellos que querían ir a Europa. Los alimentamos y vestimos durante nueve años. Ahora quieren ir a Europa y no los detenemos. (La Unión Europea) pensaba que estaba bromeando. Ahora lo ven”, dijo Erdogan en unas declaraciones retransmitidas por CNNTürk.

Turquía y la UE acordaron el lunes en Bruselas un proceso de consultas para aclarar cómo se está aplicando el acuerdo migratorio por el que Ankara se comprometió a mantener en su territorio a demandantes de asilo a cambio de 6.000 millones de euros de fondos comunitarios para atenderlos. Erdogan detalló que la frontera turca seguirá abierta hasta que Bruselas decida abrir nuevos capítulos de la negociación de adhesión de Turquía a la UE.