La crisis por elegir a los altos cargos de la Unión Europea
La renovación institucional de todos los altos cargos de la Unión Europea (UE) no ha sido un proceso fácil. Los líderes europeos intentan nuevamente este domingo (por cuarta vez en menos de dos meses) designar al nuevo presidente de la Comisión Europea para evitar una crisis institucional en el bloque.
- AFP
Los líderes europeos intentan este domingo por cuarta vez en menos de dos meses designar al nuevo presidente de la Comisión Europea, una designación que desbloquearía el resto de altos cargos y alejaría una eventual crisis institucional en el bloque.
(En contexto: Comenzó la apuesta por el futuro de la Unión Europea)
"Vista la forma en que se presentan las cosas, no serán conversaciones muy fáciles, por decirlo suavemente", dijo la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, al llegar a la cumbre en Bruselas, expresando su voluntad de ser "constructiva".
Diez días después de fracasar en un nuevo intento de consensuar un nombre, la solución podría pasar por que la familia política de Merkel, el Partido Popular Europeo (PPE, derecha) apoye el candidato de los socialdemócratas, Frans Timmermans.
El aspirante del PPE al cargo, el alemán Manfred Weber, habría renunciado, al no haber reunido la mayoría necesaria en la cumbre de la semana pasada, pero con condiciones, indicaron a la AFP su entorno y varias fuentes de su partido.
(Le recomendamos: ¿Cómo elige la Unión Europea a sus líderes?)
La condición sería obtener el apoyo del resto de familias políticas para ser escogido el próximo miércoles presidente de la Eurocámara, un paso que requiere los votos del PPE (182 escaños) y socialdemócratas (154), así como de liberales (108) o verdes (75).
El paso atrás de Weber permitiría saber si Timmermans, actual primer vicepresidente de la Comisión, puede obtener la mayoría requerida tanto en la Eurocámara (376 escaños) como en el Consejo Europeo (al menos 21 de los 28 países que representen al menos el 65% de la población).
Aunque sin dar detalles, el jefe del Consejo Europeo, Donald Tusk, aseguró este domingo a los líderes de los grupos políticos en la Eurocámara que sondeará en la noche a los mandatarios sobre un socialdemócrata para presidir la Comisión, según fuentes coincidentes.
(Ver más: Margrethe Vestager, la primera mujer que podría liderar la Unión Europea)
Sin embargo, Tusk no lo tendrá fácil. Los primeros ministros de Hungría, Viktor Orban; de Polonia, Mateusz Morawiecki; y República Checa, Andrej Babis, ya expresaron su rechazo a Timmermans, por lo que podría constituir una minoría de bloqueo si se les suman otros países.
"Timmermans no es un candidato de compromiso, es un candidato muy divisivo, no entiende Europa central", dijo el dirigente de Polonia, país al que la Comisión abrió un duro proceso infractor, con Timmermans como vicepresidente, por sus controvertidas reformas judiciales.
Los otros cargos en juego
Además del titular de la Comisión, los líderes deben escoger al sucesor de Tusk, al jefe de la diplomacia europea y al presidente del Banco Central Europeo (BCE), designaciones que afectan a la elección del líder de la Eurocámara por los equilibrios geográficos y de género necesarios.
(Le puede interesar: ¿Qué piensan del "brexit" los dos candidatos conservadores que pueden reemplazar a May?)
"Nos corresponde cubrir cuatro puestos. Para mí, se necesitan dos mujeres y dos hombres y se necesitan personalidades de Europa del Este", aseguró el presidente francés, Emmanuel Macron, quien mantuvo bilaterales con varios de sus pares antes de la cumbre.
El objetivo de los líderes es intentar alcanzar un acuerdo este domingo o el lunes por la mañana como muy tarde, antes de que los eurodiputados escojan el miércoles quién presidirá sus sesiones y redefinan así las combinaciones para el reparto de altos cargos.
Ante este escenario, los interlocutores consultados por AFP prefieren claramente la cautela. "Soy incapaz de decir como esto va a terminar el domingo. Todo puede hundirse y afectar la elección del presidente del Parlamento", dijo un dirigente del PPE.
(Puede leer: Europeístas le ganan el pulso a los populistas de derecha)
La clave de la designación de Timmermans la podrían tener los liberales, que reclaman, como el PPE, la presidencia del Consejo, un cargo de mucho más peso en el reparto de altos cargos, y no habrían lanzado todavía ningún nombre para hacerse eventualmente con la diplomacia europea.
El primer ministro belga, Charles Michel, suena como candidato al Consejo por los liberales, mientras que, por el PPE, el presidente rumano, Klaus Iohannis, sonaría también como sucesor de Tusk, y la búlgara Kristalina Georgieva, como posible jefa de la diplomacia.
A su vez, la liberal danesa Margrethe Vestager podría convertirse en primera vicepresidenta del ejecutivo comunitario en Bruselas, lo que equilibraría la repartición de los cargos.
De acuerdo con conocedores de las negociaciones, Francia no se opone a esta solución ya que le permitiría disputar la presidencia del Banco Central europeo.
Si la candidatura de Timmermans fracasa, los liberales propondrán a Vestager para presidir la Comisión, que no tendría el apoyo ni de los socialdemócratas ni del PPE. Estos últimos propondrían entonces a otro candidato
El Grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia) vería con buenos ojos la nominación del francés Michel Barnier, negociador del Brexit y miembro del PPE, aunque se trata de un nombre que Alemania rechaza de forma categórica, de acuerdo con negociadores.
Los líderes europeos intentan este domingo por cuarta vez en menos de dos meses designar al nuevo presidente de la Comisión Europea, una designación que desbloquearía el resto de altos cargos y alejaría una eventual crisis institucional en el bloque.
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"Vista la forma en que se presentan las cosas, no serán conversaciones muy fáciles, por decirlo suavemente", dijo la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, al llegar a la cumbre en Bruselas, expresando su voluntad de ser "constructiva".
Diez días después de fracasar en un nuevo intento de consensuar un nombre, la solución podría pasar por que la familia política de Merkel, el Partido Popular Europeo (PPE, derecha) apoye el candidato de los socialdemócratas, Frans Timmermans.
El aspirante del PPE al cargo, el alemán Manfred Weber, habría renunciado, al no haber reunido la mayoría necesaria en la cumbre de la semana pasada, pero con condiciones, indicaron a la AFP su entorno y varias fuentes de su partido.
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La condición sería obtener el apoyo del resto de familias políticas para ser escogido el próximo miércoles presidente de la Eurocámara, un paso que requiere los votos del PPE (182 escaños) y socialdemócratas (154), así como de liberales (108) o verdes (75).
El paso atrás de Weber permitiría saber si Timmermans, actual primer vicepresidente de la Comisión, puede obtener la mayoría requerida tanto en la Eurocámara (376 escaños) como en el Consejo Europeo (al menos 21 de los 28 países que representen al menos el 65% de la población).
Aunque sin dar detalles, el jefe del Consejo Europeo, Donald Tusk, aseguró este domingo a los líderes de los grupos políticos en la Eurocámara que sondeará en la noche a los mandatarios sobre un socialdemócrata para presidir la Comisión, según fuentes coincidentes.
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Sin embargo, Tusk no lo tendrá fácil. Los primeros ministros de Hungría, Viktor Orban; de Polonia, Mateusz Morawiecki; y República Checa, Andrej Babis, ya expresaron su rechazo a Timmermans, por lo que podría constituir una minoría de bloqueo si se les suman otros países.
"Timmermans no es un candidato de compromiso, es un candidato muy divisivo, no entiende Europa central", dijo el dirigente de Polonia, país al que la Comisión abrió un duro proceso infractor, con Timmermans como vicepresidente, por sus controvertidas reformas judiciales.
Los otros cargos en juego
Además del titular de la Comisión, los líderes deben escoger al sucesor de Tusk, al jefe de la diplomacia europea y al presidente del Banco Central Europeo (BCE), designaciones que afectan a la elección del líder de la Eurocámara por los equilibrios geográficos y de género necesarios.
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"Nos corresponde cubrir cuatro puestos. Para mí, se necesitan dos mujeres y dos hombres y se necesitan personalidades de Europa del Este", aseguró el presidente francés, Emmanuel Macron, quien mantuvo bilaterales con varios de sus pares antes de la cumbre.
El objetivo de los líderes es intentar alcanzar un acuerdo este domingo o el lunes por la mañana como muy tarde, antes de que los eurodiputados escojan el miércoles quién presidirá sus sesiones y redefinan así las combinaciones para el reparto de altos cargos.
Ante este escenario, los interlocutores consultados por AFP prefieren claramente la cautela. "Soy incapaz de decir como esto va a terminar el domingo. Todo puede hundirse y afectar la elección del presidente del Parlamento", dijo un dirigente del PPE.
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La clave de la designación de Timmermans la podrían tener los liberales, que reclaman, como el PPE, la presidencia del Consejo, un cargo de mucho más peso en el reparto de altos cargos, y no habrían lanzado todavía ningún nombre para hacerse eventualmente con la diplomacia europea.
El primer ministro belga, Charles Michel, suena como candidato al Consejo por los liberales, mientras que, por el PPE, el presidente rumano, Klaus Iohannis, sonaría también como sucesor de Tusk, y la búlgara Kristalina Georgieva, como posible jefa de la diplomacia.
A su vez, la liberal danesa Margrethe Vestager podría convertirse en primera vicepresidenta del ejecutivo comunitario en Bruselas, lo que equilibraría la repartición de los cargos.
De acuerdo con conocedores de las negociaciones, Francia no se opone a esta solución ya que le permitiría disputar la presidencia del Banco Central europeo.
Si la candidatura de Timmermans fracasa, los liberales propondrán a Vestager para presidir la Comisión, que no tendría el apoyo ni de los socialdemócratas ni del PPE. Estos últimos propondrían entonces a otro candidato
El Grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia) vería con buenos ojos la nominación del francés Michel Barnier, negociador del Brexit y miembro del PPE, aunque se trata de un nombre que Alemania rechaza de forma categórica, de acuerdo con negociadores.