Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas, se encontraba en la provincia de Bohol pronunciando un discurso durante un acto de campaña electoral, cuando una asistente lo interrumpió intentando quitarle algo del hombro. El mandatario, que la miró asombrado (y un poco molesto) notó que tenía una cucaracha caminándole por el hombro.
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Muy a su estilo, decidió darle un manotazo al animal para quitarlo de su cuerpo; y no desaprovechó el momento para lanzar un chiste contra sus opositores: “Ese es el partido Liberal. Eso es seguro. Claramente lo vieron desde ahí”, aseguró haciendo alusión al insecto.
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Su pulla contra los opositores no es fortuita, ya que Filipinas se prepara para las elecciones de medio mandato que se celebrarán el próximo lunes, en las que Duterte tiene la posibilidad de fortalecer el Senado para darle una oportunidad a sus polémicas propuestas. Por eso, desprestigiar a los otros partidos tiene sentido para él.
El Senado ha sido una institución que ha desempeñado un papel clave desde hace tres años para bloquear algunas de las iniciativas más controvertidas del mandatario.
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Aunque ha sido criticado por varios países del mundo debido a sus violentas propuestas políticas para combatir el narcotráfico (como bajar la responsabilidad penal de 15 a 12 años o el restablecimiento de la pena de muerte), el abogado y exfiscal de 74 años sigue siendo muy popular en el archipiélago por su misma “franqueza”.
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Algunos filipinos continúan viéndolo como un recurso creíble ante la ineficiencia de las élites políticas tradicionales.
Por - Redacción Internacional
