El asesinato del ex primer ministro japonés Shinzō Abe, cometido por un hombre resentido con la Iglesia de la unificación, conocida como la secta Moon, puso de relieve los nexos políticos de esa controvertida organización.
Según la policía, Tetsuya Yamagami atacó a Abe por considerar que apoyaba a “cierto grupo” al cual su madre había hecho grandes donaciones. En una carta publicada por la prensa local, Yamagami acusó a Abe de apoyar a la Iglesia de la unificación, que, por su lado, confirmó que la madre del asesino era una de sus fieles. Exseguidores, abogados y académicos que estudian a la secta Moon dicen que los detalles reportados sobre la familia de Yamagami coinciden con un patrón común en Japón.
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La madre de él se habría unido a la iglesia tras el suicidio de su esposo y rápidamente fue absorbida por su fe. Un tío del atacante le dijo a la prensa local que su sobrino a veces lo llamaba para pedirle ayuda cuando su mamá dejaba a los niños solos y sin comida para ir a la iglesia. Ella donó a la institución religiosa 100 millones de yenes (lo que entonces equivalía a cerca de US$1 millón), indicó, y, posteriormente, se declaró en quiebra.
Todo eso le suena familiar al abogado Hiroshi Yamaguchi, quien representa a unos exmiembros de la iglesia. “Los miembros enfrentan presión todos los días para hacer donaciones. Ellos te dicen que hay karma ligado al dinero y que (las donaciones) son la única forma de salvarse. Así, piensas que debes hacerlo”, explicó.
Conocida oficialmente como la Familia de Federaciones por la Paz y la Unificación Mundiales (FFWPU), la iglesia fue fundada en 1954 en Corea por Sun Myung Moon. Sus seguidores son llamados “moonies”. El capítulo japonés comenzó en 1959 y tomó fuerza con el boom económico de los años 80, “una era en la que la gente estaba insegura de cómo vivir su vida”, comentó Kimiaki Nishida, profesor de psicología social de la Universidad Rissho, de Tokio.
“Distorsionó mi vida”
La iglesia ofrece “ventas espirituales” de bienes con precios exorbitantes, como una estatuilla de 42 millones de yenes (US$350.000), diciéndoles a los creyentes japoneses que su compra los absolvería a ellos y a sus ancestros. Sin embargo, los enormes desembolsos de los miembros han generado una reacción negativa. Por ejemplo, la Red Nacional de Abogados contra las Ventas Espirituales de Japón dice que presentó demandas para recuperar 123.700 millones de yenes (US$900 millones) por daños a exseguidores desde 1987.
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Una serie de arrestos desde los años 2000 y los fallos contra la iglesia impusieron límites a las ventas espirituales, pero el abogado Yamaguchi dice que los creyentes siguen siendo presionados para cumplir metas mensuales de donaciones. Aunque él afirmó que la iglesia le dice a sus miembros que “es una meta decidida por Dios”, ella niega presionar a sus miembros. “Nuestro criterio es que todas las donaciones ante el Cielo deben ser dadas libremente”, aseguró Demian Dunkley, quien es el contacto de prensa de la FFWPU. “La iglesia a veces pide donaciones, pero los miembros deciden cuándo y cuánto dar”, agregó.
En 2005, Yamagami habría intentado suicidarse tras la quiebra de su madre, con la esperanza de que sus hermanos recibieran un pago del seguro. Su hermano mayor se suicidó una década después. En una carta contra la iglesia, enviada a un bloguero un día antes del asesinato de Abe, Yamagami dijo que su adolescencia fue arruinada por el gasto excesivo y la quiebra de su madre. “La experiencia distorsionó toda mi vida”, según la carta publicada por la prensa local.
“Una familia”
Exmiembros de la iglesia han dado cuenta de rupturas familiares similares, incluyendo una mujer japonesa cuya madre le dijo que permaneciera con un esposo abusivo, escogido por la iglesia, porque divorciarse sería “complacer a Satanás”. “No puedo defender lo que hizo (Yamagami), pero así es como la iglesia destruye vidas”, dijo la exintegrante de la iglesia, en condición de anonimato, en una reciente conferencia de prensa.
La carta de Yamagami acusa a Abe de ser “uno de los más influyentes apoyos de la Iglesia de la unificación”, basado, en parte, en un discurso de 2021 que el exgobernante dio ante un grupo ligado a la iglesia. Y es que la institución y sus grupos afiliados suelen reclutar a figuras destacadas, como el expresidente estadounidense, Donald Trump, para participar en sus eventos.
Según Dunkley, la misión de la iglesia es “crear un mundo pacífico, armonioso, de amor verdadero, en el que la humanidad vive como una familia bajo Dios”. Pero la exintegrante de la iglesia dijo que a los seguidores les mostraban fotos de Moon con figuras destacadas para fomentar la reverencia.
El asesinato de Abe motivó una reevaluación de las relaciones de la iglesia con políticos japoneses. Por eso, los partidos de oposición anunciaron la creación de unos equipos de trabajo para analizar las actividades de la iglesia y su relación con los políticos.
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