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La nave semisumergible, que nunca se encuentra completamente bajo el agua mientras se utiliza, fue encontrada en un almacén en la ciudad portuaria de Málaga, señaló la policía española en un comunicado.
El submarino estaba todavía en proceso de construcción y, según las sospechas de los agentes, estaba siendo habilitado para transportar hasta dos toneladas de drogas.
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Este tipo de vehículos son utilizados por narcotraficantes para evitar ser detectados por los guardacostas y otros cuerpos de seguridad.
En noviembre de 2019, la policía española ya incautó un narcosubmarino pero, en ese ocasión, había sido construido en América Latina donde son más habituales.
La intervención del buque formaba parte de una operación mayor con la movilización de 300 agentes y la implicación de policías de Colombia, Países Bajos, Portugal, Estados Unidos y Reino Unido, todos ellos coordinados por la agencia policial europea Europol.
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En total, 52 personas fueron arrestadas y la policía practicó registros en Barcelona, Málaga y otras ocho ciudades españolas.
Además del semisubmergible, los agentes descubrieron un sofisticado laboratorio en Barcelona capaz de producir 750 kilogramos de drogas al mes, una lancha rápida de 15 metros de eslora, 400 kilos de cocaína, 700 kilos de hachís y más de 100.000 euros (120.000 dólares) en efectivo.
La investigación comenzó el año anterior cuando la policía descubrió una red implicada en el tráfico de grandes cantidades de cocaína, hachís y marihuana.
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El grupo, liderado por españoles, colombianos y dominicanos, estaba radicado en la región de Cataluña (noreste de España), en cuya ciudad portuaria de Tarragona la policía arrestó en noviembre al jefe de la banda y 13 cómplices.
Otra rama de la organización fue descubierta el mes anterior en la Costa del Sol, en la provincia de Málaga.
