Los checos podrían reelegir al presidente más polémico de Europa

Es el favorito. Para el embajador Milos Sklenka, las opiniones del mandatario en temas como el islam y su relación con Donald Trump no comprometen la posición de su gobierno.

Mateo Guerrero Guerrero
26 de enero de 2018 - 03:00 a. m.
Milos Sklenka es el embajador de República Checa en Colombia, Panamá y Costa Rica. / Mauricio Alvarado - El Espectador
Milos Sklenka es el embajador de República Checa en Colombia, Panamá y Costa Rica. / Mauricio Alvarado - El Espectador
Foto: MAURICIO ALVARADO

Mientras el primer ministro checo, el multimillonario Andrej Babis, lucha para formar un gobierno en el Parlamento, hoy los checos deciden si reeligen como presidente a Milos Zeman, cuyos comentarios sobre el islam y su cercanía con Rusia, China y Donald Trump lo han convertido en una de las figuras más controvertidas de la política europea. Para el representante del gobierno checo en Colombia, Milos Sklenka, la seguridad y la inmigración ilegal serán cruciales en unas elecciones que, en su opinión, no cambiarán el rumbo de su país.

¿A qué se debe la mala relación del presidente Zeman con la prensa?

Él detesta a los periodistas, es verdad, y quizás esa es la razón por la que no lo quieren, aunque esa simplemente es mi opinión. Sin embargo, uno tiene que ver que hoy en día nuestro país es el sexto más seguro en el mundo, esa es una prioridad del gobierno checo y los ciudadanos. Somos el país con el más alto crecimiento en la Unión Europea, con el menor desempleo, menos del 3 % y la inflación controlada durante los últimos cinco años. Los sueldos han subido, la corona checa fue la segunda moneda más fuerte del mundo, en comparación con el dólar, la gente está contenta y eso es quizás la razón por la cual, aunque muchos periódicos ven a Zeman de alguna manera, la gente no lo hace así, y por eso entró a la segunda vuelta con la mayor votación.

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Muchos medios califican a Zeman como “euroescéptico”.

Es uno de los más eurofederalistas que hay en nuestro país. Sin embargo, según las encuestas, República Checa es uno de los países con más personas descontentas frente a la membresía en la Unión Europea. Quizás por las expectativas que muchos tenían y que no se han cumplido. Un ejemplo es la crisis migratoria. La gente tiene mucho miedo de la migración. En Colombia, ustedes se han empezado a dar cuenta de que la migración ilegal no es nada buena.

Somos 10,5 millones de habitantes de los que sólo un millón son extranjeros. Los musulmanes son cerca de 350.000 y se han integrado a la sociedad. Sin embargo, vemos los problemas en los países vecinos. En Austria, donde los inmigrantes representan el 7 % de la población, pero a esa población pertenecen el 40 % de los casos criminales que ocurren al año.

El presidente Zeman ha dicho que el islam no es compatible con la cultura europea.

No conozco al islam tan profundamente, pero, por lo que he podido leer en los periódicos, tienen una reintegración a la sociedad mucho más difícil porque vienen con otro tipo de valores. Ven de otra forma a la mujer y muchas otras cosas. Por eso, muchos críticos, y de nuevo estoy repitiendo lo que dice la prensa, dicen que son bienvenidos siempre y cuando quieran vivir y trabajar según nuestras leyes y normas.

¿Cuál es la posición de República Checa frente a la crisis migratoria?

Nuestra posición, que es apoyada por Polonia, Hungría, Eslovaquia y Bulgaria, es que no se debe permitir la migración ilegal. Lo que se debe hacer es defender la frontera exterior para que la gente llegue al área Schengen a través de puntos oficiales, y ayudar a los migrantes en los países de origen, para que puedan vivir en condiciones humanas, puedan estar en su ambiente natural, cerca de sus familias.

El primer ministro, Andrej Babis, no ha logrado formar un gobierno y ahora se elige presidente. ¿Qué está en juego en estas elecciones?

No creo que esté en juego gran cosa. Si no gana Zeman, ganará el presidente de la Academia de Ciencias, Jiri Drahos, y tendrá que darle otra oportunidad a Babis para formar un gobierno o va a tener que buscar otro partido que tenga esa capacidad, lo que no sería nada fácil, porque el resto de partidos no obtuvieron una votación tan alta como la del primer ministro (casi el 30 %). Son elecciones como cualesquiera otras y no van a tener ninguna importancia decisiva. Nuestro país seguirá siendo un miembro estable de la Unión Europea y queremos tener un rol todavía más activo en las reformas que necesita, lo que incluye la política migratoria. También vamos a seguir apoyando el proceso de paz aquí en Colombia y con toda la cooperación que le brindamos al país.

¿Por qué el presidente Zeman apoya a Babis, aun cuando existe una investigación por malversación de fondos en su contra?

La investigación es en contra de una compañía del imperio industrial y financiero que le pertenece a Babis. Mientras un tribunal no lo considere responsable, debe ser considerado inocente. Creo que ese es el motivo que aplica el presidente. La investigación es contra una pequeña compañía que se llamó Nido de Cigüeñas, que es un centro de conferencias y descanso, y, aunque él es parte de la investigación, están involucradas otras ocho personas, incluida su esposa.

También inquieta la relación de Zeman con Rusia y China. Se dice que el presidente es un “caballo de Troya” para Europa.

Es un simbolismo que utiliza la gente que desconoce la historia. Para nosotros, Rusia, y antes la Unión Soviética, es un mercado muy importante, como lo fue Venezuela para Colombia. Para los empresarios checos es muy importante que se mantengan las relaciones para poder vender su producción y mantener a sus empleados. Teniendo eso en cuenta, Zeman mantiene una buena relación con Rusia, como lo hacen los alemanes y los franceses. Lo mismo pasa con China, por su importancia para la industria. Si alguien lo quiere interpretar de otra manera, se puede hacer, pero la verdad es que muchos políticos europeos envidian la posibilidad que Zeman tiene de hablar con Putin.

¿Por eso apoyaron la entrada de Rusia en Crimea?

Sí. Él ha dicho abiertamente que lo hizo tomando en cuenta la experiencia europea con Kosovo. Cuando ese país quiso independizarse de Yugoslavia, se le reconoció la posibilidad de pronunciarse al respecto. El presidente Zeman dijo que lo mismo debería suceder con Crimea, donde se hizo un plebiscito transparente y con observadores internacionales, donde la mayoría se pronunció para ser parte de Rusia. El presidente tuvo su opinión, pero la opinión del primer ministro era otra, por eso nuestro país apoyó las sanciones económicas contra Rusia. Quien manda en el país es el primer ministro, pero eso no quiere decir que el presidente no pueda tener sus opiniones.

También fue en contra del consenso en la Unión Europea y apoyó a Donald Trump cuando anunció el traslado de su embajada en Israel.

Y también lo hizo en contra del Gobierno. Nosotros apoyamos la creación del Estado de Israel y desde entonces tenemos una relación muy especial con ese país. Eslovaquia e Israel son los únicos dos países con los que siempre tenemos reuniones anuales. El presidente Zeman tiene su opinión, pero el Gobierno no apoyó esa iniciativa. Para acercarlo a la situación colombiana: ustedes tenían a Juan Manuel Santos y a Germán Vargas Lleras en un mismo gobierno y a veces, en temas tan importantes como la paz, tenían opiniones muy diferentes.

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¿Es exagerado decir que Zeman es el Trump europeo?

Es cierto que Zeman fue el único presidente de la Unión Europea que antes de las elecciones apoyó a Donald Trump. También es verdad que Trump lo llamó a agradecerle esa ayuda. La segunda esposa de Trump, Ivana, es checa, y sus hijos Donald Jr. e Ivanka hablan checo y pasaron sus vacaciones en mi país. Zeman apoyó a Trump porque lo conoció a él y a su familia, porque le pareció que coincidían en muchas cosas. Eso no significa que nuestro gobierno se haya pronunciado al respecto.

También se dice que el presidente tiene problemas de salud. ¿Eso es un impedimento para que termine su mandato si es elegido?

Se escribe esto en los periódicos y muchos dicen que tiene problemas. Cuando lo vi el verano pasado, lo único que vi es que camina con dificultad, tiene un bastón. En nuestros periódicos salió la información que había aprobado el chequeo médico, y el consejo de médicos que lo cuida han dicho que su salud corresponde a su edad (73 años). Usted puede ver que en Ecuador hay un presidente en silla de ruedas y no pienso que eso deba ser un impedimento para ser buen presidente.

Por Mateo Guerrero Guerrero

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