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El temblor de 7,7 que afectó a Birmania dejó destrucción y una alta cifra de fallecidos y heridos, que con el paso de las horas va en aumento. El último reporte que se conoció habla de 144 muertos y de 732 lesionados. Las organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, le pidieron a la junta militar que está en el poder que permita el paso de la ayuda humanitaria, teniendo en cuenta que en el pasado ha sido bloqueada. Varias razones, entre ellas geográficas y de infraestructura, explican por qué los birmanos son altamente vulnerables a desastres similares al de este viernes.
“Todos los edificios están completamente destrozados (...). Ha sido el caos”, le dijo a EFE una mujer de 40 años desde Naipyidó, la capital birmana, una de las zonas afectadas por el terremoto. Un vecino de la ciudad de Mandalay también le comentó a la agencia que “los daños son tan grandes que los equipos de rescate no dan abasto”. Según contó, a su alrededor hay edificios afectados y varios incendios: “Vivimos en estado de ansiedad y miedo. Todos estamos ayudando en las tareas de rescate”.
Los sismos son comunes en este país asiático. De hecho, entre 1930 y 1956, se registraron seis terremotos con una magnitud de 7 o más cerca de la falla de Sagaing, que atraviesa el centro del país, de norte a sur. Birmania se encuentra cerca de una zona de alta actividad tectónica por la presión entre la placa india, al sur, y la euroasiática, al norte.
El sismo de este viernes ha sido uno de los más fuertes de los últimos años. A este lo antecedió el terremoto de 2016, uno de magnitud 6,8 que sacudió la ciudad de Bagan, que dejó tres fallecidos y provocó el derrumbe de los muros de los templos de este destino turístico. Antes de eso, en noviembre de 2012, otro temblor, también de magnitud 6,8, sacudió al centro del país. Esa vez murieron 26 personas y centenares más resultaron heridas.
Ahora bien, la debilidad de la infraestructura, la insuficiencia de los servicios de salud, especialmente en las zonas rurales, y el desarrollo incontrolado de las zonas urbanizadas han hecho que la población de las zonas habitadas sea especialmente vulnerable en caso de desastres naturales, según algunos expertos consultados por Radio Francia Internacional (RFI).
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