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El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, expresó este lunes su “profunda preocupación” por las consecuencias de la escalada militar entre Irán e Israel, tras los recientes ataques contra instalaciones nucleares iraníes.
Aunque la agencia no ha detectado aumentos en los niveles de radiación fuera de los complejos, Grossi advirtió sobre el riesgo de una liberación radioactiva con consecuencias “graves para la población y el medio ambiente”.
“El conflicto militar amenaza vidas, eleva la posibilidad de una fuga radiológica y retrasa el trabajo indispensable para lograr una solución diplomática que garantice que Irán no obtenga un arma nuclear”, afirmó Grossi durante una sesión extraordinaria de la Junta de Gobernadores del OIEA en Viena.
For the second time in three years, a dramatic conflict between two IAEA Member States is putting nuclear facilities under fire.
— Rafael Mariano Grossi (@rafaelmgrossi) June 16, 2025
As with the conflict between Russia and Ukraine, @IAEAorg will not stand idly by. pic.twitter.com/fEIHUlblOT
Evaluación preliminar: daños sin fuga externa, pero con riesgos internos
Según el balance técnico presentado por Grossi, las instalaciones de Natanz, la principal planta de enriquecimiento de uranio de Irán, fueron golpeadas en su sección superficial, destruyendo parte de la infraestructura eléctrica. Aunque el complejo subterráneo no sufrió un impacto directo, se teme que la pérdida de energía haya afectado las centrifugadoras.
“No se ha registrado un aumento de la radiactividad fuera de Natanz”, aseguró Grossi, “pero dentro del sitio hay contaminación radiológica y química”.
El funcionario detalló que podrían haberse dispersado compuestos de uranio como el hexafluoruro de uranio (UF6), lo que implica un riesgo significativo si son inhalados o entran en contacto con el agua. No obstante, recalcó que estos peligros pueden manejarse con medidas adecuadas de protección.
Además de Natanz, al menos cuatro edificios del complejo nuclear de Isfahán sufrieron daños, entre ellos un laboratorio químico y una planta de conversión de uranio. En contraste, otras instalaciones como Fordow, Bushehr y el reactor en construcción de Khondab no presentaron afectaciones.
Grossi se ofrece para “viajar cuanto antes” a Irán
Ante este escenario, Grossi se ofreció a viajar “cuanto antes” a la región para inspeccionar directamente los daños y colaborar con las autoridades en la contención del riesgo. “Estoy en contacto permanente con nuestros inspectores sobre el terreno y su seguridad es nuestra prioridad”, subrayó.
El OIEA, que mantiene presencia permanente en Irán, activó su centro de emergencias desde el viernes pasado para responder ante cualquier eventualidad en menos de una hora. Grossi enfatizó la necesidad de mantener el flujo de información técnica entre Teherán y el organismo para “garantizar una respuesta internacional efectiva” en caso de crisis.
Finalmente, instó a todos los Estados miembros a apoyar una salida diplomática. “Por segunda vez en tres años vemos un conflicto armado entre países que poseen infraestructura nuclear. Como en Ucrania, el OIEA no se quedará al margen. Podemos y debemos actuar para prevenir un accidente nuclear”.
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