
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Los legisladores del Parlamento de Indonesia están apresurando la aprobación de una serie de reformas que incluyen la criminalización del sexo fuera del matrimonio, las limitaciones a la libertad personal y la reducción de los programas anticorrupción antes de que los nuevos parlamentarios se juramenten el martes. Miles de ciudadanos, liderados por estudiantes de universidades, han salido a marchar contra las reformas, a la vez que reclaman mayores acciones contra la corrupción gubernamental.
Entre las otras reformas que busca introducir el nuevo Código Penal se encuentra la difusión de información sobre anticonceptivos, el aborto, además de ampliar y endurecer las leyes contra la blasfemia, el reconocimiento de insultar al presidente como un delito, la difusión de la ideología comunista o el adulterio.
Diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos han denunciado casi una veintena de artículos o grupos de artículos de la reforma y advierten de que varios de ellos ponen en riesgo los derechos de las mujeres, las minorías religiosas o la comunidad LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales). Aunque el gobierno ha dicho que ha dado marcha atrás al polémico paquete de reformas, este continúa en revisión, lo que significa que no se ha eliminado por completo. Vea también: Las claves de las protestas en Indonesia
"El presidente dijo que lo pospondría, pero queremos que se cancele", dijo Rama, un estudiante de 24 años del Politécnico de Gestión a The New York Times. "Protestaremos hasta que se revoque".
Las protestas comenzaron la semana pasada, cuando cientos de manifestantes se posaron frente al Parlamento para exigirle a los legisladores que detengan las reformas. A los universitarios se han sumado grupos islámicos, religión que practica el 88% de los más de 265 millones de habitantes de Indonesia y que en el pasado han demostrado su capacidad masiva de movilización e influencia política. A pesar de que el movimiento insiste en movilizarse de forma pacífica, las marchas han desembocado en enfrentamientos violentos con la policía. Los manifestantes informaron que tres jóvenes durante los disturbios, uno en Yakarta, a causa de una insuficiencia respiratoria, y otros dos en la isla de Célebes, de un disparo en el pecho y por una contusión grave en el cráneo, según la Policía.
“Está diciendo que quiere democracia, derechos humanos y libertad de expresión, pero, por otro lado, la policía sigue arrestando y criminalizando a las personas”, se quejó Usman Hamid, director ejecutivo de Amnistía Internacional Indonesia.
La policía ha usado gases lacrimógenos en Yakarta y en varias ciudades de Indonesia para reprimir a los manifestantes. El lunes, en la capital indonesia, se desplegaron unos 26.000 policías y militares con vehículos blindados. Varios miles de estudiantes con pancartas se manifestaban cerca del Parlamento, protegido con alambradas.
“Somos su generación joven, sus sucesores. Lo que hagas hoy será nuestra herencia. Así que, por favor, deja un buen legado”, dijo una estudiante posada frente a la Escuela de Relaciones Públicas de Londres en Yakarta. Lea también: El Espectador le explica: ¿Por qué Indonesia quiere cambiar el nombre de la capital?