Este sábado los alemanes de todas las religiones están convocados a vestir kipás, las tradicionales gorras que los judíos usan en rituales, como una muestra de solidaridad a la comunidad judía que sufre un fuerte aumento de ataques antisemitas en el país. Felix Klein, defensor del pueblo judío y encargado de la lucha contra el antisemitismo en el gobierno alemán, dijo que las agresiones han aumentado en 20% desde 2018, año en el que se reportaron 1.800 abusos tanto verbales como físicos, además de amenazas de muerte. Aunque cree que las cifras reales son mucho más altas. Le puede interesar: Funcionario alemán recomienda a los judíos no usar gorros
“No puedo recomendar que los judíos usen la kipá cuando y donde quieran en Alemania, y lo digo con pesar”, dice Klein.
Por ello, tanto medios de comunicación como autoridades alemanas han llamado a protestas contra la intolerancia este sábado. El reconocido tabloide alemán Blid, uno de los mayores partidarios de estas manifestaciones, incluso imprimió una kipá en sus páginas para que sus lectores lo recorten y se sumen a la demostración.
Los partidos de extrema derecha como el Die Rechte han contribuido al aumento de ataque antisemitas. Antes de las elecciones al Parlamento Europeo, activistas del partido fueron registrados gritando frente a una sinagoga en la ciudad de Pforzheim que los judíos debían “abandonar Alemania y volver a Israel”. Las imágenes de personajes que niegan el holocausto también han sido difundidas. Vea también: La memoria del Holocausto se resiente con la llegada del nacionalismo
“Una creciente desinhibición y difusión de opiniones que representan un caldo de cultivo fatal para el antisemitismo se está produciendo”, dice Klein quien también advierte que la creciente ola de odio proviene no solo de partidos extremistas sino también de residentes musulmanes que tienen una imagen fatal de los judíos.
Joachim Herrmann, ministro de interior de Baviera, una de las regiones alemanas que más ha sufrido en los últimos años el incremento de ataques de odio, declaró que el pueblo alemán no puede caer en el odio hacia los judíos ni rendirse ante el juego de la ideología de derecha. Klein advirtió en las últimas semanas a los judíos que se abstuvieran de usar la kipá, pero la declaración no sentó bien entre las autoridades que se preocupan porque estos ataques sigan presentándose.
“Es una admisión al fracaso por parte del estado”, dijo el reconocido editor de Bild, Michel Friedman, quien dice que es deber del artículo cuatro de la constitución de Alemania garantizar el derecho a a la libertad religiosa, aunque esto no se esté cumpliendo para todos los ciudadanos en sus vidas cotidianas.
A los pronunciamientos se sumó el secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, quien expresó su preocupación por ver a los judíos “desanimados de usar la kipá en público por razones de seguridad. Ninguno de nosotros debería encogerse ante los prejuicios”, reclamó.
Alemania luce la kipá, como se ha bautizado a la protesta, fue respaldada por el presidente del Consejo Central de Judíos, Josef Scuster, aunque reconoció que era una medida insuficiente. “Esperamos que la la manifestación sea una indicación de que el estado está finalmente tratando el antisemitismo con seriedad”, dijo Schuster.
La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció esta semana que el antisemitismo continúa siendo un problema en Alemania a pesar del final del holocausto hace más de siete décadas.
“Siempre hemos tenido una cierta cantidad de antisemitas entre nosotros. Desafortunadamente, hasta el día de hoy no hay una sinagoga, ni una guardería para niños judíos, ni una sola escuela para niños judíos que no necesite ser vigilada por policías alemanes”, ", dijo el canciller en una entrevista con CNN.
Por - Redacción Internacional
