Trump le dijo a Rusia que no le importaba si interferían en las elecciones de 2016, según The Post

El presidente estadounidense, Donald Trump, le confesó al ministro de Relaciones Exteriores y al embajador de Rusia que la interferencia de Moscú en las elecciones presidenciales de 2016 no le preocupaba, según informó el Washington Post.

- Redacción Internacional con información de AFP
28 de septiembre de 2019 - 10:46 p. m.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha señalado que las acusaciones en su contra se tratan de una "caza de brujas" contra el gobierno. / AFP
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha señalado que las acusaciones en su contra se tratan de una "caza de brujas" contra el gobierno. / AFP

Las conversaciones del presidente estadounidense Donald Trump con líderes o funcionarios extranjeros continúan levantando polémicas sobre su gobierno. A principios de esta semana, el escándalo del “Ucraniagate”, en el que se acusa al mandatario de presionar a su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenzky para abrir una investigación contra uno de sus contrincantes en la carrera electoral de 2020, ocasionó que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunciara la apertura de un juicio político contra el republicano. Ahora, el diario The Washington Post publicó que Trump le dijo al ministro de Relaciones Exteriores y al embajador de Rusia que la interferencia de Moscú en las elecciones presidenciales de 2016 no le preocupaba, y les habría dado permiso para intervenir en el proceso electoral del cual salió victorioso. Vea también: Guía para entender la trama rusa de EE.UU. 

Desde el inicio de su gobierno, Trump ha minimizado los asuntos relacionados con la interferencia de Rusia en las elecciones, pero esta publicación revive el caso de la trama rusa justo cuando el presidente se encuentra contra las cuerdas. Las declaraciones fueron efectuadas durante una reunión en mayo de 2017 en la Casa Blanca, en Washington, durante la cual también les reveló información confidencial sobre el grupo yihadista Estado Islámico (EI). Durante esa conversación, Trump le dijo a Serguéi Lavrov y al embajador de Moscú en Washington que la intromisión rusa en las elecciones no le molestaban porque Estados Unidos estaba haciendo lo mismo en otros países, según el periódico, que cita, bajo condición de anonimato, a tres ex altos funcionarios.

La reunión tuvo lugar un día después del despido del entonces director de la agencia federal de investigaciones, el FBI, James Comey, y Trump le señaló a los dos funcionarios rusos que el despido le estaba quitando "una gran presión" de encima. Los comentarios asustaron a algunos funcionarios de la Casa Blanca que decidieron entonces que solo aquellos con el más alto nivel de acceso a documentos confidenciales podían ver el memorando que describía la reunión. Esto, junto con el manejo de la conversación con Zelenzky, ha llevado a algunos críticos del presidente a preguntar qué más podría estar ocultando el gobierno sobre las llamadas del mandatario.

Amenazado por un juicio de destitución, Trump, lanzó un enérgico contraataque con el apoyo de sus congresistas republicanos, medios de comunicación aliados y andanadas de furiosos tuits. Moviéndose entre la ira, la rebeldía y la autocompasión, Trump busca reparar el daño que le causó pedirle al líder de Ucrania que investigue a su potencial rival demócrata Joe Biden de cara a las presidenciales de 2020 y el posible encubrimiento de la Casa Blanca.

Para el combate, Trump alistó a sus aliados del Congreso y de los medios para desviar el foco sobre cualquier perjuicio causado a Biden y a su hijo Hunter, que trabajó en la dirección de la compañía ucraniana de gas mientras su padre era el vicepresidente de Barack Obama. Una lista de argumentos elaborada por la Casa Blanca para que los republicanos respondan al escándalo desatado por un denunciante anónimo fue enviada accidentalmente por correo electrónico a legisladores demócratas esta semana. Vea también: Se complica el "Ucraniagate": enviado especial de EE. UU. a ucrania renunció 

El mandatario republicano ha intensificado los ataques contra quienes percibe como sus enemigos mientras busca una frase hábil como "Sin colusión, sin obstrucción" con la que desestimó la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016 conducida por el fiscal especial Robert Mueller. Adam Schiff, el congresista demócrata de California que encabeza la investigación actual que puede desembocar en juicio de destitución, ha sido uno de los blancos favoritos de Trump, refiriéndose a él como un hombre "corrupto" y "enfermo" que debería renunciar.

Por - Redacción Internacional con información de AFP

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