Un mes del coronavirus en Italia: soledad, muertes y conmovedoras campañas

Debido al alto número de contagios en ancianos italianos, que terminan hospitalizados en la mayor soledad, un grupo de personas decidió comprar tabletas para que puedan conectarse hablar con sus familias. La iniciativa se llama, "el derecho a decir adiós". Así va la crisis por el COVID-19 en Italia.

redacción internacional
21 de marzo de 2020 - 09:06 p. m.
Los hospitales de Italia están desbordados por la crisis por el coronavirus. Este es el hospital de Cremona, al sureste de Italia. / AFP
Los hospitales de Italia están desbordados por la crisis por el coronavirus. Este es el hospital de Cremona, al sureste de Italia. / AFP

Hace un mes, cuando en Italia se registró el primer fallecido por coronavirus, las previsiones de lo que vendría no se acercaban ni de lejos a la actual situación:  Hoy, de acuerdo con el último balance oficial se registraron 793 muertes en las últimas 24 horas, lo que eleva el balance del primer mes de la pandemia en 4.825 fallecidos. Una cifra que supera a la de China y que tiene al gobierno buscando nuevas medidas para contener el brote. 

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El Ejecutivo italiano ha cerrado ya todos los parques públicos, ha prohibido los desplazamientos a las segundas residencias, ha clausurado escuelas y universidades, lugares de ocio y negocios no esenciales y ha limitado los movimientos de la gente por cuestiones laborales, de salud o por necesidad. Pero estas medidas no están consiguiendo, de momento, frenar la propagación del virus e Italia, que cuenta ya con más de 47.021 contagios totales. 

Por ello, las regiones del norte del país, las más afectadas, piden al Ejecutivo que endurezca aún más estas medidas, que interrumpa toda actividad productiva no esencial y el transporte público que todavía funciona y que controle con firmeza que se respeta el confinamiento temporal.   Las autoridades italianas anunciaron 6.557 nuevos casos positivos, otro récord inquietante cuando los servicios de salud están desbordados.

La tragedia de Lombardía

La región de Lombardía (norte), cuya capital es Milán -capital económica de Italia-, registró la gran mayoría de decesos (546) y la mitad de los casos nuevos. "Ha llegado el momento de detenerse, pero de hacerlo de verdad", escribió el alcalde de Bérgamo, Giorgio Gori y el presidente de la provincia, Gianfranco Gafforelli, en una carta dirigida al primer ministro.

"La situación en toda la región de Lombardía toma ahora aires de tragedia y esto es aún más evidente lamentablemente en nuestra provincia de Bérgamo, donde vemos estos días morir a hombres y mujeres (...) sin poder darles un adiós digno", señalaron los funcionarios.

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"En vista de las cifras que todos conocen, no es concebible que todavía hoy se deba basarse en el sentido común de los ciudadanos llamados a respetar reglas sujetas a las más diversas interpretaciones. Los movimientos en el territorio son aún demasiado numerosos y muchos constituyen un vector para este virus", añadieron.

El viernes, el vicepresidente de la Cruz Roja china, Sun Shuopeng, quien llegó a Italia a aportar su experiencia en la pandemia, consideró que las medidas tomadas en el país europeo no eran "lo suficientemente restrictivas". "Hay que detener toda la actividad económica. Todos deben quedarse en casa", fustigó.

Los errores de los italianos

El viernes 21 de febrero, día que Adriano Trevisan, falleció en un hospital cerca de Padua, en el norte de Italia, los creadores de Versace y Frankie Morello presentaban sus colecciones de otoño en Milán; los seguidores del Lazio Roma soñaban con el título en el Calcio tras años de mediocridad, viendo a su equipo a un punto de la Juventus de Turín. En los bares y restaurantes llenos, se hablaba de la fragilidad del gobierno de Giuseppe Conte.

Los turistas se agolpaban en el Foro de César donde se había descubierto un sarcófago que podría ser el del fundador de la Ciudad Eterna, Rómulo; y el instituto de estadísticas anunciaba una buena noticia: los pedidos a la industria italiana habían registrado en diciembre un aumento del 6% interanual.

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Días después muchos municipios del norte del país, en donde se concentró el virus inicialmente, cerraron parques y tomaron medidas de confinamiento, particularmente en Codoño. Ese día el primer ministro Conte dijo: "Todo está bajo control". La siguiente muerte fue registrada, pero los italianos siguieron con si vida normal. Hasta el fin de semana del 7 y 8 de marzo cuando ante el aumento de casos, especialmente en Lombardía, se impusieron medidas de confinamento a diez millones de habitantes.

Las medidas provocaron que muchos huyeran al sur, sin saber que con ellos también viaja el virus. Entonces, empezaron a aparecer casos en Apulia, al sur del país, en donde empezaron a registrarse muertes por coronavirus. En la noche del 9 al 10 de marzo, en una alocución oficial, Conte, con voz grave, extiende el confinamiento a todo el país.  Los resultados serán visibles en unas dos semanas, promete.

Las medidas son criticadas y entonces solo se imponen multas verbales. Pero los casos, desde entonces, no han dejado de aumentar. Hoy advierten al mundo sobre los errores que cometieron: "Nuestro presente es su futuro". Por lo pronto, las medidas de confinamiento, inicialmente adoptadas hasta el 3 de abril, serán extendidas.

El derecho a decir adiós

Las autoridades sanitarias no hacen más que repetirlo: hay que tener muchísimo cuidado con nuestros mayores porque es la población más vulnerable al coronavirus. Y justo es esa población. De acuerdo con los estudios que se han ido realizando en Italia,  la letalidad (porcentaje de muertes entre los casos confirmados notificados) entre la población de entre 70 y 80 años asciende al 34%, mientras que entre los 80 y 90 supera el 44%. Los expertos señalan que los fallecidos además de edad avanzada tenían otras enfermedades añadidas.

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Muchos de ellos terminan en hospitales, casi que abandonados. Una entrevista concedida al periódico italiano Il Giornali,  la doctora Francesa Cortellaron, del hospital San Carlo Borromeo en Milán, reveló que lo más dramático de la actual crisis era "ver a los pacientes morir solos, escucharlos mientras te ruegan que les digas adiós a sus hijos y nietos".

Según el portal BBC, esta entrevista conmovió a miles de italianos, que hasta entonces se enteraron de casos como el de una mujer que le pidió a Cortellaron ver a su nieta. Ella le hizo una videollamada con su celular y entonces la anciana hablón con ella y se despidieron. "Momentos después, la paciente murió", relata BBC. 

Un grupo de militantes del partido demócrata de la zona 6 de milán, según el reporte de BBC, decidió liderar una campaña, llamada "El derecho a decir adiós" para que las personas mayores de edad que están hospitalizadas puedan contactarse con sus familias. Reunieron decenas de tabletas y otros dispositivos y los repartieron en hospitales. La campaña se ha extendido a otras regiones del país. 

 

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