En medio de una jornada de protestas que buscaba derrocar a un juez que investigaba la explosión en el puerto de Beirut el año pasado, en medio de una fuerte crisis económica y de un casi colapso del Estado libanés, se desató un tiroteo que ha dejado seis personas muertas y cerca de treinta heridos.
La manifestación, convocada por dos movimientos chiítas a través de redes sociales, demandaba el reemplazo de Tarek Bitar, el juez principal en el caso de la explosión portuaria de 2020, que dejó, por lo menos, 215 muertos. Miembros de Amal y Hezbollah, dos partidos políticos predominantemente chiítas, orquestaron la jornada de protestas, pues tradicionalmente se han opuesto a la investigación. Y es que el gobierno del primer ministro libanés, Najib Miqati, ha recibido presiones para abandonar la indagación o para reemplazar el juez que está a la cabeza de ella.
En medio de la jornada de protesta, algunos testigos describieron disparos iniciales desde edificios altos que parecían ser de francotiradores, seguidos de enfrentamientos con rifles automáticos en las calles aledañas, se lee en The New York Times. En respuesta, el ejército libanés salió a las calles. Las televisiones locales mostraron a manifestantes armados y el ejército dijo que había registrado disparos en varias zonas y que había acordonado los lugares para “buscar a las personas que habían disparado y detenerlas”, se lee en AFP.
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El ministro del Interior libanés, Bassam Maulaui, confirmó que el tiroteo fue orquestado por un grupo de francotiradores ubicados en los tejados del área capitalina de Tayoune y que en la misma zona fueron lanzadas granadas propulsadas por cohetes. La Cruja Roja libanesa ha informado que al menos seis personas fallecieron en el área y más de 30 resultaron heridas, donde tras el ataque de los francotiradores se han desatado fuertes enfrentamientos armados, sin que por el momento esté clara la afiliación de las personas involucradas en los mismos, se lee en EFE.
Por su parte, en un comunicado que publicaron de forma conjunta, Hezbolá y Amal también acusaron a “francotiradores apostados en los tejados de los edificios” de haber disparado contra los manifestantes.
Los hechos en el Líbano ocurren días después de que el juez Bitar lanzara una orden de arresto contra el diputado y exministro de Finanzas, Ali Hassan Khalil, miembro de Amal y aliado de Hezbolá. Si bien dos exministros lo demandaron y tuvo que frenar la investigación, esta acción fue desestimada y ahora tiene luz verde para continuar con su trabajo.
Ahora bien, la tensión alrededor de ello está llevando al país a un nivel de crisis preocupante, si además se tiene en cuenta que las autoridades locales, señaladas por negligencia criminal, se niegan a autorizar una investigación internacional alrededor de la explosión ocurrida en 2020 y son acusadas por las familias de la víctimas y oenegés de obstaculizar a la justicia, se lee en AFP.
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