Alerta por descuido de inmuebles de interés cultural en Bogotá

La aparente decadencia de algunos edificios de interés cultural dio pie a un estudio y ocho recomendaciones de Probogotá para conservarlos. Por su parte, el Distrito hace un llamado a los propietarios privados para que se acerquen a recibir asesoría, así como a los ciudadanos a reconocer y respetar estos espacios por su legado histórico para la Nación.

Yorley Ruiz M / yorley.ruizm@gmail.com
13 de julio de 2018 - 03:00 a. m.
Archivo El Espectador
Archivo El Espectador

La intervención irresponsable de algunos inmuebles de interés cultural (BIC), la falta de señalización de algunos de estos espacios, así como grafitis y avisos en sus fachadas son algunas de las irregularidades que llevaron a Probogotá a cuestionarse sobre la situación actual del patrimonio en la ciudad.

Tras una investigación que duró seis meses se evidenció que la falta de actualización del inventario de los BIC, la tramitomanía, la delegación a diversas entidades para su protección y la falta de control urbano han debilitado su conservación. Como parte de este trabajo, Probogotá formuló ocho propuestas para garantizar su protección (ver recuadro).

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Para que un inmueble sea declarado bien de interés cultural, según la norma, debe cumplir con 10 criterios como lo son la antigüedad, la autoría, la autenticidad, la técnica de construcción, los elementos compositivos y ornamentales, el estado de conservación, su contexto ambiental, urbano y físico, y lo que representa para la comunidad. Algunos ejemplos son el Capitolio Nacional, sede actual del Congreso; el Palacio Liévano, sede de la Alcaldía de Bogotá, y la Iglesia del Voto Nacional, en Los Mártires.

La importancia de los bienes de interés cultural radica en su valor histórico, estético y simbólico, que devela una idea creativa, una huella dejada en el tiempo y evoca modos de ver y sentir el mundo, convirtiéndose en una fuente de memoria. Debido a su importancia tienen su propia política estatal orientada a su protección, recuperación, conservación, perduración y divulgación, para que representen la identidad cultural del país.

La investigación

La investigación de Probogotá partió de identificar y corroborar cuántos BIC hay en la capital, según decretos expedidos entre 1994 y 2016, con lo que lograron identificar 7.069 inmuebles, resultado que difiere con el del registro del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, que señala que hay 6.394. “Se actualizó manualmente el inventario con la información de las resoluciones y decretos. Este ejercicio arrojó un total de 7.069 BIC, excluyendo 52 de la lista original y agregando 149”, reza el documento. De este total, 128 tienen una importancia nacional y 102 tienen doble categoría (nacional y distrital).

Así pues, con las cuentas claras, la entidad indagó por la preservación de estos espacios, a partir de la visita a 210 BIC en 11 localidades, y encontró que el 25 % tienen grafitis en sus fachadas, cerca del 25 % están encerrados por muros o rejas y 10 % no se ven desde el espacio público. “Observamos que muchos se inscriben en un entorno en franco deterioro, como es el caso de la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, en Tunjuelito. Si bien la fachada del BIC se encuentra conservada, su entorno constituye un factor disuasorio”, señala el informe.

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A estos deterioros se suma, según el estudio, la demora en los procesos, ya que son demasiadas las autoridades competentes para la protección de estos inmuebles. La lista la integran las secretarías de Cultura y de Planeación, y el Instituto de Patrimonio Cultural.

Finalmente están las alcaldías locales y la Policía, que, según el informe, no están en capacidad de cumplir con su competencia, debido a que no disponen de un inventario actualizado de los BIC, ignoran los inmuebles y los valores que se pretenden conservar, y desconocen con qué cuentan o no los propietarios para intervenirlos.

¿Y los privados?

En cuanto a la responsabilidad por la preservación patrimonial de la ciudad, Miguel Ángel Rojas, subdirector de Intervención del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, enfatizó que unos BIC corresponden a la nación, otros al Distrito y otros a privados, cada uno con procesos particulares para su preservación. Sin embargo destacó que en los bienes privados hay más “imprudencias”.

“En esto del patrimonio existe algo llamado ‘urbanización ilegal’, que provocan propietarios que, al no acercarse al instituto para pedir asesoría a la hora de intervenir los inmuebles, modifican las estructuras sin ninguna declaratoria. Lo que hemos hecho es facilitar ese canal mediante la aprobación y revisión de los anteproyectos con especialistas”, dijo Rojas. Sin embargo, admite que estos procesos son lentos, pero necesarios, pues cada caso tiene sus particularidades y para cada intervención es clave revisar su época, materiales y otros aspectos.

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“La mayor preocupación es la protección, porque aún no existe la conciencia de lo que significa un BIC y por ello se están perdiendo esas características patrimoniales, que son imposibles de recuperar después. El patrimonio es para utilizarse, pero de forma responsable”, recalcó el funcionario. En lo que compete a los inmuebles distritales, el Instituto señaló que el plan bandera hoy es la renovación de la basílica del Voto Nacional, así como la del Bronx. Actividades a las que se suman la plaza de la Concordia, la intervención al Concejo de Bogotá y las mil fachadas del centro histórico, espacio en el cual se adelanta un Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), para tener lineamientos para la conservación de la zona.

Las propuestas 

1.Actualización: consolidar un inventario de bienes de cara al nuevo POT. La investigación arrojó que hay bienes que no han sido agregados a la lista.

2.Simplificar: fijar un régimen que minimice los trámites, para hacerlos eficientes e impedir la evasión de responsabilidades de regulación.

3.Entorno: no sólo conservar el inmueble sino un radio de 100 metros. Realizar cerramientos especiales, prohibir vallas publicitarias, antenas, etc. que opaquen el BIC.

4.Estímulos: aplicar descuentos tributarios, para quienes cumplan las normas que tengan estos bienes, pues hay quienes gozan de ellos sin “mayor esfuerzo”.

5.Plan distrital: incentivar y regular el desarrollo del centro de Bogotá a través de un Plan Especial de Manejo (PEMP) distrital en esta zona con un perímetro más amplio.

6.Reforma: mejorar la política de conservación del patrimonio inmueble concentrando la responsabilidad técnica, administrativa y de vigilancia en el Instituto de Patrimonio.

7.Repartir cargas: responsabilizar a los dueños de los BIC y reforzar la capacidad de acción de las autoridades sobre los bienes. Para financiarlo, constituir un fideicomiso con el sector privado para su mantenimiento y preservación.

8.Normas nacionales: que el Ministerio de Cultura establezca guías y lineamientos generales por tipos de inmuebles. Algunos deberían ser inscritos en el POT, para que lo cumplan los curadores.

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Por Yorley Ruiz M / yorley.ruizm@gmail.com

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