Siete de cada 10 estudiantes universitarios consumen comida chatarra en Bogotá

Un estudio elaborado por UNIHORIZONTE en 15 universidades de la capital demostró que la mayoría de los estudiantes consumen alimentos en establecimientos comerciales y en la calle. Además, las empanadas, arepas y sanduches son las comidas preferidas por los universitarios.

-Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com
15 de julio de 2018 - 07:06 p. m.
Cortesía UNIHORIZONTE
Cortesía UNIHORIZONTE

El estudio se realizó entre el 1 al 15 de junio por el Observatorio periodístico de la UNIHORIZOTE. Durante la investigación, se encuestaron a 226 estudiantes y administrativos de universidades en todos los sectores de la capital.

Los hábitos alimenticios y los lugares en donde las comunidades universitarias ingieren sus alimentos son los puntos más destacados dentro del estudio.

Por un lado, la comida chatarra se impone como el producto preferido en la dieta universitaria. La encuesta arrojó que el 37 % prefieren las empanadas, el 14 % las arepas, el 13 % los sanduches, el 11 % las hamburguesas y un 3 % otros alimentos como ensaladas de fruta y almuerzos ejecutivos.

Por otro lado, los lugares más solicitados para el consumo de estos alimentos son en un 73 % establecimientos comerciales, en su mayoría cafeterías y unos pocos restaurantes, mientras que el 27 % afirmó que los adquiere en la calle con vendedores ambulantes fijos y transitorios.

Respecto al consumo de alimentos en la calle, el 46 % aseguró que lo hace de vez en cuando, el 31 % todos los días, el 18 % dos veces a la semana y un 5 % lo hace una vez a la semana. No obstante, se conoció que el 80 % de las personas que come en la calle, desconoce las condiciones de salubridad en que deben ser producidos, ni despachados.

La encuesta permitió conocer también los elementos extraños que aparecen en los alimentos, entre ellos se destacaron: cabello, plástico, vidrio, papel, tornillos, hongos, metal, ladrillo, insectos como moscas, como también relacionaron comida en mal estado.

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 “Las causas más frecuentes de las Enfermedades Trasmitidas por Alimentos (ETA) son las contaminaciones por virus y bacterias, más frecuentemente, pero también por parásitos y algunos químicos dañinos como los pesticidas, que pueden causar intoxicación aguda o crónica a las personas. (Mercurio, Plomo y Cloro muy frecuentemente contaminan los alimentos)”, aseguró Andrés Leonardo Vidal, médico cirujano de la Universidad Nacional y master en Nutrición.

Durante la encuesta, una de las estudiantes advirtió que por haber comido un producto descompuesto adquirió una bacteria gastrointestinal, que le obligó a someterse a un tratamiento médico para evitar un cáncer de estómago.

Según la Organización Munidal de la Salud (OMS), las principales enfermedades adquiridas por el consumo de ETA son la salmonella, campylobacter y escherichia coli enterohemorrágica. Por un lado, la salmonella y campylobacter son causadas por la ingestión de leche cruda, carne de ave cruda o poco cocinada y agua potable. Por otro lado, la escherichia coli enterohemorrágica se asocia con el consumo de leche no pasteurizada, carne poco cocinada y fruta y hortalizas frescas. Adicionalmente, la infección por vibrio cholerae es una de las más comunes y es transmitida por la ingestión de agua o alimentos contaminados. Los síntomas son dolores abdominales, vómitos y diarrea acuosa profusa. Los alimentos asociados son el arroz, las hortalizas, las gachas de mijo y varios tipos de mariscos.

También, la organización posiciona a la infección por Listeria como una de las patologías más letales provocadas por la ingestión de ETA. La infección puede ocasionar abortos espontáneos y muerte neonatal. “Si bien la frecuencia de la enfermedad es relativamente baja, la gravedad de sus consecuencias, que pueden llegar a ser mortales, sobre todo para los lactantes, los niños y los ancianos” afirmó la OMS.

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En cuanto los hábitos alimenticios, el médico Andrés Leonardo Vidal resaltó la importancia de la disciplina en los horarios “las personas no deben acostarse nunca con el estómago lleno, sino que la última comida sea mínimo 3 horas antes de acostarse”.

Por su parte, el Invima recordó que, a la hora de consumir alimentos en cualquier establecimiento comercial, se debe tener en cuenta las principales normas de salubridad como, las adecuadas características estructurales y de mantenimiento del establecimiento y la restricción de ingreso para animales domésticos.

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Asimismo, percatarse de que todas las superficies que entran en contacto con los alimentos (incluyendo las superficies de los utensilios) sean lisas, están libres de hoyos, grietas y escamas sueltas. Y, que el establecimiento cuente con instrumentos o accesorios que permitan la medición de las temperaturas, durante la cocción, refrigeración y congelación de alimentos o materias primas.

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