El Magazín Cultural

Días de coronavirus y héroes anónimos: Alexander, un vendedor de empanadas por Twitter

Este cocinero, con más de ocho años de experiencia, se quedó sin trabajo luego de que el restaurante de Cartagena en el que iba a trabajar, cerrara por la crisis que generó la pandemia. Un trino del que hizo eco el exclavadista Orlando Duque le está permitiendo responder por su familia.

Joseph Casañas - @joseph_casanas
02 de abril de 2020 - 10:33 p. m.
Alexander Castillo prepara y entrega empanadas a domicilio. El paquete con 10 empanadas cuesta $15 mil.  / Óscar Pérez - El Espectador
Alexander Castillo prepara y entrega empanadas a domicilio. El paquete con 10 empanadas cuesta $15 mil. / Óscar Pérez - El Espectador

Alexander Castillo moja la harina de maíz con la que prepara las empanadas, con la misma agua en la que hierve el pollo o la carne que usa de relleno.  La carne y el pollo que desmecha, lo revuelve con un hogao que preparó previamente. A eso de las 10:00 am, su casa huele a una mezcla deliciosa de tomates, cebollas y una pasta picante de la que prefiere no hablar mucho. Es su secreto.

Está convencido de su producto. Este cucuteño de 32 años dice que sus empanadas no son como las que venden en el resto de la ciudad. “Las que yo preparo tienen 0% arroz”, dice.

Y es que eso de rellenar las empanadas con arroz, para muchos comensales, sobre todo que no son de Bogotá, es una verdadera afrenta gastronómica. Consiente de eso y con la experiencia que le significó crecer en una ciudad en donde la empanada distrae el hambre de las largas jornadas laborales o estudio, Castillo decidió empezar su negocio. Lo invitamos a leer: Ser domiciliario en épocas de la cuarentena del coronavirus

“No entiendo mucho porqué les echarán arroz a las empanadas aquí en Bogotá. Supongo que es para que la producción no salga tan costosa y poder ganar algo más. Yo prefiero ganar un poquito menos, rellenar las empanadas solo con pollo o carne y garantizar que el que las pruebe, regrese por más”, dice.

El pasado 23 de marzo, cuando la cuarentena era apenas un simulacro, Alexander Castillo publicó un tuit hablando de su negocio. “Hola, soy un padre de familia sin trabajo y viendo la situación decidí hacer empanadas (con todos los cuidados de higiene) y las llevo a domicilio. Hoy por ti mañana por mí”.

El mensaje estaba acompañado por cuatro fotografías que daban cuenta del proceso del “empanadero”. La última de estas imágenes certificaba la promesa del vendedor: 0% arroz.

Dos días antes de publicar este tuit, Alexander había salido a vender sus empanadas, pero no había tenido mucho éxito. El primer día vendió 60 y el segundo, con dificultad, logró vender 30.  La situación para el cucuteño y su familia amenazaba con ponerse complicada si el negocio no arrancaba en serio.

Todo negocio tiene su golpe de suerte, el de Alexander Castillo lo propinó uno de los deportistas colombianos más ganadores de la historia. Un retuit del exclavadista Orlando Duque catapultó el emprendimiento de Castillo. Después del retuit de Duque, Castillo pasó de vender 60 empanadas a vender 220.

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“El apoyo que la gente manifestó en Twitter hace que uno tenga fe y esperanza en este país. Saber que hay personas que nos ayudemos unos con otros, de alguna manera motiva bastante”.

El principal reto del trabajo de Alexander Castillo es demostrar que su forma de ganarse la vida no pondrá en riesgo la salud de los comensales o de su familia. Para eso, dice, ha extremado los cuidados que de por sí ya ha aprendido e implementado en ocho años de trabajo como cocinero.

“El objetivo es pasar el menor tiempo posible en la calle. Para cocinar utilizo guantes, gorro, tapabocas y me estoy bañando las manos constantemente. Cuando salgo a entregar los pedidos, desinfecto mi bicicleta, me cambio de guantes y cargo guantes plásticos, con los que se come pollo, para que los clientes reciban el pedido, que está muy bien sellado. Además, estoy siempre con el tapabocas puesto (…) todas estas medidas son para el cuidado de la gente, el mío y el de mi familia que me espera en casa. Es por el bien de todos”, dice.

En los últimos días, dice Alexander Castillo, ha sido más difícil encontrar los guantes, sin embargo, esos elementos son parte fundamental del negocio. Compra los paquetes de tapabocas por diez unidades en $7.000 y guantes negros para él y su esposa, cada uno a $1.500.

Pese a las restricciones implementadas por el gobierno nacional para evitar la propagación del Covid-19 el negocio del cucuteño creció rápido. De hecho, para poder cumplir con los pedidos, invitó a trabajar a un amigo y su esposa, que estaban desempleados.

“Mi amigo y yo cocinamos las empanadas, nuestras esposas lad empacan y las llevan al refrigerador. Luego, mi amigo, que tiene moto, lleva los pedidos que son más lejanos y yo entrego en mi bicicleta los que están cerca de la casa. Hasta ahora hemos podido responder con todo”, dice.

El retuit de Orlando Duque generó su efecto, sin embargo y como dice Alexander Castillo, “el Twitter es como una bola de espuma”. Dos semanas pasaron desde entonces y, aunque ya no vende más de 200 empanadas diarias, el cucuteño ahora entrega entre 80 y 120. “Eso me genera un margen de ganancia de $25 a $40 mil. Con eso puedo estar tranquilo en cuanto al arriendo, comida y servicios”, agrega  

Hace un par de días, un grupo de personas, varias de ellas “famosas”, contactaron a Alexander Castillo y le consignaron el valor de varias empanadas. “Me pidieron que las repartiera a habitantes de calle o vendedores informales que se están viendo afectados en esta crisis y eso he hecho, el video lo colgué en la cuenta de Twitter”, dice.  

 

Por Joseph Casañas - @joseph_casanas

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