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Cooperativas temen por la reforma tributaria

Enrique Valderrama, presidente de Fecolfin, dice que preocupa que la reforma no reconozca estos organismos como entidades sin ánimo de lucro especiales, pues no son ONG ni fundaciones.

Juan Miguel Hernández Bonilla
18 de octubre de 2016 - 02:00 a. m.
Enrique Valderrama, presidente de la Federación Especializada de Cooperativas de Ahorro y Crédito (Fecolfin). / Cortesía
Enrique Valderrama, presidente de la Federación Especializada de Cooperativas de Ahorro y Crédito (Fecolfin). / Cortesía

En el marco de la primera convención financiera cooperativa, Enrique Valderrama, presidente de la Federación Especializada de Cooperativas de Ahorro y Crédito (Fecolfin), se refiere a la reforma tributaria que se radica este martes en el Congreso, al escándalo de las libranzas y al aporte del movimiento cooperativo en el posconflicto. (Lea Asalariados, los "clavados" en la próxima reforma tributaria)

¿Cuántas cooperativas están asociadas a Fecolfin y qué representan para el sector?

Somos una organización creada hace cuatro años. Tenemos cuarenta entidades vinculadas, más de 2’300.000 asociados y cerca de $11 billones en aportes sociales. Esto representa el 60 % del total del sector cooperativo de ahorro y crédito en Colombia. Coomeva, Equidad Seguros, Juriscoop y JF Kennedy son algunos de nuestros afiliados más importantes. Sin embargo, estamos creciendo y queremos que todas las cooperativas de ahorro y crédito, pequeñas y medianas, también se asocien. (En Colombia se crea en promedio una iglesia diaria y ninguna tiene que pagar impuestos)

En los últimos meses se ha cuestionado la relación entre algunas cooperativas y el millonario debacle de las libranzas. ¿Cuál es su posición al respecto?

El problema de las libranzas no son las cooperativas. El problema es que algunos funcionarios de las empresas que compran cartera utilizaron el modelo para engañar y estafar a la gente. Las libranzas existen desde hace mucho tiempo y son una de las pocas herramientas para que los trabajadores tengan acceso real a crédito. Lo que pasó con Elite y con Estraval fue que unos individuos inescrupulosos, con afán de enriquecerse, incurrieron en prácticas ilícitas y robaron a miles de personas. Eso no tiene nada que ver con las libranzas ni con las cooperativas. (Lea Peluquerías, tenderos y pequeños negocios, a tributar mejor)

Pero la Superintendencia Solidaria liquidó seis cooperativas vinculadas con el caso de Estraval y está investigando otras 16...

Esas son cooperativas de papel. Muchas fueron fachada de las mismas empresas que compraban cartera; ellos mismos las crearon. No tenían asociados reales, no tenían asamblea, no cumplían con los valores ni con los principios cooperativos. Incluso, Mariana Gutiérrez, superintendente solidaria, ha dicho en reiteradas ocasiones que las sedes de estas cooperativas de garaje estaban vacías, ni siquiera tenían aviso. Además, es importante dejar claro que ninguna de las “cooperativas” investigadas era de ahorro y crédito. (Lea La tributaria haría que leer sea más caro)

Cambiando de tema, este martes el Gobierno presenta la reforma tributaria. ¿Qué expectativas tienen?

Nuestro principal miedo es que no se reconozca a las cooperativas como entidades sin ánimo de lucro especiales. No son lo mismo una fundación o una ONG, que se dedican a hacer asistencialismo, y una cooperativa, que tiene que tener balance de cuentas, fondo de garantías y función social. Nosotros somos empresas que contribuyen a la reducción de la desigualdad y la redistribución de la propiedad y de la riqueza. Por eso queremos que nos reconozcan como entidades sin ánimo de lucro diferentes y nos mantengan el régimen tributario que tenemos.

La Comisión de Expertos le recomendó al Gobierno empezar a gravar a las cooperativas...

La Comisión de Expertos nunca entendió cuál era nuestra naturaleza. El argumento para modificar el régimen tributario que tenemos actualmente y para obligarnos a pagar, por ejemplo 35 % en impuesto de renta, fue decir que éramos la competencia para los bancos. Eso es absurdo. Sólo en este semestre las entidades bancarias tuvieron $12 billones en crecimiento; eso es más del total del patrimonio del sector cooperativo.

Entonces, ¿qué proponen?

Lo único que pedimos es que se nos mantenga el régimen especial, en el que tenemos que reinvertir cerca del 20 % de nuestras utilidades en las políticas de educación del país. Estamos dispuestos a aumentar ese porcentaje para aportar en temas relacionados con el posconflicto, pero exigimos que se reconozca nuestro papel dentro de la sociedad. Las cooperativas ayudamos a corregir las imperfecciones del sistema.

En concreto, ¿cómo podría ser su aporte al posconflicto?

La sociedad colombiana tiene una deuda inmensa con el campo. Los indicadores de pobreza y de calidad de vida de los campesinos son muy tristes. Es necesario corregir, no cambiar, el modelo económico. El país se debe volcarse hacia el campo y las cooperativas somos una alternativa para lograrlo. En este momento tenemos 590 sucursales ubicadas en las regiones más apartadas de la geografía nacional y ayudamos con asesoría y crédito a los pequeños productores. En esta nueva etapa seguiremos haciendo la tarea.

Por Juan Miguel Hernández Bonilla

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