Pasaron 29 días desde el comienzo de la crisis en Nicaragua hasta la inauguración del diálogo nacional que, con la Conferencia Episcopal como medidora, busca dejar atrás las tensiones que a la fecha, han dejado entre 58 y 65 muertos según cifras de organizaciones humanitarias.
La crisis, que se desencadenó por las reformas al sistema de seguridad social del país, ha causado multitudinarias manifestaciones en contra y a favor del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidente Rosario Murillo.
Hoy, los protagonistas de la discusión se vieron frente a frente en una tensa sesión en la queel obispo Abelardo Mata, quien pidió el repliegue inmediato de la Policía y la intervención de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El presidente Daniel Ortega interrumpió al prelado diciendo que no debía “seguir corriendo sangre de hermanos en Nicaragua”.
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Durante la reunión también intervinieron los líderes estudiantiles, que leyeron cada uno de los nombres de los jóvenes que han muerto en las protestas, lo que dio pie a otra de las polémicas respuestas de Ortega. Según el mandatario, quienes participan en las manifestaciones “no son angelitos” y acuso a la Universidad Politécnica de tener un arsenal de armas, fusiles y bombas, además de resguardar a paramilitares.
También critico que los manifestantes se den “el lujo de filmar el hecho”, en referencia al uso de celulares para hacer denuncias sobre las extralimitaciones de la fuerza pública a través de las redes sociales.
El diálogo, en el que también participaron representantes gremiales, se retomarán el próximo viernes, pero su primera jornada no estuvo libre de críticas.
La hijastra del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, Zoilamérica Ortega Murillo, quien se encuentra en el exilio después de denunciar los presuntos abusos del mandatario, describió la sesión como un “juego cruel” detrás del cual se escondía “un hambre atroz de legitimidad”.
“Están produciendo una obra de teatro para el cuerpo diplomático, la comunidad internacional y la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos)", dijo Ortega Murillo, en sus redes sociales.
-El poema-
La reunión no estuvo exenta de momentos emotivos. Víctor Cuadras, uno de los portavoces de la coalición universitaria incluyó en su intervención con la lectura de “Canción de Navidad”, el poema que la vicepresidente Rosario Murillo escribió después de la muerte de uno de sus hijos, en el terremoto que sacudió a Managua el 23 de diciembre de 1972.Antes de leer el poema, Cuadras apeló ante las autoridades de Gobierno, a quienes responsabilizan de ordenar una represión contra los manifestantes, del dolor que sienten las madres que han perdido a sus hijos durante los enfrentamientos acontecidos en este país centroamericano desde el 18 de abril pasado.
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"Este poema para mí significa mucho, recoge el dolor de una madre y de muchas madres que hemos perdido a nuestros hijos en distintos momentos y en distintas circunstancias", dijo Murillo horas después a través de medios oficiales.
Murillo dijo estar segura de poder hablar en nombre de las madres nicaragüenses en estos "momentos de luto y aflicción" y sostuvo que "todas las madres de Nicaragua también quieren la paz".