¿Cuál es el futuro de Siria?

La cumbre tripartita que celebrarán este viernes los presidentes de Rusia, Turquía e Irán podría ser decisiva para los sirios, pues se tratará la operación militar en la provincia de Idlib, último bastión de la oposición armada siria.

-Redacción Internacional con información de agencias
06 de septiembre de 2018 - 02:17 p. m.
Combatientes sirios y sus familias del área oriental de Al-Qalamoun esperan a ser evacuados, en Qalaat al-Madiq, Siria, luego de nuevos bombardeos rusos contra oposiciones insurgentes. / EFE
Combatientes sirios y sus familias del área oriental de Al-Qalamoun esperan a ser evacuados, en Qalaat al-Madiq, Siria, luego de nuevos bombardeos rusos contra oposiciones insurgentes. / EFE

La reunión sobre Siria que celebran mañana en Teherán los presidentes de Rusia, Turquía e Irán estará centrada en la inminente operación militar contra la provincia de Idlib, el último gran bastión de la oposición armada siria.

En los últimos días, se han sucedido las declaraciones sobre posibles actuaciones en Idlib, así como los llamamientos a la contención temiendo que una ofensiva del Ejército sirio en esa provincia cause un baño de sangre y una catástrofe humanitaria.

Vladímir Putin, Recep Tayyip Erdogan y Hasan Rohaní continuarán en el encuentro de mañana el llamado proceso de paz de Astaná, que ha eclipsado las conversaciones de la ONU para lograr una solución negociada al conflicto sirio y que mañana tendrá un énfasis especial en la suerte de Idlib.

La postura de estos tres países difiere. Rusia e Irán son los principales valedores del presidente sirio, Bashar al Asad, mientras que Turquía respalda a algunos grupos de la oposición armada. Erdogan alertó ayer de que un ataque a gran escala puede desencadenar una fuerte oleada de refugiados hacia Turquía, limítrofe con Idlib.

"Ojalá en la cumbre de Teherán tengamos un resultado positivo y consigamos prevenir acciones desproporcionadas del régimen (sirio) contra los habitantes de esa región", subrayó el presidente turco.

Desde el Kremlin, sin embargo, insistieron en que en Idlib se ha formado "un nido terrorista", por lo que "hay que solucionar ese problema".

Rusia ya ha efectuado algunos bombardeos en esa provincia y asegura que el Ejército sirio se prepara para "arreglar" la situación en el último feudo rebelde. En la misma línea, el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, dijo que "los terroristas que operan en Idlib deben ser erradicados", aunque matizó que su expulsión se llevará a cabo con "pérdidas humanas mínimas". Vea también: Aumenta la crisis en la provincia siria de Idlib

Zarif viajó esta semana a Damasco para reunirse con Al Asad y con su homólogo sirio, Walid al Mualem, en el marco de los contactos que también ha realizado con las autoridades rusas y turcas para abordar los siguientes pasos a dar en Idlib.

En esta región viven 2,9 millones de personas, de los que al menos 700.000 son desplazados, ya que a ella se habían trasladado numerosos rebeldes y civiles evacuados de otras zonas del país que fueron conquistadas por el Ejército sirio.

Idlib, en el noroeste de Siria y fronteriza con Turquía, es la última provincia que escapa al control del régimen y está dominada en gran parte por el grupo Liberación del Levante, integrado por miembros de la antigua rama de Al Qaeda en Siria. Le recomendamos: ¿Quién es quién en la guerra en Siria?

Desde hace semanas, Damasco envía refuerzos militares a los alrededores de Idlib para tomar su control, al igual que hizo en los últimos meses en otros feudos opositores, como Guta Oriental, a las afueras de Damasco, o en Deraa, en el sur del país.

Los acuerdos de Astaná del año pasado, firmados por Turquía, Rusia e Irán, crearon cuatro "zonas de distensión" en Siria, pero en la actualidad tres de ellas ya están en manos de las autoridades y a los rebeldes solo les queda Idlib.

Las voces contra la ofensiva no han dejado de escucharse. El presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió a Rusia, Irán y Siria de que supondría un "grave error" y acarrearía una "tragedia humanitaria". Por su parte, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, pidió a Putin y Erdogan "que hablen y que encuentren una solución" a esta crisis.

"Tratemos de evitar que la última y probablemente mayor batalla de esta guerra en Siria termine en un baño de sangre. Pedimos a todos los países que mantengan una presión moral para evitar una opción militar drástica en Idlib y dar más tiempo a las negociaciones", insistió De Mistura.

En paralelo a la cumbre de Teherán, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá también el viernes para analizar la inminente ofensiva y tratar de "evitar" una tragedia.

La posibilidad de que el Ejército sirio efectúe un ataque químico en Idlib ha llevado a Estados Unidos y otras potencias a amenazar con acciones a Damasco que, por su parte, afirma que son los rebeldes los que preparan un falso ataque para tratar de forzar la reacción de Occidente.

Por -Redacción Internacional con información de agencias

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