La tormenta perfecta en el gabinete de Theresa May

Varios ministros de la mandataria británica están siendo investigados en una seguidilla de escándalos que van desde abuso sexual hasta reuniones secretas con gobiernos extranjeros.

redacción internacional
09 de noviembre de 2017 - 03:00 a. m.
Como líder de los conservadores, May espera el resultado de las investigaciones por acoso sexual contra 36 miembros de su partido. / EFE
Como líder de los conservadores, May espera el resultado de las investigaciones por acoso sexual contra 36 miembros de su partido. / EFE
Foto: EFE - ANDY RAIN

“Está claro que los próximos meses no van a ser fáciles mientras ella guía a nuestro país a través de decisiones difíciles, pero, aunque sus políticas sean cuestionadas, podemos garantizar que la figura de cera de la primera ministra es definitivamente fuerte y estable”, dijo el pasado miércoles Edward Fuller, director del museo Madame Tussauds, quien acaba de sumar a su colección de esculturas la correspondiente a la actual primera ministra británica, Theresa May. En efecto, la estabilidad de su escultura es lo único que no está en duda en la dura tormenta política que atraviesa su gabinete.

A la insatisfacción por el poco avance en las negociaciones comerciales que permitirían una salida menos traumática de la Unión Europea, con la que el Partido Conservador se comprometió tras el referéndum del 23 de julio de 2016, ahora también se suman los coletazos del escándalo sexual que golpeó a la clase política británica a finales del mes pasado y las reuniones secretas de la ministra encargada de la cartera de Desarrollo Internacional con delegados del gobierno israelí, el pasado mes de agosto.

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La pesadilla que atraviesa May comenzó el 29 de octubre, cuando varios medios británicos hicieron eco de la existencia de un grupo de Whatsapp en el que investigadoras, secretarias y ayudantes que trabajan en el Parlamento comentaban el comportamiento abusivo de sus superiores masculinos.

El ministro de Defensa, Michael Fallon, acusado de haberle puesto la mano en la rodilla a una periodista en 2002 y de intentar besar a otra en 2003, fue el primer miembro del gabinete de May en salir de su cargo a raíz del escándalo. En el momento están abiertas investigaciones contra 36 miembros del Partido Conservador, entre ellos el vice primer ministro, Damien Green, y el ministro de Comercio Internacional, Mark Garnier, quien admitió haber usado sobrenombres obscenos para referirse a su secretaria, a quién, además, habría llevado en su carro a una tienda de juguetes sexuales con la orden de comprar vibradores.

“Tristemente, en los últimos días hemos visto varias acusaciones contra personas de todos los partidos políticos y es importante que se investiguen de manera imparcial. Algunos (de esos casos) ya se han trasladado correctamente a la policía”, dijo la primera ministra cuando anunció que a finales de noviembre pondría en acción nuevos protocolos para acabar con ese tipo de abusos. Mientras tanto, la crisis en su gabinete estaba lejos de terminar.

Hasta esta semana, Patri Patel, ministra para el Desarrollo Internacional, era una de las estrellas en ascenso del Partido Conservador británico. Hija de inmigrantes indios, en 2014 lideró el Ministerio de Hacienda y en 2015 le fue asignada la cartera de Trabajo y Pensiones. Patel se empezó a perfilar como la siguiente líder del Partido Conservador cuando su origen humilde, su postura a favor del Brexit y el descalabro electoral de Theresa May en las pasadas elecciones generales la volvieron una opción para darle un lavado de cara al partido.

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Cinco meses después, y con May aferrada al poder, Patel, a cargo del Departamento de Desarrollo Internacional, cayó en desgracia tras aceptar una invitación a Israel sobre la que no avisó a sus superiores. Según el diario británico The Guardian, la oficina de Patel financia a las autoridades palestinas y a organizaciones de derechos humanos con posturas críticas del gobierno israelí, una actitud incómoda que los contactos con Patel habría apuntado a resolver.

La prensa israelí reportó que, durante su visita, el pasado mes de agosto, Patel visitó un hospital militar israelí en los Altos del Golán, un acto particularmente polémico dado que la comunidad internacional, incluido el gobierno británico, no admite la soberanía de Israel sobre ese territorio perteneciente a Siria y ocupado desde la Guerra de los Seis Días, en 1967.

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El lunes, Patel había pedido disculpas por haberse reunido 12 veces con dirigentes israelíes, entre ellos el primer ministro Benjamín Netanyahu. Sin embargo, la funcionaria habría fallado en relacionar cada uno de sus encuentros con funcionarios de Israel y, este miércoles, la gira que realizaba por África fue interrumpida intempestivamente para atender el llamado de su jefa en Londres.

La crisis en el gabinete ministerial británico llega en un pésimo momento para May. Tras las elecciones generales de junio, la mandataria perdió la holgada mayoría que su partido ostentaba en el Parlamento. Aunque logró mantenerse al frente del país formando un gobierno de coalición con los ultraconservadores del Partido Unionista Democrático, la imagen de May quedó golpeada y ahora, con varios de ministros de su gabinete en vilo, la promesa de que sería la persona ideal para negociar con mano dura la salida del Reino Unido de la Unión Europea está en duda más que en ningún otro momento de su carrera.

Por redacción internacional

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