Santos dice que ‘anexión israelí de Cisjordania’ irrespeta el derecho internacional

Juan Manuel Santos, expresidente de Colombia. / AFP

El expresidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se sumó a las voces de rechazo contra el proyecto de anexión israelí en Cisjordania, impulsado por el primer ministro de ese país, Benjamin Netanyahu. En una columna publicada en el diario El País de Espala, el exmandatario y Premio Nobel de la Paz aseguró que, aunque tenía mucho que admirar de Israel, el plan del gobierno sigue un propósito “ultranacionalista” que “desprecia descaradamente los derechos humanos y el derecho internacional”.

“Los planes de anexión de Benjamin Netanyahu son un repudio unilateral a la solución de los dos Estados (que Colombia siempre ha defendido), y son rechazados por la mayoría de los países de la región y el mundo”, escribió el expresidente colombiano.

Santos recordó que el conflicto israelí-palestino ha golpeado la región de Medio Oriente por más de 70 años, pero manifestó que, así como en el caso del conflicto en Colombia, el camino para la paz “requiere coraje” y respeto por las normas internacionales.

“En Colombia fue bien difícil negociar un acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las Farc, para acabar por fin con esa maldita guerra de más de medio siglo. Pero se logró porque el acuerdo se construyó sobre el respeto de los derechos de las víctimas del conflicto, tal como se estipula en el Estatuto de Roma, el que dio origen a la Corte Penal Internacional”, manifestó Santos.

El expresidente reconoció que, si bien hay un camino difícil de seguir para implementar los acuerdos de paz firmados con la extinta guerrilla de las Farc, la inmensa mayoría de los colombianos reclama la reconciliación, y el documento, con todas sus dificultades, es irreversible.

“Si la comunidad internacional accede a la adquisición de tierras de jure y a la fuerza por parte de Israel, los únicos ganadores serán los autócratas y agresores con pretensiones sobre tierras vecinas”, añadió el exmandatario, quien además pidió que la comunidad internacional se pronuncie sobre este caso con la misma actitud y fuerza con la que rechazó en 2014 la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia.

Junto a Santos, una extensa lista de figuras públicas ha rechazado los proyectos de Netanyahu. El pasado 5 de julio, una lista de 270 figuras públicas, dentro de las que destacan expresidentes y artistas de América Latina pidieron sanciones contra Israel con el fin de detener los planes del primer ministro. Dentro de las voces recogidas estaban Dilma Rousseff, José “Pepe” Mujica, Lula da Silva, Rafael Correa, Evo Morales Ayma, Fernando Lugo y Ernesto Samer, quienes firmaron un documento, el cual fue una iniciativa de la sociedad civil sudafricana, que pedía la reactivación del Comité Especial de Naciones Unidas contra el Apartheid para frenar la política del gobierno de Israel.

Netanyahu no pudo iniciar con sus planes como estaba previsto para la primera semana de julio debido a la presión internacional y a que Estados Unidos no ha dado luz verde al proyecto, pues Washington teme que esta acción pueda enterrar el “plan de paz” de Donald Trump y que termine ocasionando daños colaterales en la cooperación de Israel con los otros países del Golfo Pérsico.

En 2018, cuatro días antes de la posesión del nuevo presidente, Iván Duque, Juan Manuel Santos reconoció a Palestina como un Estado “libre y soberano” en una de las últimas acciones de su gobierno. La declaración de reconocimiento por parte de Colombia al Estado de Palestina se da luego de más de 20 años de trabajo entre ambas delegaciones diplomáticas. El gobierno de Ernesto Samper (1994-1998) fue el primero en permitir la llegada de la misión diplomática palestina a Colombia y el gobierno de Santos ya había elevado el estatus de esa legación en 2014, pero sin llegar hasta el reconocimiento pleno. En los últimos diez años, la diplomacia colombiana ha apoyado en Naciones Unidas las resoluciones que tratan sobre la cuestión palestina.

Le recomendamos: El reconocimiento de Palestina: hacer lo correcto de manera inadecuada