“Sin las patentes de las vacunas venceríamos a la pandemia en menos de 12 meses”: MSF

En Brasil, como en varios países del continente, las personas sin hogar llevan la peor parte de la pandemia.

Foto: Médicos sin Fronteras

Desde el inicio de la pandemia se advertía que el virus generaría una mayor inequidad en el mundo. La misma crisis sanitaria es el ejemplo perfecto de que este tipo de avisos, como el que hizo la Organización Mundial para la Salud hace años, poco o nada sirven para el ser humano. Lo que estamos viendo ahora son países ricos que compran la mayoría de las vacunas, incluso más de las que necesitan. Pero el núcleo del problema es más profundo, o al menos así lo afirma la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) en su último informe.

Su presidente para Latinoamérica, el psiquiatra Germán Casas, aseguró a El Espectador que las patentes de las vacunas, sumadas a su mercantilización voraz, son las que terminarán modelando un mundo que violará la esencia para la que fueron creadas: el acceso universal a la inmunización. Ahora, si estas se eliminaran o se vendieran a un bajo costo, los países pobres o con menos ingresos serían capaces de producir la cantidad necesaria para derrotar definitivamente al virus en un tiempo mucho menor al estimado.

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¿Qué significan las patentes para este proceso que estamos viviendo con las vacunas?

Ese es el núcleo del problema alrededor de las vacunas, que están protegidas por derechos de propiedad intelectual y patentes. Primero, nosotros no estamos en contra de que haya innovación, inversión y de que alguien deba hacerla, es claro y seríamos ingenuos si pensáramos que la gente va a trabajar solo por amor al arte. Pero hay que aclarar una cosa. ¿Cómo nacieron las vacunas? Durante muchísimo tiempo no fueron ningún negocio y no lo fueron porque desde el punto de vista comercial o de usufructuar una enfermedad las vacunas no eran negocio porque acaban con esa enfermedad. Ese es su origen.

¿Cómo acabar con la enfermedad? Inmunizando a todo el mundo. La vacunación de Jenner, incluso desde antes, nació como una forma de enfrentar la enfermedad a través de generar una inmunización que nos defienda a los seres humanos de otra especie, género o conviviente, se llame virus o bacteria. El objetivo, por lo tanto, es generar una inmunidad del género humano, no una inmunidad individual, porque eso nos garantiza pocos resultados desde el punto de vista de combatir al bicho. La vacuna funciona en la medida en que es universal.

Claro, en la medida en que se logra acceder a inmunizaciones artificiales es un logro muy importante de la humanidad en la medida en que un grupo muy grande de persona se logre inmunizar para lograr erradicar el virus. Si las personas que desarrollaron las vacunas hubieran pensado en realmente el beneficio comercial nunca lo hubieran hecho porque sería acabar con un negocio. Fue un ejercicio universal humano de la inmunización.

Por el camino eso se fue modificando. Si uno mira la trayectoria histórica de las vacunas, estas comenzaron a ser investigadas por entidades académicas y no comerciales, como universidades, centros de desarrollo, de investigación. Segundo, al inicio fueron entidades públicas, por lo que fueron desarrolladas bajo dominio de la salud pública.

Fueron mandadas, dirigidas y reguladas por la OMS porque era un bien común de la salud pública universal. Así se logró erradicar la viruela, que es el ejemplo perfecto que tenemos. Las vacunas fueron un compromiso de los países en donde de una manera solidaria ministerios de salud de países ricos patrocinaron a los países pobres bajo el entendido de que había que eliminar la viruela vacunando todas las personas.

Con el tiempo se hizo un giro de 360 grados porque hoy las vacunas las maneja la Organización Mundial del Comercio (OMC), ahora las manejan entidades particulares, financiadas particularmente, aunque muchas de esas también están financiadas en parte con fondos públicos, pero hoy en día todo se basa en el mejor postor. Es increíble que 200 años después de que logramos sacar las vacunas, que 60 o 70 años después de que se eliminó la viruela, resulta que rige el concepto mercantil de la ley del mejor postor, de la oferta y la demanda, y no la ley de la salud pública. Ahora tenemos que hacer esta campaña para rogarle a la OMC que libere las patentes de las vacunas. Esto es una perversión del principio con el que se descubrieron las vacunas.

Además, las casas farmacéuticas nos están vendiendo que las vacunas es un logro individual y entonces el mejor es el que logra vacunas a los ciudadanos de su país. Eso es mentira, la vacuna es universal porque el bicho no reconoce fronteras. Si los israelitas, por ejemplo, que tienen supuestamente la mejor estrategia para vacunar a toda la población, si tienen a los palestinos al lado y no los vacunan, pues no van a poder erradicarlo. Lo mismo pasa acá en América Latina.

Lo que pasa es que las vacunas, gracias a las patentes se volvieron un bien de consumo, superfluo, preciado y en este momento costoso, y se generó una rapiña por este bien con el que las industrias farmacéuticas están beneficiándose ni siquiera sabemos cómo porque todo está protegido con el decreto comercial, pero seguramente estarán imponiendo condiciones a los países para venderles, no están pudiendo comercializar de la manera en que se han comprometido... todo eso es verdad porque las vacunas están regidas por el libre comercio y no por el principio de salud pública.

Lo que estamos haciendo es hacer un llamado para que la gente nos ayude con su firma en un manifiesto que busca que los países le pidan al consejo de la OMC para que desmonte o quite las patentes transitoriamente mientras se logra vacunar a un grupo suficientemente grande de la población que nos garantice la erradicación o por lo menos la mitigación de la pandemia.

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¿Desde MSF se sabe si con las vacunas que están llegando se pueden cubrir las necesidades de la población más vulnerable?

Claro que no, no se va a poder primero porque las vacunas con una patente protegida no va a poder tener centros de distribución como si fueran genéricas en diferentes partes del mundo. La cosa es tan grave que ni siquiera los mismos laboratorios están dando a basto y han tenido que contratar a otros laboratorios que no tienen la patente para producir el volumen. Si lográramos que la patente se liberara tendríamos la posibilidad de producir vacunas en todos los continentes, incluido África. Tenemos la certeza porque nosotros somos expertos en vacunación y en acceso a medicinas esenciales para la población vulnerable en todas las partes del mundo.

Tenemos calculado que hay centros que podrían perfectamente cubrir manufactura de vacuna si se libera la patente para todo el África desde Sudáfrica, para todo América Latina desde Brasil y Argentina, para todo el sudeste asiático desde India y otros países de la región. Estamos seguros de que si liberan las patentes estaríamos venciendo la pandemia en menos de 12 meses. Pero también estamos seguros de que si no lo hacen la pandemia no se va a ir, y lo que va a generarse, que ya se está viendo, es que haya una inequidad en la población global, en donde hay personas que puede acceder a la vacuna porque sus países tienen más plata, y hay otras que tienen grandes dificultades, incluido nuestro país, porque no tenemos la capacidad de comprarlas.

Es increíble que hay países que han reservado vacunas a la industria farmacéutica por tres veces más su población. Lo hacen por una competencia comercial y entonces ahora Canadá, por ejemplo, ahora dice que va a regalar la vacuna a los países pobres. Si va a hacer eso entonces debió comprar, quitarles la patente y producirla para los países pobres. Si no se vacuna a una gran porción de la población vamos a quedas con nichos epidemiológicos.

¿Cómo maniobrar dentro del negocio que implica la producción de vacunas para brindarle un servicio más equitativo o acercarse al principio de universalidad?

Nosotros hemos podido lograr algunas cosas interesantes, como convencer y negociar a algunas casas farmacéuticas para que liberen patentes de medicamentos para algunas enfermedades, hemos logrado que haya acceso a ciertos antibióticos en África negociando con industrias farmacéuticas que igual no tenían allí el mercado, pero tenían la patente. MSF les dijo que allá no lo iban a poder vender, mientras que nosotros podíamos hacer un genérico para distribuirlo a los niños africanos.

Hemos hecho presión para que algunas grandes casas farmacéuticas entiendan que había que producir medicamentos para el SIDA pediátrico porque los dejaron de producir porque ya no había niños con SIDA en el primer mundo, pero en África todavía se mueren recién nacidos con SIDA. Quitaron como se les dio la gana estos medicamentos y nosotros los convencimos y logramos hacer entender con mucha presión de la sociedad civil para que soltaran patentes y que bajaran el precio de ciertos medicamentos.

Lo hemos logrado en el pasado y creo que esta no será la excepción porque estamos frente a una situación muy dramática. Hemos hecho cálculos matemáticos con economistas de la salud que trabajan para nuestra campaña de medicamentos esenciales y no es cierto que no sea negocio, todo lo contrario. Es posiblemente un mejor negocio si tenemos la posibilidad de generar unos precios más asequibles para más cantidad de usuarios.

¿Cómo lograr que los productores locales puedan producir las vacunas sin dañar el negocio de los laboratorios?

Generalmente los productores locales de países pobres no están incluidos en los negocios de la Big Pharma porque allá no hay plata. MSF de ninguna manera está diciendo que la gente que desarrolla tecnología no gane plata, es absolutamente necesario. Pero lo que no puede ser es que ese negocio se centre solamente en los que tienen plata cuando hay gente que va a morir porque no la tiene.

Si nosotros logramos convencer que nos liberen las patentes, manufacturar las vacunas en centros de producción en países que tienen la tecnología, la capacidad, la logística, pero que no tienen la patente a unos bajos costos, es un negocio que se abre un mercado que no tenían considerado, luego es negocio pero a unos precios asequibles y justos.

¿Qué es el canibalismo inmunológico?

Lo que está pasando ahora es que gracias a que hay países, gobiernos, y hasta personas o empresas que ya están tratando de comercializar con las vacunas. Que tengan la posibilidad de comprar a unos precios altos e inmunizar pocas personas a un gran precio lo que va a generar es un desbalance muy grande en el acceso a las vacunas porque va a disparar los precios. Cuando se disparan los precios la inequidad se dispara mayormente porque quiere decir que a mayor precio, menos capacidad de llegar a ese insumo vital de una persona que tenga menos ingresos.

¿Por qué lo llamo canibalismo inmunológico? Porque eso va a crear grandes diferencias inmunológicas, va a haber gente protegida a expensas de que haya gente expuesta. Y eso va a perpetuar el problema de la covid, porque al no haber inmunización universal, y al haber nichos epidemiológicos de gente inmunizada, la covid se va a quedar en gente que no tiene plata. La gente que se va a poder inmunizar va a seguir comprando dosis en la medida en que pierda la inmunidad porque tienen plata y eso es canibalismo porque algunos van a vivir porque tienen plata de la desgracia del otro.

Si en cambio nosotros como seres humanos pudiéramos escribir una nueva página de la historia como lo hicimos cuando combatimos y le ganamos a la viruela, y nos pusiéramos de acuerdo para vencer la pandemia en conjunto, reescribiríamos la historia porque en ese momento estaríamos hablando de vencer una enfermedad como género humano en común y no como yo individuo a expensas de que el otro se quede sin la inmunización.