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En manos de la Corte Suprema está el futuro del exmagistrado de la Corte Constitucional, Rodrigo Escobar Gil. Su defensa recurrió a la última carta que tenía para salvarlo de la condena emitida por el Tribunal Superior de Bogotá el pasado jueves 7 de junio, en la que se determinó que Escobar Gil sí participó de manera irregular en la selección de una tutela de Fidupetrol con la que la empresa buscaba ser eximida de pagar una multa de $22.500 millones.
El abogado Jaime Granados, quien representa los intereses del exmagistrado, presentó un recurso extraordinario de casación contra el fallo emitido por el Tribunal de Bogotá. El documento, dado a conocer en audiencia pública este jueves 14 de junio, revocó el fallo absolutorio con el que se había visto beneficiado en febrero de este año por el Juzgado 23 Penal del Circuito.
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El exmagistrado fue investigado por el delito de tráfico de influencias, luego de que supuestamente interviniera en la selección de una tutela por parte de la Corte Constitucional para evitar una multa impuesta por la Corte Suprema de Justicia a Fidupetrol por $22.500 millones. De acuerdo con las investigaciones, Escobar Gil fue contactado por Helbert Otero, accionista mayoritario de Fidupetrol, con el propósito de que influyera sobre los magistrados para lograr la selección de la tutela presentada por la empresa.
Finalmente, Fidupetrol sí tuvo que pagar la multa, y Otero fue condenado por este escándalo. El Tribunal Superior de Bogotá centra su decisión en que Escobar Gil sí influyó en tal decisión, ya que fue él, como asesor de Fidupetrol, quien concretó una reunión privada con el ponente de esa tutela, Mauricio González: “El procesado, al abordar este tema, sabía por anticipado que el magistrado Mauricio González era el ponente de ese asunto, tanto que así quedó expresamente expuesto en el contrato de prestación de servicios entre Fidupetrol y la empresa que representaba el procesado (Escobar Campos y Cia S.C.A.)”.
“El procesado no se limitó a hacer el comentario al ponente sobre el trámite de la revisión de la tutela, sino que agregó, a favor de la causa que él asesoraba, que de negarse la tutela se verían afectados los ahorros de exempleados de Ecopetrol, con lo cual pretendió introducir un argumento dirigido a las emociones compasivas del ponente”, afirma el documento.
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De acuerdo con el testimonio entregado por el exmagistrado González, tal petición se la hizo Escobar Gil en un almuerzo en la que se encontraba el togado Jorge Pretelt, quien hoy enfrenta un juicio por este tema. Maurio González advirtió que en ese momento no sabía que Escobar Gil hacía parte de Fidupetrol, sino que se enteró después en una conversación con el abogado Víctor Pacheco. “Explicó que cuando Víctor Pacheco le comentó del caso Fidupetrol, denunció ante la Comisión de Acusaciones para que eso se investigara”.
“Por eso se advierte entre ellos (influyente e influenciado) una relación tal que permite entender que el procesado (Escobar Gil), al mencionar el caso al ponente (Mauricio González), como lo hizo, incurrió, afirmativamente, en una conducta idónea para que éste, eventualmente, variara el curso ordinario del trámite de la revisión de la tutela de Fidupetrol contra la Corte Suprema de Justicia, favoreciendo los derechos de aquella empresa, en cuanto ésta se los había violado”, añade la sentencia.
"Me contrataron para prestar una asesoría jurídica especializada durante la revisión de la tutela en la Corte Constitucional. Es usual que lo hagan las empresas, y todos los exmagistrados de la Corte, en ejercicio de la profesión, hemos prestado este tipo de asesorías", le dijo a este diario el exmagistrado Rodrigo Escobar Gil poco después de haber sido absuelto en primera instancia. "Fue un montaje porque desde el primer día la Fiscalía sabía que el mío había sido un trabajo profesional", agregó. Ahora, será la Corte Suprema la que evalúe si, como dice Escobar Gil, su participación en el expediente de Fidupetrol fue profesional, como él alega, o si se pasó de la raya para lograr que su cliente ganara.