Cundinamarca y su gran apuesta por la cobertura del agua

Cundinamarca es uno de los departamentos con mejor calidad de agua. / Cortesía Gobernación de Cundinamarca.

El agua es considerada un derecho fundamental, que el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales define como “la facultad de todos de disponer de suficiente agua, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal o doméstico”.

El Informe nacional de calidad de agua para el consumo humano, publicado en 2018 por el Ministerio de Salud y Protección Social, reveló que 3,6 millones de personas en Colombia no tienen acceso a acueducto, 5,6 millones carecen de alcantarillado y otras 368.000 se exponen a consumir agua con altas concentraciones de bacterias fecales, virus, sustancias químicas y otras, que la hacen no apta para el consumo humano. (Lea: En Cundinamarca se gradúan 165 líderes y lideresas)

Cundinamarca es uno de los departamentos con mejor calidad de agua, según el informe de Índice de Riesgo de la Calidad del Agua para el Consumo Humano (IRCA). Ciertamente, los planes que se han venido ejecutando en la zona lo confirman. Actualmente, el departamento cuenta con unos de los planes de aguas más robustos y eficientes del territorio nacional. Se trata del Plan Departamental de Aguas (PDA) de Cundinamarca, cuyo éxito se debe al esfuerzo conjunto de la Gobernación, las alcaldías municipales, las corporaciones autónomas regionales y sus habitantes.

Este plan, ejecutado por Empresas Públicas de Cundinamarca, cuenta con la vinculación de 112 municipios, que se han visto beneficiados en materia de infraestructura, medio ambiente, aseguramiento de servicios públicos, gestión del riesgo y social. Desde enero de 2016, durante el gobierno Unidos Podemos Más, liderado por Jorge Emilio Rey Ángel, se entregaron 7.064 unidades sanitarias, que beneficiaron a más de 28.256 personas de la zona rural. Además, se adquirieron 44 vehículos compactadores para 37 municipios, se finalizaron 27 proyectos de alcantarillado en 27 municipios y culminaron cuatro proyectos de alcantarillado rural que conectaron a 2.221 habitantes de los municipios de Sesquilé, Subachoque, Zipaquirá y Apulo.

También se destaca el proyecto Agua a la Vereda, único en el país, que consiste en apoyar a los cundinamarqueses para que cada acueducto veredal beneficiado funcione como una empresa moderna y fortalecida y trabaje de la mano de la parte administrativa, legal, comercial, financiera y técnica.

Con este proyecto se han realizado labores de mantenimiento y mejoramiento de bocatomas, desarenadores y tanques de concreto y de este modo se han beneficiado 314 acueductos del departamento. Adicionalmente, cerca de 25.000 personas que antes no tenían acceso al agua potable ahora disfrutan de este servicio las 24 horas. (Puede leer: ¿El agua sí llegará a La Mesa en 2020?)

“La voluntad política es una de las cosas que nos diferencian de los PDA de otros departamentos del país, porque desde el principio hicimos un esfuerzo para que la mayoría de los municipios estuvieran vinculados. Además, Cundinamarca se convirtió en un importante brazo técnico para los municipios, para impulsar sus proyectos”, aseguró Andrés Ernesto Díaz Hernández, gerente de Empresas Públicas de Cundinamarca.

Asimismo, hay grandes proyectos, como la planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) Canoas, con la que se busca tratar el 70 % de las aguas residuales de Bogotá y Soacha, con una inversión de $97.690 millones. Se suma el acueducto regional La Mesa-Anapoima, uno de los planes más ambiciosos, con el que asumieron el reto de reformar y garantizar el abastecimiento de agua desde Bogotá hasta estos municipios.

Cabe recordar que La Mesa y Anapoima tienen problemas de abastecimiento de agua y llevan más de 15 años buscando una solución definitiva. Con el PDA de Cundinamarca se logró firmar un convenio con la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Bogotá para asegurar el suministro de agua en bloque. (Puede leer: Con $280 millones Gobernación de Cundinamarca apoyará a mipymes y emprendimientos)

En la actualidad, el proyecto se encuentra en la segunda etapa y se espera que termine en junio de 2020. El costo es de $32.686 millones y se beneficiarán 46.700 personas. Con el plan no solo se pretende garantizar el agua potable a los habitantes del departamento, sino asegurar el servicio de agua continua, ayudar a la descontaminación del río Bogotá e impulsar proyectos que contribuyan al saneamiento básico.