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El occidente de Medellín no cuenta con servicio de bus. Esto se debe al paro que proclamaron los conductores de buses quienes cedieron ante las intimidaciones de bandas criminales que protagonizaron dos hechos la semana pasada.
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Uno de los hechos, el pasado jueves, fue el asesinato del conductor de la empresa Coonatra Jhon Sánchez, de 24 años. El otro se trata de la incineración de dos buses en los últimos meses.
Por tal motivo, este martes, conductores, propietarios de buses, administración de Coonatra y autoridades municipales y militares se reunieron para conversar los temores y las medidas que ayuden a que el servicio se restablezca nuevamente.
“Restableciendo toda la confianza con los conductores y propietarios para que rápidamente se pueda restablecer el servicio en toda la zona. Ya llegamos a unos acuerdos en los cuales vamos a seguir generando confianza ante los diferentes conductores y ojalá que este miércoles podamos arrancar con toda la prestación de servicio a todas las personas que se han visto damnificadas estos días”, dijo en rueda de prensa Humberto Iglesia, secretario de Movilidad de Medellín.
Frente al tema, Elkin Alexis Castro, uno de los 70 conductores declarados en paro, contó que las medidas de las que se hablan son mayor presencia de Policías móviles, inteligencia por parte del Gaula y la Sijín, y comunicación constante con las autoridades.
“Todavía no sentimos seguridad, estamos arriesgándonos a iniciar labores y a que las cosas, con el favor de Dios, marchen todo bien”, comentó Castro, conductor de Coonatra.
Aún se desconocen las pérdidas que ha tenido la empresa tras la suspensión de actividades por parte de los conductores. Sin embargo, las autoridades se mostraron pendientes de las inquietudes que la empresa y los conductores puedan llegar a tener.
Castro estima que, de restablecerse el servicio, las operaciones comenzarían desde las 4:00 a.m. hasta las 11:00 p.m.
Las rutas más críticas y que generan mayor temor en los conductores son las 242 y 243 que prestan servicios en Floresta-San Juan, y las 310 y 310 que cubren Calazans-Boston. Se estiman que son aproximadamente 60.000 personas las afectadas por este paro.