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Educación, cultura ciudadana, seguridad, consumo de drogas en lugares públicos, movilidad, medioambiente, empleo y desarrollo económico. Esos fueron los temas que abordaron ayer los cinco candidatos a la Alcaldía de Cali participantes del debate organizado por la alianza entre El Espectador, Fescol, Cuso Internacional con el apoyo del Gobierno de Canadá y Blu Radio, un espacio en el que Jorge Iván Ospina (Alianza Verde) y Alejandro Éder (Compromiso Ciudadano) se sacaron chispas con cuestionamientos y acusaciones, que fueron antesala del anuncio que se conocería horas después por parte de la Fiscalía: el llamado a acusación al primero, el próximo 15 de noviembre, dentro de los procesos en su contra por los delitos de interés indebido en la celebración de contratos y contrato sin cumplimiento de los requisitos legales.
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Minutos después de esta noticia, a través de su cuenta en Twitter, el candidato de la Alianza Verde puso un mensaje ambiguo, sin mayores explicaciones: “He tomado una decisión muy, muy dura para mí, pero imprescindible. Es por Cali”. Y en horas de la noche, citó a medios de comunicación y seguidores en la Plaza de la Caleñidad “Jairo Varela”, para decir que inicia una huelga de hambre en rechazo a la persecución política y mediática y la falta de garantías a su campaña. “¿De verdad estan interesados en ganar la Alcaldia de Cali a cualquier costo, vulnerando derechos, estigmatizando o asesinandome? No han parado de realizar sandeces, sin embargo les quiero notificar que les ganaremos, no venimos ni del chance ilegal ni de usurpar tierras (...) Inicio huelga de hambre porqué la vida tiene sentido en la medida en que a los seres humanos se les respete su dignidad, su reputación, su derecho al buen nombre, su derecho al debido proceso y que la actividad política se realice sin violencia, sin mentiras, sin agresiones", dijo.
Lo cierto es que Ospina enfrenta ante el ente acusador cuatro procesos, dos en la Fiscalía Primera Especializada de Bogotá —en uno de los cuales ya le imputaron cargos— por contratos sin el lleno de requisitos legales, y otros dos en las Fiscalías 100 y 76 de Cali, por el delito de prevaricato por acción. Y es esta situación, precisamente, el motivo del duro rifirrafe protagonizado ayer con Éder en el debate, cuando se planteó que los candidatos revelaran si tenían o no investigaciones en los organismos de control, pues según una encuesta de Yanhass, el 74 % de los caleños consideran que, si es así, deberían retirarse de la contienda electoral.
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En ese momento, Ospina cuestionó una información difundida recientemente que mencionaba 69 procesos disciplinarios suyos en la Procuraduría, que no es cierta y tuvo que ser rectificada. Sin embargo, reconoció los de la Fiscalía, aclarando que ninguno de estos ha tenido mérito para algún tipo de sanción. Fue entonces cuando Éder le pidió precisión, pues, según expresó, se trata de imputación de cargos y no simples investigaciones. Y se armó la de Troya. “Usted me quiere graduar de corrupto y está equivocado”, respondió Ospina, y fue al contraataque: “Tal vez le podría responder a la ciudadanía por las tierras que en la Orinoquia han pasado a manos de su familia, eso sí se trata de circunstancias dolorosas, fastidiosas y complejas”.
Éder le respondió recordando que hace un mes estuvo en Asocaña, gremio de los azucareros, pidiendo apoyo financiero y que hace cuatro años, cuando se lanzó al Senado, recibió aportes de su familia, propietaria del Ingenio Manuelita. “El único con imputación de cargos aquí sos vos”, le dijo, enfatizando que tener tierras para generar desarrollo no es ilegal. “Una cosa es un proceso contractual y otra hablar sobre la tenencia de una gran cantidad de tierra en la Orinoquia (…) y sí estuve en Asocaña porque es mi responsabilidad expresarles a los azucareros cómo se va a gobernar la ciudad”, ripostó el candidato verde.
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Hubo después un cruce de palabras, en las que Ospina dio a entender que la mencionada adquisición de tierras por la familia de Éder se había hecho de manera irregular, con desplazamiento de campesinos y utilización de recursos que debían llegar a ellos y no a una empresa como Manuelita. Éder lo invitó a denunciar si tenía pruebas y repitió: “El único aquí con imputación de cargos sos vos”. El tono del debate fue tal, que tuvieron que apagarse los micrófonos para retomar su curso sobre las propuestas de campaña y escuchar también a los otros candidatos: Michel Maya (ASI), Francined Cano (AICO) y Danis Rentería (Colombia Justa-Libres). Roberto Ortiz (Firmes con Chontico) se excusó por problemas de salud.
La discusión prosiguió abordando dos de los asuntos que concentran la atención de los caleños: seguridad y movilidad. El primero relacionado también con el consumo de drogas alucinógenas, frente a la ley sobre su prohibición en parques y alrededores de escuelas y colegios, y la notificación de que no se asignarán más policías para la ciudad. Para Cano, debe ser obligación de la Policía controlar el consumo y la venta de drogas. “Atacaré el desorden”, recalcó, y anunció la masificación del deporte y la cultura. Éder, por su parte, prometió que su primera acción como alcalde será adelantar un consejo de seguridad para trazar una estrategia de identificación y desarticulación de grupos dedicados al microtráfico y al hurto: “Se necesita un alcalde con experiencia trabajando con la Fuerza Pública en temas de reconciliación y seguridad, como la tengo yo”.
Maya, en cambio, indicó que Cali no puede renunciar a su derecho de exigirle al Gobierno Nacional más pie de fuerza y recalcó que se debe aprovechar al máximo la tecnología: “Hay que garantizar que el 100 % de las cámaras que hoy existen funcionen, que se complementen con las privadas, y agregar algunas con reconocimiento facial”. Ospina anunció la creación de un “instituto para la atención integral del farmacodependiente”, poniendo sobre la mesa una propuesta polémica: “Desarrollar espacios donde el consumo sea permitido o por lo menos controlado. En ese centro de atención integral le será provisionada la droga a todo aquel que quiera adelantar su rehabilitación”. Finalmente, Rentería planteó que se debe hacer una articulación con el Ejército, reemplazando las estaciones de policía que hoy existen en los sitios vulnerables de la ciudad por bases fijas y móviles, y que los agentes se dediquen a proteger los parques y colegios.
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En cuanto a la movilidad, los candidatos plantearon soluciones frente a lo que hoy es una de las zonas más críticas para Cali: el sur. Casi todos confluyeron en la necesidad de terminar las obras que ya se adelantan ahí, además de la prolongación de las avenidas Circunvalar y Ciudad de Cali. Rentería dijo que se requiere una campaña de cultura ciudadana para incentivar el uso de la bicicleta y el transporte público, por encima del carro particular, eso sí, haciendo más eficiente y seguro el MIO, el sistema de transporte masivo. Además, dijo que aumentará el número de guardas de tránsito, los cuales se dedicarán a hacer fluir la movilidad y no a hacer retenes y comparendos.
Para Ospina, el sur de la ciudad ha sido mal urbanizado y se deben proteger los ecosistemas de los tres ríos que recorren la zona: Pance, Jamundí y Lili. Por eso, planteó congelar las licencias de construcción que hoy se desarrollan, hasta que se tenga una buena infraestructura vial y una planta de tratamiento de aguas residuales. Y aseguró que definitivamente se debe impedir la urbanización de los alrededores del río Pance. Maya, a su vez, manifestó que lo que ha habido es falta de planeación y sugirió coordinar con Jamundí, Candelaria, Palmira, Yumbo y el norte del Cauca para organizar y definir vías, servicios públicos y movilidad. También propuso semáforos inteligentes y dejar contratada, al menos, la primera línea del metro ligero o del tranvía, además de construida la Troncal Oriente del MIO.
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Éder habló con nombre propio. Reveló que su secretario de Movilidad será Alberto Hadad, quien ya estuvo en el cargo en la alcaldía de Rodrigo Guerrero, con bastante polémica por su mano dura. Echando pullas, el candidato de Compromiso Ciudadano expresó que no tiene acuerdos politiqueros, por lo que podrá escoger el mejor equipo sin presiones. Señaló que hay que hacer fluir la ciudad de la mano de los agentes de tránsito: “Vamos a terminar las obras iniciadas y continuar las que hace años se contrataron, se pagaron tres veces más caras y nunca se hicieron, sin cobrar valorización”. Cano arreció en sus críticas al alcalde Armitage que, en su concepto, ha “inundado de taches y bolardos” la ciudad, aumentando la congestión vehicular y haciendo más difícil el día a día de los caleños.
Todos se mostraron de acuerdo con la adecuación del tren de cercanías, algo así como un metro ligero, que sería clave para hacer fluir la movilidad; igualmente en luchar contra el narcotráfico generando oportunidades para los jóvenes de los sectores más vulnerables, en acabar con la impunidad en la justicia frente a delitos menores como el robo de celulares, en impulsar el turismo, en reducir el desempleo o en proteger el medioambiente. La última palabra la tienen los caleños.