#EconomíaParaMiPrima

Administración de pensiones e indignados, para mi prima

Martín Jaramillo
07 de marzo de 2020 - 05:00 a. m.

No es ningún secreto que los economistas somos verdaderamente malos para comunicar lo que sabemos, pero en un tema tan delicado como las pensiones vale la pena insistir en un debate responsable.

La firma de consultoría ReD lo descubrió hace varios años cuando le diseñaba la estrategia a una de las administradoras de pensiones más grandes de Escandinavia: la gente está poco interesada en la pensión, en el sistema y en toda la jerga técnica, que es en lo que somos expertos los economistas, pero la gente sí está muy interesada en su vejez.

Tal vez en estos tiempos de indignación, las falsas noticias y miles de cosas compitiendo por su atención, yo no logre enseñarle cada detalle técnico del sistema pensional a mi prima de 10 años, pero sí puedo intentar proveer algo de claridad.

En redes sociales la gente está confundida con este mundo complejo y su respuesta por instinto es la indignación. Los medios de comunicación intentan resolver esa confusión y poco lo logran, pero hay otra gente –entre ellos el exdirector del Banco de la República Salomón Kalmanovitz– que insiste en confundir al público, desde las prestigiosas páginas de este periódico, para indignarla. Veamos por qué.

Lo que dijo Kalmanovitz en su columna de este lunes 2 de marzo es que a los fondos privados de pensiones, “sin mover un dedo, mensualmente les llueven $3,3 billones de utilidades” y “no informan sobre los portafolios en los que tienen invertidos los ahorros”. Esas afirmaciones pueden ser buenas para tramitar indignación, pero resultan delirantes si se contrastan con la realidad.

Primero, Kalmanovitz confunde la administradora de pensiones con el fondo, una completa primiparada. Los dueños del fondo son todos los trabajadores colombianos que tienen su pensión en un fondo privado: es una gran noticia que cada mes los trabajadores colombianos tengan billones de utilidades para tener una mejor vejez. ¿Por qué Kalmanovitz continúa como si esa plata no fuese de los cotizantes sino de las administradoras?

Ahí me interrumpió mi prima: “¿Cómo así? No tan rápido”.

“Vamos por pasos –le dije–, el fondo es de la gente, la administradora simplemente lo maneja. En el edificio donde vivo, los dueños del edificio somos las personas dueñas de los apartamentos, la administradora que tenemos contratada puede manejar el edificio, pero no es dueña de mi apartamento”.

“¿O sea que las administradoras de pensiones son como la señora que administra un edificio?”, me preguntó asombrada.

“Así es, prima. Si la administradora no está haciendo un buen trabajo o a uno no le gusta, uno la cambia por otra. Cuando Kalmanovitz confunde el fondo con la administradora, es como si uno creyera que la administradora del edificio se lleva los apartamentos para su casa cuando es despedida de su trabajo”.

Todavía mi prima sigue sin saber los detalles técnicos del sistema pensional, pero sabe que la plata del fondo es de la gente que ahorra, no de la administradora. También sabe que uno puede cambiar la administradora del edificio o la administradora de pensiones y estas no se van a quedar ni con la plata ni con el edificio.

Al entender los conceptos, ella sabe que si mi banco hace una campaña publicitaria la hace con su dinero, no con el mío de la cuenta de ahorros: lo mismo es con la administradora de pensiones, que lo hace con su plata y no con la plata del fondo. Ella sabe –a diferencia de muchos opinadores del sistema pensional– que no hay claridad en un tema cuando una autoridad intenta indignar al público confundiendo estos dos términos.

Kalmanovitz dice que las administradoras “no mueven un dedo”, pero hasta mi prima sabe que el negocio de administrar un fondo de pensiones es más complejo que el negocio de administrar indignación.

@tinojaramillo

martin.jaramillo@email.shc.edu

 

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