Sigue sin resolución el drama de las elecciones gringas. Trump pone en el sector defensa a fichas suyas, una medida claramente amenazante, y Pompeo habla del segundo período de su jefe. Biden mientras tanto vende una imagen de serenidad, como si su acceso al poder fuera inevitable. No sé qué tan sabia sea esa táctica de contrarrestar furia con comedia, cólera con puesta en escena “de los viejos buenos tiempos” en los que los presidentes sabían tener “comportamiento presidencial”, dos tópicos que han salido a relucir una y otra vez a lo largo de esta atormentada campaña.
Para el mundo, la diferencia entre Trump y Biden es enorme....

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Por El Espectador
Hace 7 horas