¿De quién será la Internet del futuro?

Las nuevas reglas de neutralidad de la red aprobadas en el parlamento europeo buscan proteger que el tráfico de Internet sea tratado igual —sin discriminaciones—. Sin embargo, creará una Europa de dos velocidades.

Aunque el problema más criticado ha sido que los proveedores de Internet puedan ofrecer “carriles rápidos”, para “servicios especializados con requerimientos de calidad”, los críticos también señalan que no se prohíba el “zero rating” (incluso parece avalarlo) y que incluya excepciones tan amplias que van más allá de manejo del tráfico, permitiendo, por ejemplo, el “manejo de la congestión”.

La excepción de “carriles rápidos” es tan grande que, en la práctica, permitirá lo que fue el detonante de la reforma en EEUU: el acuerdo Comcast/Netflix —la norma europea incluye como permitidos IPTV, videoconferencia de alta definición o servicios de salud como telecirugía—.

En EE.UU existe una excepción similar, pero el impacto es menor porque no es para servicios basados en el acceso a Internet, sino para servicios basados en Protocolos de Internet. Los ejemplos son VoIP, monitores cardíacos o sensores de consumo de energía. En EEUU, la autoridad (FCC) puede actuar cuando identifique que se usa la excepción para ofrecer funcionalidades equivalentes a las de banda ancha o para evadir las reglas de la Internet abierta. Está prohibida la “priorización de pagos”.

Aunque la excepción permite nuevas líneas de ingresos para los operadores europeos de telecomunicaciones (allí todavía muchos son públicos total o parcialmente), supone un importante reto para los intereses de las personas usuarias y de la innovación. El problema central de las dos velocidades es que debilita la capacidad democratizadora de la red. Quien puede pagar el peaje en la autopista tiene ventaja competitiva frente a nuevos emprendedores, entidades sin ánimo de lucro, contenidos de la ciudadanía en general, que quedan relegados a la vía paralela de no pago. Así, la Internet abierta desaparece, es una TV más. No olvidar: en Colombia fuimos pioneros en excepciones amplias para la neutralidad. Acá se permiten planes que respondan a necesidades de diferentes segmentos del mercado y con ello se afecta la neutralidad.