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Sobre un editorial
El sábado pasado, el texto editorial mencionó que el mundo parece ser un lugar más seguro tras la baja del líder de Al Qaeda, Abi Mohamed Ayman al Zawahiri. Puede que la seguridad del mundo mejore o empeore, pero eso no tiene nada que ver con este triunfo militar de EE. UU., pues cualquier grupo o estructura, terrorista o no, reemplaza rápidamente a sus líderes depuestos sin que se genere necesariamente un cambio en su dinámica.
En las páginas de El Espectador se ha retratado ampliamente el efectivo reemplazo que se da en grupos armados (como el Clan del Golfo) cuando un líder es abatido, así como la forma en que estas estructuras siguen operando con relativa normalidad. Creer que dar de baja a un líder implica un desescalamiento de un conflicto es algo muy ingenuo y simplista, características que tuvo el gobierno de Duque al centrar su estrategia de seguridad en dar de baja a cabecillas, enfoque que ha sido muy criticado por expertos.
Este simplísimo ingenuo no puede ser el foco de análisis para conflictos internacionales como el de Al Qaeda. No se puede pensar sencillamente que es un juego de buenos y malos-terroristas, donde estos últimos actúan sin razones, porque son malos y ya, y por ende hay que matarlos.
Esta es una visión infantil tipo películas de superhéroes, que le ha hecho mucho daño al mundo.
Pareciera que el editorial ya ha superado esa visión para el conflicto colombiano, pero no para la guerra de Al Qaeda.
La seguridad no se genera matando líderes, sino transformando las causas que dan origen a grupos terroristas, generando diálogos para alivianar los extremismos, entendiendo las profundas causas del conflicto y mejorando las condiciones socioeconómicas de las sociedades implicadas.
Edwin Novoa
Sobre una columna
El artículo de este domingo del escritor Héctor Abad Faciolince refleja el temor de un buen número de colombianos. Pero debemos destacar el papel del periodismo en la producción de esa sensación. Este se dedico únicamente a criticar a Duque, obviamente con razones para hacerlo, pero sin advertir los peligros nuevos. Ahora que no vengan a tratar de cambiar el discurso. El periodismo forma opinión.
José Hernán Caño Henao
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