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Réplica a una columna

Cartas de los lectores

22 de abril de 2022 - 12:00 a. m.

El 14 de abril, nada menos que el Jueves Santo, el doctor José Fernando Isaza publicó en El Espectador una columna titulada “Pascua”. El mismo día fue publicada la Encuesta de Cultura Política del DANE, que nos dice que el 87,4 % de los colombianos se consideran cristianos católicos, cristianos protestantes o evangélicos. ¿Por qué alguien escogería un Jueves Santo para ofender al 87 % de los colombianos?

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Comienza diciendo que, antes de las religiones abrahámicas (judaísmo, cristianismo e islamismo), casi todas las civilizaciones del hemisferio norte “celebraban con júbilo el inicio de la primavera” y que el cristianismo, “por el contrario, hace coincidir el triste período de la Cuaresma con el equinoccio de primavera”. Es imperdonable desconocer que el cristianismo celebra las fiestas pascuales exactamente el primer domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera. La Cuaresma es para arrepentirnos de los pecados del carnaval y recordar que todos somos pecadores y todos somos polvo y ceniza. ¿Él no?

Nos repite el doctor Isaza algunos párrafos de Maria Caterina Jacobelli, historiadora de la religión, que narra la corrupción generalizada que se daba en el cristianismo popular de los siglos IX al XVIII, incluso entre sus clérigos y obispos. ¿Por qué no pensar más bien en esta época en los líderes sociales que siguen matando impunemente? ¿Por qué no expresó más bien su apoyo a los obispos de Urabá, Chocó, Valle, Cauca, Nariño y Norte de Santander? No sé si quería ofender a todos los religiosos y a otras organizaciones evangélicas que apoyan ahora a los reinsertados y a los líderes comunales en los sitios más peligrosos, a las religiosas que acogen a los huérfanos de la guerra, o al padre Francisco de Roux y al padre Javier Giraldo, que siguen buscando la verdad arriesgando sus vidas. ¿Será que el doctor Isaza quería mostrar que él es más ilustrado, culto, moral y refinado que los cristianos que todavía seguimos a nuestro maestro Galileo?

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Recordé un texto de Hans-Georg Gadamer sobre la formación integral de las personas (llamada bildung, “más allá de la educación”, o erziehung). La entiende como un desarrollo cuidadoso de los órganos de los cinco sentidos corporales y espirituales: el cultivo de la visión certera hacia el futuro, el oído atento a las palabras, el olfato fino, el buen gusto y, ante todo, el tacto en las relaciones con los demás. Admiro la visión del doctor Isaza en los temas científicos y en algunos temas económicos, tal vez no tanto su capacidad de escucha crítica a lo que oye o lee. Pero ciertamente nos falló a todos los cristianos católicos y no católicos con su falta de olfato para captar la sordidez maloliente de esas historias, su mal gusto en escoger precisamente esta fecha del Jueves Santo para recordarlas y su total falta de tacto con todos los que queremos seguir a nuestro maestro Jesús de Nazaret en estos días de reflexión y celebración pascual. Nos debe unas ponderadas excusas.

Carlos Eduardo Vasco Uribe

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