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Respuestas al editorial El error de Fecode
Este editorial es adecuado para quienes tienen posiciones ideológicas sesgadas, como el medio lo deja ver. Fecode es una agremiación sindical que defiende los derechos de los docentes; no es un partido político anclado en el pasado. Esta agremiación está formada por intelectuales: los maestros, y merece respeto. Cada vez que muestra desacuerdo con las políticas que quieren “romperle el espinazo”, como lo han dicho los alfiles del uribismo, es señalada y macartizada. Los maestros merecen dignidad y respeto. Los medios se han convertido en los principales enemigos y, en vez de informar, cumplen el papel de confundir a la gente, provocando una opinión negativa en torno a esta federación. Deberían informar y no solamente opinar. Lamentablemente, Colombia carece de medios de información; sólo hay medios de opinión, respondiendo a ciertos intereses.
Antonio Luquetta Quintero, rector Institución educativa Francisco de Paula Santander
La educación en Colombia es y debe seguir siendo un servicio público esencial, con todas las prerrogativas y los beneficios que estos servicios conllevan. Los servicios públicos esenciales son responsabilidad del Estado en cuanto a su prestación en condiciones de calidad, cobertura y oportunidad, así como su supervisión, adopción y aplicación de correctivos. Sin embargo, como el Estado no puede prestar todos los servicios por sí solo, se requiere la colaboración y participación del sector privado, bajo la supervisión y vigilancia estatal, para la prestación de servicios públicos sociales esenciales, como la educación y la salud. Este modelo se ha implementado en Colombia desde hace muchos años, garantizando oportunidad y calidad. Un ejemplo de esto es la medicina prepagada, que muchas personas pueden contratar, o el acceso a establecimientos educativos de secundaria y educación superior de calidad nacional e internacional. Lo que no se evalúa no tiene forma de subsistir. La evaluación en todos los sentidos y sectores de la vida económica, productiva, social y educativa debe responder a resultados competitivos en el entorno local, departamental, nacional e internacional, bajo parámetros y mediciones aceptadas por el Estado colombiano, como los de la OCDE. Esto es indispensable, necesario, saludable e imprescindible para avanzar en una educación de calidad competitiva, en armonía con el progreso mundial y el modelo de desarrollo y bienestar de nuestro país. Colombia, como miembro de varias organizaciones sociales que luchan por mejoras en la calidad de la formación de estudiantes y profesionales, debe continuar trabajando en soluciones.
Víctor Orlando González
