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Petro y la inflación del lenguaje

Catalina Uribe Rincón

22 de octubre de 2022 - 12:30 a. m.

En una columna anterior me referí a los riesgos comunicativos que existen cuando la oposición a un gobernante es débil. Argumenté que lo que parece ser el sueño oculto de todo dirigente es en realidad un arma de doble filo; la ausencia de oposición genera un vacío en el imaginario público, falta un recordatorio de que la cosa, si bien está mal, hubiera podido ser peor. Por ejemplo, la presencia acechadora de Le Pen le ayuda todos los días a Macron, la de Trump le ayuda a Biden y así. Petro, por ahora, está solo en el escenario. Sí, el Centro Democrático está haciendo resistencia en el Congreso, pero frente a la opinión pública el Gobierno de izquierda es el nuevo mejor amigo de Fedegán. No estoy diciendo que los acercamientos para concretar una reforma agraria no sean deseables, solo que Petro tiene hoy la atención unificada de la ciudadanía.

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He ahí el reto: tiene la atención unificada en un momento en que el mundo atraviesa turbulencias económicas y geopolíticas de amplias proporciones. No sólo el mercado, también el ánimo mundial está nervioso e irritable. Estamos en crisis y cuando hay crisis hay dos alternativas comunicativas: inflar o desinflar el lenguaje. Pensemos en la pandemia. Quienes inflan el lenguaje actúan como Trump, niegan la realidad, alborotan a los antivacunas, culpan a China y amañan verdades para exculparse. Hay otros más mesurados como Merkel, que en su momento procuró más bien hablar poco, mediar con los mandatarios regionales y mostrarse como una líder que ejecuta y toma decisiones. En vez de sobreexponer su imagen peleando contra un virus incontrolable, se preocupó por dialogar e intentar sopesar lo que era prevenir el virus y convencer de que algunas medidas implicaban la restricción de libertades individuales.

Infortunadamente, Petro ha seguido más de cerca el modelo de comunicación de Trump que el de Merkel. A raíz de la inflación y la devaluación del peso colombiano, Petro hizo unos pronunciamientos que terminaron de encender los ánimos. Según nuestro presidente, los Estados Unidos, por pensar solo en ellos, están “arruinando todas las economías”, derrumbando las demás monedas y vaciando de capitales el mundo. Sí, las decisiones de la Reserva Federal están teniendo un impacto global y vale la pena presionar para que revalúen su curso. Pero no son decisiones caprichosas. Ya hay un debate técnico andando sobre si la inflación que estamos viviendo es de demanda u oferta. La Reserva Federal se puede estar equivocando, pero es una entidad independiente y seria. Y este es un debate que se puede dar con razones. El presidente Petro no dio una sola. En cambio, lanzó todo tipo de acusaciones.

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Las recriminaciones presidenciales no han sido sólo con respecto al dólar y la inflación. En sus declaraciones desde Urabá, por ejemplo, el presidente habló sobre el engaño a los migrantes que “creen que hay un sueño que los espera y abandonan nuestros países”. Al parecer, para Petro, la gente no busca salir por cansancio y falta oportunidades, sino engañada por el sueño americano. Sí, de nuevo, es horrible y hay que denunciar el trato cruel en que se ha convertido el paso por “el hueco”. Pero si bien hay un problema con la manera como hemos criminalizado la migración entre naciones, también es cierto que la gente se va de nuestros países porque nuestros dirigentes no ofrecen soluciones, porque hay corrupción, porque la vida es difícil y hay mucha violencia. No de todo somos víctimas. A veces quedamos envueltos en líos de otros, pero a veces nos armamos el lío solitos.

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En este momento, Petro tiene nuestra completa e indivisa atención. Pero en vez de aprovechar y utilizar el lenguaje para unirnos en torno a un proyecto común que permita la acción colectiva, lo ha utilizado para desagregar. Algunos dirán con razón que sus discursos sobre la política de drogas y el medio ambiente inspiran. Pero para inspirar no hay que estar hablando todo el tiempo. Las últimas encuestas demostraron que para muchísimos colombianos el discurso “echaculpas” no está funcionando.

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