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Tú no existes


Héctor Abad Faciolince
06 de octubre de 2024 - 05:05 a. m.
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Uno de los aspectos más fascinantes de Nexus, el más reciente libro de Yuval Harari, tiene que ver con la existencia de las cosas que no existen, o con la inexistencia de las que sí existen. Más allá de la materialidad de una cosa, Harari habla de “entidades intersubjetivas”, lo que quiere decir que hay relatos humanos que tienen tanto éxito y acogida, que son capaces de crear, en un nivel de realidad que no es el de los hechos, entidades nuevas. Para explicarlo, Harari presenta el siguiente caso, que no puede ser más actual:

“El conflicto israelí-palestino, por ejemplo, gira en torno a esta cuestión, porque hay gente y gobiernos que rehúsan reconocer la existencia de Israel y otros que rehúsan reconocer la existencia de Palestina. En 2024, los gobiernos de Brasil y China, por ejemplo, consideran que tanto Israel como Palestina existen; los gobiernos de Estados Unidos y Camerún solo reconocen la existencia de Israel, mientras que los gobiernos de Argelia e Irán solo reconocen la de Palestina”.

Según la interesante tesis de Harari, antes de las narraciones (que son monopolio de los seres humanos, al menos hasta la aparición de la Inteligencia Artificial), había solo dos niveles de realidad, la objetiva y la subjetiva. La realidad objetiva la constituyen las cosas, tales como el mar, los árboles, los planetas. La realidad subjetiva está constituida por cosas “como el dolor, el placer y el amor, que no están ‘ahí afuera’, sino más bien ‘aquí adentro’”. Un ciego sabe que es ciego, pero para entender su realidad subjetiva no nos basta con cerrar los ojos. Para entender la ceguera, se dice, es necesario intentar ver algo con el codo.

Los relatos que acaban siendo creídos por una multitud de seres humanos son los que crean una realidad nueva, la intersubjetiva. Los musulmanes devotos están convencidos de que hay un único Dios, Alá, y que Mahoma es su profeta. Para los católicos convencidos, la hostia y el vino consagrados son el cuerpo y la sangre de Cristo, tal como lo enseñó Jesús en la Última Cena (que es otra realidad intersubjetiva, ya que no tenemos pruebas de que haya habido una última cena). Otra realidad intersubjetiva católica es que el Papa, cuando habla ex cátedra, es infalible.

El otro conflicto más doloroso y sanguinario del momento es el de la invasión rusa a Ucrania. Según Putin “Ucrania no existe”, y es, si mucho, una parte de Rusia. Vance, el candidato a la vicepresidencia de Trump, comparte esta realidad intersubjetiva de Putin y piensa que como Ucrania no es suficientemente fuerte, no debe existir. Los ucranianos, de la misma forma en que muchos catalanes sostienen que Cataluña existe y no es España, están convencidos de que Ucrania existe y están dispuestos a morir para que se les reconozca su derecho a existir. Muchos catalanes, a su vez, creen que es posible que en Cataluña puedan coexistir a la vez lo catalán y lo español.

Es probable que ustedes no recuerden a ningún campesino español de carne y hueso, con nombres y apellidos, que haya vivido en los siglos XVI y XVII. Sin embargo, creo que casi todos conocen muy bien a un campesino español creado por un relato hasta convertirlo en una realidad intersubjetiva: Sancho Panza, que es mucho más real que cualquier otro campesino español que haya vivido en la Mancha hace cuatro siglos.

Para volver al día de hoy, sostengo y defiendo que Ucrania existe y tiene derecho a existir, con un territorio propio e inviolable que incluye sus provincias del este. Sé que mi relato compite con otros. También creo que Israel existe y que su existencia no debe ser negada, y que es una pésima idea tener como programa político “la destrucción del Estado de Israel”. Al mismo tiempo sostengo, como creían Rabin y Arafat, que Israel debe coexistir también con un Estado Palestino independiente. Solo reconociendo, intersubjetivamente, la realidad de estas dos entidades (así los Estados sean cosas imaginarias) se podrá alcanzar la paz en Israel y Palestina.

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ADERBAL(sqnwz)09 de octubre de 2024 - 12:36 a. m.
Vaya dígale a NETANYAHU QUE RECONOZCA A PALESTINA.
Alejandro(25418)07 de octubre de 2024 - 12:07 p. m.
No solamente basta el reconocimiento de los estados de Israel y Palestina para alcanzar la paz. Fijense que el Libano es un pais reconocido e Israel lo bombardea. Igual hizo otrora con otros paises vecinos. De pronto se logra mas si el mundo reconoce que Israel ocupa tierras que no son suyas
  • miguel(60282)07 de octubre de 2024 - 01:13 p. m.
    touché.... Pero nuestro querido Héctor tiene una realidad subjetiva sin ese relato....
José(9532)07 de octubre de 2024 - 03:03 a. m.
Formidables las ideas que le iluminan luego de visitar kiev, lástima que en su periplo no haya visitado al genocida israelí. No hay contexto, solo deseos íntimos de quien se auto erige como analista geopolítico. No da ni rabia su disparate.
Jose(adh7f)07 de octubre de 2024 - 02:07 a. m.
Y los terrirotios ucranianos con mayoria rusa?
Orlando(lx6ve)07 de octubre de 2024 - 01:16 a. m.
Ser viejo es un honor; triste, quién siendo viejo se avergüenza, termina de espantapájaros de hipocresía.
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