Los datos abiertos se relacionan íntimamente con la importancia de la información accesible y libre como un pilar fundamental para el desarrollo de sociedades más transparentes y democráticas. En un mundo donde la digitalización avanza a pasos agigantados, la posibilidad de acceder a datos gubernamentales, económicos, ambientales y sociales se convierte en una herramienta poderosa para empoderar a los ciudadanos, fomentar la innovación y fortalecer la rendición de cuentas. Sin embargo, detrás de esta apertura también surgen preguntas cruciales: ¿hasta qué punto los datos abiertos garantizan transparencia real? ¿Qué riesgos conlleva su uso?
Este escrito plantea desarrollar las principales cuestiones en torno a la noción, desarrollo, ejemplos y expectativas de los datos abiertos y así mismo, señalar los retos asociados a los datos abiertos, como la privacidad, calidad de la información y brecha digital, que siguen siendo barreras importantes que impiden el aprovechamiento pleno de los datos abiertos.
¿Cómo entender los datos abiertos y cuál es su contexto en Colombia?
De manera sencilla, los datos abiertos son información pública que en principio cualquier persona puede consultar, utilizar y compartir libremente, sin restricciones legales ni técnicas, siempre que se respeten las normas de privacidad, confidencialidad y seguridad. Se trata de datos que están disponibles en formatos digitales accesibles, lo que permite su uso para distintos fines, como emprendimientos productivos, toma de decisiones, desarrollo de aplicaciones tecnológicas y la creación de políticas públicas más efectivas. La idea principal detrás de los datos abiertos es fomentar la transparencia gubernamental, la participación ciudadana y la innovación, al brindar acceso a información clave que antes estaba reservada solo para entidades oficiales o expertos.
En Colombia, la Ley 1712 de 2014, conocida como la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Nacional, regula los datos abiertos y los define como “todos aquellos datos primarios o sin procesar que se encuentran en formatos estándar e interoperables que facilitan su acceso y reutilización”. Esta legislación instó a las entidades públicas a poner a disposición del público la información bajo su custodia, fomentando así la transparencia y el control social.
La implementación de políticas de datos abiertos ha permitido que Colombia se destaque a nivel internacional, como se empezó a observar desde el año 2022, cuando en el Global Data Barometer el país obtuvo 54 puntos sobre 100, ubicándose en el tercer lugar en la región de América Latina y el Caribe en cuanto a la protección y acceso a los datos para el público. Además, el país obtuvo una puntuación por arriba del promedio en los pilares de gobernanza y capacidades.
Para consultar los datos abiertos del país, puede acceder al portal oficial datos.gov.co, el cual alberga más de 9.000 conjuntos de datos publicados por más de 1.800 entidades públicas del orden nacional y territorial. Esta plataforma facilita el acceso a información en áreas como salud, educación, ambiente y transporte, promoviendo la creación de aplicaciones y servicios que benefician a la sociedad en su conjunto.
¿Cuáles son los usos concretos de los datos abiertos?
Los datos abiertos han demostrado ser una herramienta poderosa para abordar desafíos en diversos sectores, proporcionando información accesible que permite a gobiernos, empresas y ciudadanos tomar decisiones más informadas y eficientes. Gracias a su disponibilidad, los datos abiertos han impulsado soluciones innovadoras en áreas clave como la salud pública, la educación, la agricultura, la crisis climática y la movilidad, donde la combinación de grandes volúmenes de información con tecnologías como la inteligencia artificial han permitido optimizar recursos y mejorar la calidad de vida.
Para comprender mejor estas aplicaciones se pueden ver algunos ejemplos concretos alrededor del mundo. En España, durante la pandemia de COVID-19, se utilizaron datos abiertos para monitorear la movilidad de la población y evaluar la efectividad de las medidas de confinamiento. Esta información permitió identificar áreas con mayor riesgo de propagación del virus y optimizar la asignación de recursos sanitarios y, así mismo, sirvió para que otros expertos pudieran utilizar estos datos y hacer nuevos estudios acerca de la pandemia.
El Banco Mundial, con su propia plataforma de datos abiertos, brinda información completa acerca de 250 economías. Se destacan herramientas como la Poverty and Inequality Platform (para analizar la pobreza y desigualdad); la Microdata Library (para acceder a datos de encuestas y censos de hogares y empresas en varios países) y los World Development Indicators (para revisar el progreso de la agenda de desarrollo global).
Mediante el informe de “¿Qué se está cocinando?” publicado por el Banco Mundial, se encuentra como el acceso a datos abiertos sobre patrones climáticos y calidad del suelo ha permitido a los agricultores optimizar sus prácticas agrícolas, aumentando la productividad y promoviendo la sostenibilidad.
Por medio de la División de Vivienda y Desarrollo Urbano y Transporte del BID, se publicó la plataforma DATUM, la cual utiliza datos abiertos para presentar una guía informativa en torno a la movilidad urbana en la región.
En Tanzania, el uso de datos abiertos ha permitido mejorar el sistema de transporte público, reduciendo la congestión y mejorando la calidad del aire, utilizando información en tiempo real a través de la cual se adoptan medidas para mejorar la movilidad.
Además del ámbito gubernamental, también se encuentran ejemplos de cómo los ciudadanos y organizaciones pueden utilizar y basarse en esquemas de datos abiertos. Uno de estos ejemplos es Open Street Map, que proporciona datos de mapas para múltiples sitios web y se basa en el estándar de datos abiertos, de tal forma que cualquier persona puede utilizar esa información. De hecho, esta información ha sido utilizada para construir iniciativas como “MapaNica”, que busca “mapear” a Nicaragua para brindarle a la comunidad información de ubicación y transporte público en el país.
En seguridad, el uso de análisis de datos ha permitido a algunas agencias predecir y prevenir delitos con mayor precisión, optimizando recursos de seguridad y reduciendo la criminalidad.
En España, el portal inmobiliario Idealista ha publicado datos abiertos de más de 180.000 viviendas, permitiendo mejores análisis del mercado y modelos de valoración automática.
En el sector financiero, BBVA ofrece acceso a bases de datos sobre productividad y economía, permitiendo investigaciones más detalladas sobre la evolución económica del país.
En Colombia también se encuentran ejemplos de portales de datos abiertos que pueden ser de utilidad para la ciudadanía, así como de iniciativas construidas a partir de los datos abiertos. Algunas de ellas son:
- El portal de datos abiertos de la Secretaría Distrital de Movilidad, donde se encuentra información sobre siniestros y riesgos viales, infracciones, movilidad inteligente, nodos de transporte, infraestructura vial, entre otros.
- Durante la pandemia, el Ministerio de Salud y Protección Social implementó una iniciativa de datos abiertos que permitía tener información acerca del avance del COVID 19 en el país.
- A través de AgroSmart-App se consolidan más de siete millones de datos que permiten medir la aptitud agropecuaria del territorio nacional.
Estos ejemplos evidencian cómo los datos abiertos pueden ser catalizadores de cambio positivo en diversas áreas, promoviendo la transparencia, la eficiencia y la participación ciudadana en la construcción de soluciones a los desafíos contemporáneos, facilitando el desarrollo de aplicaciones web y móviles, herramientas de toma de decisiones, productos periodísticos de datos, investigaciones académicas y ejercicios de supervisión y control social entre otros.
¿Cómo se pueden utilizar los datos abiertos para aumentar la transparencia de los gobiernos?
Los datos abiertos se han consolidado como un elemento esencial para promover la transparencia gubernamental y fortalecer la confianza ciudadana en las instituciones públicas. Al permitir el acceso a información pública en formatos accesibles y reutilizables, se empodera a la ciudadanía para monitorear y evaluar las acciones gubernamentales, reduciendo así las oportunidades de corrupción.
Según el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) “Perspectivas de anticorrupción e integridad 2024”, el uso de datos abiertos en los gobiernos contribuye a que los mismos sean más transparentes y se fortalezca la confianza pública en ellos. Por esta razón, los gobiernos e instituciones cada vez más avanzan en la construcción y difusión de portales de datos abiertos.
Un ejemplo notable es el Programa Interamericano de Datos Abiertos para Prevenir y Combatir la Corrupción (PIDA), impulsado por la Organización de los Estados Americanos (OEA). Este programa busca fortalecer las políticas de apertura de datos y aumentar la capacidad de los gobiernos y ciudadanos en la lucha contra la corrupción.
Otro ejemplo es la iniciativa Open Government Partnership, que consiste en un esfuerzo global donde participan cerca de 200 gobiernos nacionales y locales y que busca la construcción de gobiernos abiertos donde la sociedad civil pueda participar activamente en los proyectos que se desarrollan por parte del Estado.
En conclusión, la apertura de datos gubernamentales es una estrategia clave para fomentar la transparencia y prevenir la corrupción, aspecto que ya se ha resaltado en múltiples espacios internacionales, como la Cumbre de las Américas. La colaboración entre gobiernos, organizaciones internacionales y sociedad civil en la implementación de políticas de datos abiertos fortalece la rendición de cuentas y promueve una gestión pública más íntegra, transparente y eficiente.
Críticas, riesgos y retos de los datos abiertos
Hasta el momento se ha visto el contexto y los aspectos positivos en materia de datos abiertos. Sin embargo, los datos abiertos enfrentan diversos retos y críticas que requieren una reflexión profunda para maximizar sus beneficios y minimizar posibles impactos negativos.
Uno de los desafíos más significativos es la calidad y precisión de los datos. La publicación de información incorrecta o desactualizada puede conducir a interpretaciones erróneas y decisiones inadecuadas. Por ello, el Informe sobre la madurez de los datos abiertos 2023, publicado por la Comisión Europea, destaca la importancia de mantener actualizados y precisos los conjuntos de datos para asegurar su utilidad y confiabilidad.
La privacidad y seguridad de la información constituyen otra preocupación central. Aunque los datos abiertos buscan la transparencia, es crucial proteger la información sensible para evitar vulnerabilidades de la privacidad. La apertura indiscriminada de datos puede exponer detalles personales, lo que plantea riesgos significativos para los individuos. Por ejemplo, el Huffington Post publicó un artículo sobre la Ley del Registro de Viajeros en España, norma que ha generado controversia por la cantidad de datos personales que las agencias de viajes deben transmitir al gobierno, lo que ha suscitado inquietudes sobre posibles filtraciones y uso indebido de la información.
A partir de este tipo de preocupaciones sobre el tratamiento de datos y datos personales, recientemente se adelantó por parte de la Escuela Javeriana de Gobierno y Ética Pública, el Observatorio Javeriano de Gobierno y TIC, y el Grupo de Estudios en Internet, Comercio Electrónico, Telecomunicaciones e Informática GECTI de la Universidad de los Andes, un panel sobre “El futuro de la política pública sobre tratamiento de datos personales en Colombia”, donde se analizó el actual proyecto de ley de protección de datos, y se discutieron asuntos como la inteligencia artificial y los datos personales, la seguridad digital de los datos, el alcance de los neurodatos y la importancia de la protección de los datos por parte de las autoridades públicas, con ocasión de la celebración del Día Internacional de la protección de datos personales.
La interoperabilidad de los datos es otro desafío notable. La falta de estándares comunes dificulta la integración y comparación de información entre diferentes fuentes y regiones. Esta fragmentación limita el potencial de los datos abiertos para generar conocimientos más amplios y aplicaciones efectivas. El informe “El futuro de los datos abiertos”, del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital de España, destaca la necesidad de establecer marcos comunes que faciliten la colaboración y el intercambio de información entre distintas entidades.
La sostenibilidad financiera de las iniciativas de datos abiertos también es motivo de debate. Mantener actualizados y accesibles los conjuntos de datos requiere inversiones continuas en infraestructura y personal especializado. Sin un financiamiento adecuado, existe el riesgo de que estas iniciativas se vuelvan obsoletas o ineficaces. El informe citado anteriormente señala que, sin un apoyo financiero sostenible, las plataformas de datos abiertos pueden enfrentar dificultades para mantener su operatividad y relevancia.
La brecha digital es otra crítica relevante. No todas las comunidades tienen igual acceso a la tecnología o las habilidades necesarias para utilizar los datos abiertos de manera efectiva. Esto puede exacerbar las desigualdades existentes, beneficiando únicamente a aquellos con los recursos para explotar la información disponible.
Este punto es especialmente relevante en Colombia, donde los índices de brecha digital varían considerablemente de un departamento a otro. Según el Índice de Brecha Digital del año 2023, publicado por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, mientras que Bogotá presenta un índice de 0,251, el Vichada presenta un índice de 0,680 y solamente diez departamentos presentan un índice por debajo de 0,400 (Este índice se mide en una escala de 0 a 1; entre mayor sea la cercanía a cero, habrá un menor índice de brecha digital).
La falta de voluntad política para implementar y mantener políticas de datos abiertos es otro obstáculo significativo. Sin el compromiso de las autoridades, las iniciativas pueden quedar en meras declaraciones sin aplicación práctica.
La resistencia cultural dentro de las organizaciones también puede dificultar la apertura de datos. Instituciones acostumbradas a operar con opacidad pueden mostrar reticencia a compartir información, ya sea por temor a la rendición de cuentas o por simple inercia burocrática.
La desinformación es una preocupación adicional. Sin un contexto adecuado, los datos pueden ser malinterpretados o utilizados para respaldar narrativas engañosas. La disponibilidad de grandes volúmenes de datos no garantiza su correcta interpretación, y sin una alfabetización adecuada, existe el riesgo de que la información se utilice de manera inapropiada.
Finalmente, la falta de formación y habilidades en el manejo de datos abiertos limita su aprovechamiento. Tanto en el sector público como en la sociedad civil, la ausencia de competencias en análisis de datos puede impedir que se extraiga el máximo valor de la información disponible.
Abordar estos desafíos requiere un enfoque multidimensional que incluya el establecimiento de marcos legales claros, inversiones en infraestructura y formación, y un compromiso genuino con la transparencia y la participación ciudadana. Solo así se podrá realizar el potencial transformador de los datos abiertos en beneficio de toda la sociedad.
¿Cuál es la interacción entre la inteligencia artificial (IA) y los datos abiertos?
Aunque el concepto de IA se ha explorado desde los años 60, en los últimos años se ha visto un “boom” de esta noción en diversas industrias e incluso en la vida diaria de los ciudadanos. Por ello es natural que una vez se entienda qué son los datos abiertos, surja la inquietud de cómo esta noción se desarrolla en un contexto tecnológico cada vez más dominado por la IA.
Los datos abiertos y la IA están transformando la manera en que entendemos y utilizamos la información en múltiples sectores. Los datos abiertos proporcionan una base de conocimiento accesible y diversa que permite a los sistemas de IA entrenarse con información en tiempo real, mejorando su precisión y capacidad de toma de decisiones. Gracias a esta combinación, hoy es posible desarrollar aplicaciones innovadoras en áreas como la salud, la movilidad y el medio ambiente, donde la IA puede analizar grandes volúmenes de datos abiertos para detectar patrones ocultos y generar predicciones útiles.
Sin embargo, esta integración no está exenta de riesgos. En primer lugar, el uso de la IA en esquemas de datos abiertos hace que se deban prevenir todos los problemas asociados a la propia tecnología de IA. Para el año 2024, el MIT publicó una base de datos que contiene más de 770 riesgos asociados a la IA, advirtiendo que incluso en los sistemas más exhaustivos el 30 % de dichos riesgos se pasa por alto.
En segundo lugar, la calidad y precisión de los datos abiertos son fundamentales; datos incompletos o sesgados pueden conducir a resultados erróneos en los modelos de IA, perpetuando desigualdades o generando conclusiones incorrectas.
La privacidad es otra preocupación importante. Aunque los datos abiertos suelen ser anónimos, la IA avanzada puede, en algunos casos, reidentificar a individuos al cruzar múltiples fuentes de datos, comprometiendo la confidencialidad. Al respecto entidades como el Comité Europeo de Protección de Datos ha subrayado la necesidad de evaluar cuidadosamente la anonimización y seudonimización en modelos de IA para proteger la privacidad individual.
Por último, es necesario que al implementar sistemas de IA se le informe a la ciudadanía como se utilizará la IA y qué labores de análisis se realizarán con los datos, en aras de promover la transparencia en los procesos de IA, mantener la confianza pública y garantizar decisiones justas y equitativas.
Para mitigar estos riesgos, es esencial establecer marcos regulatorios que incentiven el uso ético y responsable de la IA y los datos abiertos. La Unión Europea ha avanzado en este sentido con la aprobación de la Ley de IA, que busca garantizar sistemas de IA seguros y confiables, abordando desafíos legales y políticos relacionados con su uso.
En resumen, la intersección de los datos abiertos y la inteligencia artificial ofrece oportunidades sin precedentes para el desarrollo social y económico. No obstante, es imperativo abordar los desafíos asociados para asegurar que estas tecnologías se utilicen de manera que beneficien a toda la sociedad, respetando los derechos y libertades individuales. Dichos desafíos deben ser abordados en conjunto con los retos propios de datos abiertos mencionados anteriormente.
¿El panorama sobre los datos abiertos es alentador?
Como se ha observado, el éxito de los datos abiertos depende de la calidad, accesibilidad y actualización de la información publicada. La creciente dependencia de los datos abiertos en sectores clave como la salud, la educación y la movilidad obliga a cuestionarse acerca de si hay una adecuada preparación para garantizar la precisión y confiabilidad de esta información.
A pesar de los avances logrados, los desafíos en torno a la privacidad y la seguridad de la información siguen generando preocupación. La apertura indiscriminada de datos sin las debidas salvaguardias puede convertir una herramienta de transparencia en un arma de vulnerabilidad social. Los casos de uso indebido de información por parte de terceros y las brechas de seguridad exigen una mayor regulación y el desarrollo de estrategias que equilibren el acceso a la información con la protección de los derechos individuales.
Por otro lado, la brecha digital plantea un dilema crucial: ¿cómo asegurar que los datos abiertos sean realmente accesibles para todos y no solo para unos pocos con habilidades técnicas avanzadas? La falta de alfabetización digital y la desigual distribución de la infraestructura tecnológica pueden hacer que los datos abiertos profundicen las desigualdades en lugar de reducirlas. Este aspecto resalta la necesidad de invertir en educación y capacitación para garantizar que todos los sectores de la sociedad puedan beneficiarse de esta revolución informativa.
Este estado de cosas debe ser un llamado de atención para las entidades gubernamentales, dado que la publicación de datos abiertos no debe verse como un mero deber legal, sino como una acción determinante para construir un mejor país e involucrar a la sociedad civil en la construcción de proyectos de distinta índole, pues de lo contrario se contará con portales que tienen mucha información pero que realmente generan poco valor para la ciudadanía y para las mismas entidades estatales que desean acceder de forma sencilla y rápida a la información.
De acuerdo con un estudio de Barometer 2024, solo el 7 % de los conjuntos de datos gubernamentales son totalmente abiertos, y los gobiernos avanzan lentamente en esta materia. Sin embargo, países como Reino Unido, Francia, Corea del Sur y México han tenido avances significativos al adoptar la Carta Internacional de los Datos Abiertos (Open Data Charter), que es un marco global adoptado por gobiernos y organizaciones para promover la apertura y el uso de datos públicos de manera transparente, accesible y reutilizable.
Por último, sigue quedando un sinsabor en torno al estado de cosas actual respecto de los datos abiertos en el país: Si bien se ha avanzado en Colombia, los datos abiertos siguen estando lejos del ciudadano, debido a su poca publicidad, la dificultad en su lectura, la falta de claridad para exponer la información y la desactualización e incompletitud de algunos de los repositorios.
Por Héctor García
