El representante a la Cámara Miguel Polo está jugando con una mentira muy peligrosa para el país. En su afán por hacer la oposición más rimbombante e incendiaria posible al gobierno de Gustavo Petro, está, de paso, normalizando un discurso que llevó hace unos años a que ciertas personas “de bien” justificaran el paramilitarismo. Es una tragedia que el congresista destroce la institucionalidad que supuestamente dice defender solo para ganar votos y obtener protagonismo. Es una estrategia vil que ya conocemos muy bien en Colombia.
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No exagero. En el marco del paro nacional que está intentando convocar para el 14 y el 15 de febrero, el representante a la Cámara anunció lo siguiente:
¿Valiente?
¿Le parece a Polo Polo muy valiente una persona que salió con un arma a dispararle a manifestantes? ¿Una persona que desde entonces ha hecho carrera defendiendo posiciones extremas que hacen eco de los discursos paramilitares de antaño? ¿Qué tiene de valiente eso? ¿No se supone que Polo Polo se rasga las vestiduras contra las dictaduras y que busca el respeto de las normas? ¿Entonces cómo ve valentía en alguien que rompe las normas, traiciona al Estado y se toma la justicia por mano propia? ¿Acaso no ve Polo Polo su incoherencia? O, más bien, y me temo que esto es lo que ocurre, ¿Polo Polo ve valentía en las actitudes paramilitares?
Porque eso es de lo que la Fiscalía va a acusar a Escobar: los delitos de usurpación de funciones públicas, amenaza agravada y empleo o lanzamiento de sustancias u objetos peligrosos. Ojo, usurpación de funciones públicas. Es decir, suplantar al Estado. En palabras más sencillas, Escobar y los paramilitares se parecen.
Y tenemos que seguir hablando de su otra frase, lanzada a la ligera: “perseguido político”. Esta es la gran mentira de Polo Polo. Escobar no es un perseguido político. Es, según la Fiscalía, un criminal. No cuesta entender las razones para que el ente investigador crea eso, pues todos vimos el video de Escobar disparando contra los manifestantes y los videos posteriores donde se sentía orgulloso de lo que hizo.
Por cierto: ¿olvida Polo Polo que la Fiscalía la dirige una persona nombrada por el último presidente uribista que tuvo el país? ¿Cuál persecución política? Pero claro, el representante lo que quiere es incendiar las instituciones. Es más fácil para él destruir, decir que Fiscalía y rama judicial están persiguiendo políticamente a alguien y sembrar la idea de que estamos en una dictadura.
Es una mentira, como es evidente, pero una muy peligrosa. Porque lo que quiere Polo Polo es una oposición enardecida, polarizada, que vea con buenos ojos lo que hizo Escobar, es decir levantar las armas contra otros colombianos.
Eso es gravísimo. Y se une con lo que dice Polo Polo en otro tweet sobre el Gobierno:
Llamar “guerrillero” al presidente y “corruptos y delincuentes” a su gabinete, esto último sin aportar prueba alguna, por supuesto, es jugar a la deshumanización. No hay contrincantes políticos, hay enemigos a los que hay que destruir. Cueste lo que cueste. Por “salvar” a Colombia.
Esos discursos llevan al desastre y a la violencia. Polo Polo ama la atención, pero en el proceso está sembrando las semillas de más conflicto. Sé que pedirle una oposición democrática a alguien que se hizo famoso a punta de tirar piedras retóricas en redes sociales es, bueno, pedirle peras al olmo. Pero hay que denunciar su actitud. Porque si sigue así, ya sabemos en qué termina tanto odio.
Posdata. El “periodismo independiente” que trabaja para el Estado se graduó de la escuela de hipocresía de Hassan Nassar.
