Algunos lectores de la columna “Morimos contaminados y tranquilos” me pidieron registrar avances en Medellín y Cali, donde el derecho constitucional fundamental a vivir en un ambiente sano cobra vigencia y lleva a sus gobernantes a comprometerse con programas que buscan disminuir la contaminación. En 2019, en Medellín 64 buses eléctricos de 80 pasajeros y en Cali 164 buses de 50 pasajeros reemplazarán los buses diésel contaminantes, que generan muerte y enfermedades según el Instituto Nacional de Salud (INS). ¡En Bogotá, nada de nada!
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