Publicidad

Redimir prostitutas, desde monjes cristianos hasta feministas y guerrilleros

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Mauricio Rubio
13 de marzo de 2025 - 05:04 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

El Día Internacional de la Mujer (8-M) estuvo marcado de nuevo por un debate irreconciliable entre quienes buscan abolir la prostitución y quienes aceptan legalizarla.

En España, el PSOE se proclama abolicionista pero quien fuera su ministro más poderoso sigue envuelto en un escándalo por una acompañante de lujo mantenida con recursos públicos. En Colombia, la prostitución está regulada gracias a la Corte Constitucional que reconoció el trabajo sexual sin coerción y protegió derechos fundamentales como la libre circulación y la no discriminación de quienes la ejercen.

En su trascendental conferencia televisada, Gustavo Petro pregona el abolicionismo: la izquierda, y en particular su guerrilla humanitaria, redimen meretrices y clientes potenciales al transformar la compraventa de sexo en amor. Ese camino lleno de tentaciones y sacrificios fue el que emprendieron algunos de los llamados monjes del desierto, personajes claves del cristianismo primitivo que vivieron como ermitaños tras salvar a alguna mujer de la perdición.

Pelagia, célebre actriz, bailarina y cortesana de Antioquía, llevaba una vida pecaminosa y llena de lujos. Se exhibía vestida de manera extravagante con abundantes joyas. Un día pasó frente a un grupo de religiosos y el obispo Nonno, único capaz de mirarla, anotó: “¿no los deleitó semejante belleza? A mí me dejó fascinado”. Comparó a la cortesana que invertía en cuidar su apariencia para sus amantes con el tibio cristiano que dedicaba tan poco a preparar su alma ante Cristo. “Deberíamos convertirnos en discípulos de esta mujer lasciva”, concluyó. Cuando Pelagia fue a la iglesia, un sermón de Nonno la sedujo. Surgió el “delicado tema del amor entre ambos”. Ella lo buscó para que la salvara, el obispo reconoció su debilidad, le rogó que no tratara de tentarlo y la bautizó. Pelagia renunció a sus posesiones y se refugió en el Monte de los Olivos disfrazada de hombre para no ser reconocida.

Thais era una cortesana que en Alejandría escandalizaba a los cristianos. San Pafnucio, ermitaño del desierto, decidió visitarla y hablarle. La dejó tan impresionada que ella quemó su vestuario y lo siguió al desierto para dedicarse a la oración en un convento de clausura. Cuando el monje recibió la señal de que ya había sido perdonada la buscó pero ella no quiso salir de su celda y murió poco después.

Abramio fue asceta desde joven con una vida solitaria de oración y penitencia en el desierto. Para evitar tentaciones, distribuyó la herencia familiar entre los pobres. Era buscado como guía espiritual. María, su sobrina, quedó huérfana a los siete años y Abramio la acogió y educó. Ya mayor fue seducida por un monje. El pecado la avergonzó tanto que huyó para vivir en un burdel, arrepentida y desesperada. Su tío la buscó disfrazado de soldado y la convenció de volver a la fe. María regresó al desierto para pasar el resto de su vida en oración y penitencia.

La hagiografía cristiana sobre prostitutas redimidas es interesante no solo por su contenido sino, sobre todo, por sus lectores: frailes atormentados que en los monasterios hacían esfuerzos descomunales por mantener sus votos de castidad. La historia del monje del siglo V que encontró en “la aplicación de una pequeña serpiente del desierto en sus genitales una ayuda útil en su batalla contra la masturbación” ilustra la alarma que podía crear el impulso sexual. Se trataba de una curiosa mezcla de erotismo masoquista con manual de superación en la que el relator era por lo general un asceta que, haciéndose pasar por cliente, averiguaba con minucia morbosa el pasado de la pecadora para salvarla. Ante el relato de María de Egipto, el monje Sosias le pedía “no me ocultes nada de tu vida, cuéntamelo todo… Habla, no interrumpas el ritmo de una narración tan benéfica”.

La versión moderna de los padres cristianos redentores de prostitutas es peculiar: feministas fanáticas afiliadas a la industria del rescate que, alentadas por el puritanismo anglosajón, acabaron convenciendo a partidos socialistas de varios países. A este conjunto ya heterogéneo se ha sumado en Colombia un primer mandatario con nostalgia por su guerrilla humanitaria. Al igual que sus antecesores con la misión de redimir, ofrece enseñanzas llenas de sabiduría, difundidas como apotegmas que no requieren evidencia ni demostración. Basta un dicho “breve, sentencioso y feliz” que es incontrovertible por haberlo proferido o escrito alguna personalidad.

La principal diferencia de toda esta comunidad progre con los antiguos religiosos es su falta de interés por las verdaderas razones para vincularse a una compleja actividad de la cual se busca extirpar hasta su esencia, el intercambio de relaciones sexuales por dinero. Existe una variante capitalista y corrupta de las intervenciones al mercado del sexo que es imbatible para aceitar transacciones políticas o mercantiles, casi siempre con dinero público. Continua.

Ver más…

Conoce más

Temas recomendados:

 

Noticioso(6975)13 de marzo de 2025 - 03:40 p. m.
Esta es la manera apropiada de abordar y contradecir de forma argumentada esas interminables peroratas del charlatán e ignorante que tenemos por Presidente, que con su discursería altisonante tiene encandilados a sus focas de los foros y las redes sociales, convencidos de que es un visionario y un erudito. En cualquier majadería que habla, tira inconexamente los nombres de algún filósofo, economista o humanista, y todos esos tarados lo gradúan de sabio. En tierra de tontos el tarado es rey.
  • Felipe Fegoma(94028)13 de marzo de 2025 - 10:41 p. m.
    Muy buen comentario.
Gonzalo Alirio García Gómez(2011)13 de marzo de 2025 - 03:30 p. m.
Así es.
Manuel Gilberto Rosas diaz(85839)13 de marzo de 2025 - 03:01 p. m.
Nada que decir.Relaciones sexuales por dinero o compensacio’n econo’mica son una manifestacio’n de la desigualdad y de la pobreza econo’mica y de espíritu que impide romper ese círculo vicioso
Luis Aragon(cnzg9)13 de marzo de 2025 - 12:39 p. m.
Para este pet4rdo, los curas pedofilos son los mejores porque representan la godarria corrupta, la de gamonales rezanderos pero que violan niñas, como más de un uribestia o el violador de Uribe, la de ricos con prepagos de lujo, porque las pu4s son para los estratos 1 y 2, para ellos son acompañantes. Clasismo hasta en la vagabundería.
  • Noticioso(6975)13 de marzo de 2025 - 03:34 p. m.
    Ud. tiene que aprender primero a leer y después a escribir, para que deje de opinar tantas majaderías en foros hechos para adultos con un mínimo de formación.
Atenas (06773)13 de marzo de 2025 - 12:29 p. m.
Mauro, peliagudo asunto traes:de cómo controlar el despelote del “esto en aquello”, sea x amor, o gratis o x plata.Y en lo de todos esos monjes y anacoretas en trance de moralina viviendo de la contemplación hay ahí mucho de paja -sea embuste o masturbación-.Y como dice una graciosa amiga q’ no morirá virgen “Santos sin falo no existen”, amén de q’ las féminas ídem tienen derechos y con la prueba no se quedan.Bélgica dará a las prostis derechos laborales.¿Acaso son puras las progresistas?Atenas
  • Atenas (06773)13 de marzo de 2025 - 04:09 p. m.
    Si Yines de P ....ecueca imaginara con qué risa burlona veo sus bestialidades fácil deduciría con razón por qué ningún otro forista lo secunda en sus pendejadas, le basta con saberse q' las profirió por eso las remata con habituales carcajadas, ni él mismo se las aguanta. ¡Qué pesar, y yo matoniándolo! Atenas.
  • Gines de Pasamonte(86371)13 de marzo de 2025 - 01:48 p. m.
    ¡Ay, atenitas! ¡Cuando de falos se trata, estás en tu salsa, “benemérito” tontarrón! ¡Plop! Mucho escozor te causó las palizas que te proporcioné ayer, dejándote como un culo por tu limitadísimo léxico. Y las palizas de siempre, por supuesto. Me imagino a Aura Lucía Mera riendo (que no sonriendo) a mandíbula batiente con tu evidente desconocimiento de nuestro lenguaje, pretendiendo “descrestar” y logrando el efecto contrario: la risa, la burla. ¡Sorry, escudero imbécil!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.