Equidad en los precios de los medicamentos

"El Ministerio de Salud ha llevado a cabo un proceso riguroso, inteligente y responsable al momento de determinar cómo implementar la regulación de precios”. / Foto: Pixabay

Es cierto que la investigación científica para desarrollar nuevos y mejores medicamentos cuesta exorbitantes sumas de dinero. Es cierto (y justo) que si una farmacéutica invierte todo ese dinero para introducir una droga al mercado tiene derecho a recuperar sus inversiones, no solo para llegar al punto de equilibrio, sino para poder seguir investigando futuras mejoras. Lo que no es cierto, sin embargo, es que la regulación racional de los precios de ciertos medicamentos vaya en contravía de esas dos verdades, ni contra la existencia de un mercado farmacéutico competitivo.

A finales de la semana pasada, el presidente Iván Duque anunció la buena noticia de que continuaría con la regulación de precios de ciertos medicamentos que se inició durante la administración de Juan Manuel Santos. “Equidad es tener precios justos a medicamentos para la salud de los colombianos”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter, “y hoy damos un gran paso: 770 nuevos tendrán control de precios, lo que representa un ahorro total para el sistema de $320 mil millones en 2020. Algunos tendrán una reducción del 84 % del precio”. Con esto, el país llega a 2.487 medicamentos con precios controlados.

La regulación de precios ha sido fuertemente criticada por las farmacéuticas desde que el entonces ministro de Salud, Alejandro Gaviria, inició el tortuoso proceso de llevar adelante la reducción de ciertos precios. Las empresas multinacionales tienen alta influencia en el país, no solo por el papel importante que tienen en la producción y la venta de los medicamentos, sino porque habitualmente cuentan con el apoyo de las embajadas de sus países, como la de Estados Unidos y la de Suecia, que han hecho saber su molestia por esta medida.

Entendemos la preocupación. Una política de regulación de precios indiscriminada y abusiva puede, en efecto, representar pérdidas millonarias a las farmacéuticas y ser un motivo para no seguir apostándole al mercado colombiano, lo que afectaría, en últimas, a los pacientes. Sin embargo, eso no es lo que ha ocurrido.

El Ministerio de Salud, tanto durante el gobierno de Juan Manuel Santos como el de Iván Duque, ha llevado a cabo un proceso riguroso, inteligente y responsable al momento de determinar cómo implementar la regulación de precios. Utilizando las mejores prácticas internacionales, teniendo en cuenta los derechos de los pacientes colombianos, del sistema de salud nacional, y también considerando las necesidades de las empresas, han implementado una reducción de precios que no se extralimita. Ha sido muy útil, por ejemplo, la evaluación de los distintos precios de cada medicamento en diversos países, para ver cómo quedaría Colombia una vez se aplica la regulación.

Estamos de acuerdo con el presidente Duque en que esta es una medida de equidad. En la más reciente tanda de medicamentos se encuentran tratamientos para la diabetes, para el cáncer, para enfermedades respiratorias y óseas, oftalmológicos, urológicos, analgésicos, sueros inmunes y para afecciones cardíacas. Con esto, el sistema de salud recibirá un necesario alivio, los pacientes mejorarán su vida y se liberan recursos para los eventuales nuevos medicamentos que se introduzcan al mercado. El próximo ministro o ministra de Salud debe continuar con esta buena práctica.

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