La memoria en malas manos

El Espectador
06 de febrero de 2020 - 05:00 a. m.
"El Centro Nacional de Memoria Histórica, en cabeza de Darío Acevedo Carmona, acaba de ser retirado de la coalición más importante para sitios de conciencia en el mundo”. / Foto: Tomada de Twitter @SenadoGovCo
"El Centro Nacional de Memoria Histórica, en cabeza de Darío Acevedo Carmona, acaba de ser retirado de la coalición más importante para sitios de conciencia en el mundo”. / Foto: Tomada de Twitter @SenadoGovCo

Otra vergüenza en el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), una entidad que hasta hace poco tiempo era reconocida a nivel nacional e internacional por su rigurosidad académica, sus aportes a la construcción de la memoria y su buena representación de las víctimas. Ahora, el Centro acaba de ser retirado de la coalición más importante para sitios de conciencia en el mundo.

La Coalición Internacional de Sitios de Conciencia es la única red mundial de este tipo, fundada hace 21 años, con más de 275 miembros en 65 países. Su objetivo es agrupar e intercambiar información entre los espacios seguros creados en todo el mundo para recordar y preservar hasta los recuerdos más traumáticos. Parte de la idea de que las sociedades sin memoria no pueden sanar sus heridas ni dar discusiones importantes sobre, por ejemplo, la violencia o la xenofobia.

En una comunicación enviada a Darío Acevedo, director del CNMH, la directora ejecutiva de la Coalición, Elizabeth Silkes, le informó que la entidad colombiana había perdido su membresía. Esto, a raíz de pronunciamientos que consideraron “excluyentes y parcializados realizados a nombre del Centro Nacional de Memoria Histórica”.

No es difícil saber a qué se refieren. Desde que Acevedo asumió la dirección del Centro, la entidad ha venido perdiendo legitimidad social y académica. La insistencia en el negacionismo del conflicto armado, la preocupante cercanía irreflexiva con los discursos oficiales, la exclusión de determinadas víctimas, la censura de exposiciones, la obstaculización en la publicación de informes y la violencia retórica contra cualquier crítico de su gestión ha caracterizado al CNMH del último año.

Solo ayer, en el contexto de un evento para anunciar la construcción del Museo de la Memoria, vimos cómo el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado convocó a un plantón de rechazo. “¿Por qué las víctimas de crímenes de Estado no fuimos invitadas a poner la primera piedra del Museo de Memoria de Colombia?”, preguntaron. La respuesta de Acevedo es que hay una persecución ideológica en su contra.

Las respuestas del director siempre son de ese calibre. Ante lo ocurrido con la Coalición, dijo en Caracol Radio que no tenía conocimiento de que el CNMH fuera miembro de ella. Hablando con Blu Radio explicó que “la falla estuvo en no haber hecho llegar (la respuesta a las preguntas de la Coalición) directamente a la organización internacional”.

Si bien es cierto que la verdad histórica es un ámbito que admite discusiones académicas, es una lástima que el CNMH se haya convertido en un promotor de la polarización, la confrontación y el dogmatismo. Es difícil pensar en la reconciliación de un país cuando una entidad tan importante está perdiendo el respeto de grupos de víctimas, así como de sectores de la comunidad internacional.

Mientras eso ocurre en el CNMH, la membresía de la Coalición sigue vigente para el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, de Bogotá, y para el Museo Casa de la Memoria, de Medellín. Los colombianos deben respaldar la labor que vienen haciendo.

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