¡Equidad, la bandera de Duque!

Alvaro Forero Tascón
19 de noviembre de 2018 - 05:00 a. m.

El presidente Iván Duque sorprendió anunciando que la bandera de su gobierno es la equidad.

Aunque el lema de su campaña fue desde el principio “Legalidad, emprendimiento y equidad”, el énfasis electoral estuvo más en aspectos económicos, judiciales y de seguridad, y en la economía naranja, que en temas sociales. Por el contrario, los énfasis de las campañas de los otros candidatos, con la excepción de Germán Vargas, fueron en temas sociales. Sergio Fajardo, en el tema de la educación como generador de equidad, y Gustavo Petro, en aspectos de igualdad social.

Aunque el uribismo siempre ha hablado de inclusión social, su gran éxito fue “sustituir el espíritu de la Constitución del 91, reemplazando el reformismo democrático por la autoridad como principal agente de progreso” (“Hegemonía cultural uribista”, 22 de febrero de 2009). Por eso resulta tan sorprendente que Duque dedique su presidencia principalmente a la equidad. Sería una confirmación de que es quizás el personaje más moderado de la derecha colombiana, y que aunque representa un partido conservador y está cumpliendo con algunas de las propuestas de ese partido, lo hace con unas formas y unos contenidos distintos, que lo acercan más al centro.

La pregunta es si se trata de una bandera real. Hay que reconocer que con el principal instrumento que tiene un gobierno para promover la equidad, el presupuesto, Duque privilegió el gasto social. Bajo la tesis de campaña del “gobierno derrochón”, habría podido reducir el presupuesto. Por el contrario, refinanció deuda para reducir el rubro de servicio de la deuda y liberar recursos para inversión, y aumentó el total del presupuesto en cerca del 10 %. Rechazó la petición de aumentar el presupuesto de defensa en un billón de pesos para comprar armas defensivas contra Venezuela, entre otros gastos de corte conservador, mientras que aumentó en 48 % el presupuesto para alimentación escolar, creció los aportes a educación y a la universidad pública, al sistema de salud, etc. Falta ver cómo queda la reforma tributaria, la otra gran herramienta de equidad que tiene el Estado. Si realmente termina siendo una reforma que impulse el crecimiento pero progresiva, o si recurre a la salida populista de incrementar salarios de los trabajadores una vez, para reducir los impuestos de los patronos de manera permanente.

El objetivo de Duque seguramente será competirle a la izquierda con un concepto de equidad distinto al tradicional de redistribución de riqueza, basado en que el combate a la impunidad y a la inseguridad también contribuyen a la equidad porque son los estratos bajos los que más sufren estos problemas. Duque debe pensar que a él le corresponde la tarea de modernizar la agenda conservadora que el uribismo corrió tanto a la derecha, moderándola para que continúe frenando a la izquierda que está avanzando por primera vez en Colombia.

Hay dos posibilidades frente al uso de la bandera de la equidad por parte de Duque: o combatirla acusándolo de hipocresía por ser un presidente uribista, o reconocerla para que encuentre estímulos y apoyos en la opinión pública para imponer una agenda moderada de centro, distinta a la que tanto se temía podía imponerle el uribismo.

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