Como si no fuera suficiente con la polarización extrema y el sectarismo por culpa de los precandidatos sietemesinos, los retorcijones de los voceros ubicados en las antípodas más distantes, los odiadores concebidos in vitro y los negacionistas hasta de sí mismos, el país se despierta al nuevo año sumido en la misma horrible noche, con una nueva confrontación que los dos bandos asumen como una vieja querella no resuelta, como casi todo lo nuestro.
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El país de las maravillas
Fatalistas vs. ultraoptimistas
06 de enero de 2021 - 03:00 a. m.