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6.402 almas y seguimos contando

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Antieditorial y Carlos David Suárez Cabrera
01 de marzo de 2021 - 03:00 a. m.
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En respuesta al editorial del 22 de febrero de 2021, titulado “6.402”.

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) es una de las tres instituciones diseñadas en el marco del Sistema de Verdad, Justicia y Transición que nos dejó el Acuerdo de Paz. Por muchos años, fueron los vientos de la violencia aquellos que nos lanzaron en direcciones opuestas a la verdad y a la reconciliación entre nosotros. Sin embargo, parece que los colombianos no hemos comprendido que la paz en el país no solo depende del manejo de nuestras instituciones, sino de nuestras acciones. Reducir la labor de la JEP a un sistema que solo muestre “la magnitud del horror que vivimos en los años del conflicto armado” nos devuelve al círculo vicioso de buscar solo culpables y olvidarnos del perdón y la reconciliación.

Así muchos pretendan minimizar o incluso relativizar, en una batalla de tuits y publicaciones en redes sociales, el hecho es que no fueron 2.248 sino 6.402 almas asesinadas por el Estado entre el 2002 y 2008. El funcionamiento de la justicia transicional tiene que estar por encima de cualquier política partidista, no hay que salir en falso ante la primera acusación que se haga.

Colombia está ante los ojos del mundo, precisamente porque somos pioneros en diseñar un sistema de justicia que, bajo un principio de condicionalidad, estableció a las víctimas del conflicto armado como el eje central de todo acto de reparación y judicialización de los autores de aquellos actos barbáricos cometidos durante el conflicto. En ese sentido, la tarea que hoy está haciendo la JEP, como una institución más de este ambicioso sistema, no debe ser un motivo de alarma para generar debate y angustia ante el negacionismo de unos pocos y el reconocimiento de otros a una institución que tiene los mecanismos legales para valerse por sí sola.

En Colombia, muchas veces cometemos el pecado de hacernos los de la vista gorda. Si bien es cierto que es poco lo que se sabe sobre los autores intelectuales de estas matanzas, en un gobierno que paradójicamente vendió una imagen de microgerencia en todo el vasto territorio colombiano, no podemos obsesionarnos en ese debate ideológico e ignorar el verdadero espacio de catarsis que merecen las madres de estos jóvenes en su búsqueda legítima por la verdad.

Por el mismo argumento de que son investigaciones difíciles que todavía están en curso, es clave que los ciudadanos y el Gobierno de turno no interfieran en el proceder de estas instituciones. Lo más sensato en su defensa de la institucionalidad es que el presidente de la República se aísle de todo comentario de su partido, el Centro Democrático. Un silencio no es complicidad si de materia procesal se habla.

No hemos tenido el tiempo de sacar la cuenta de nuestras miserias y penas bajo la ola de sangre que manchó el conflicto armado. No es momento para retroceder el diálogo ni la cuenta de una cifra, por muy escalofriante que sea: 6.402 y contando.

*Voluntario de una UTL.

Por Carlos David Suárez Cabrera

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Francisco(82596)07 de marzo de 2021 - 01:18 p. m.
Hola, amigos. ¿Que es poco lo que se sabe sobre los autores intelectuales de las matanzas? No me diga. En los juzgados, en las Cortes, en las oficinas de los defensores de derechos humanos nacionales e internacionales, en la prensa general y especializada, hay arrumes de informes, testimonios, indicios, pruebas, etc., sobre el macabro tema que sigue siendo plenamente actual, por desgracia.
Lorenzo(2045)01 de marzo de 2021 - 04:28 p. m.
Imaginar por un momento la idea nada descabellada de un 2o. Juicio de Nuremberg a los EEUU por las bombas atómicas lanzadas por la US AirForce sobre 300mil civiles japoneses inermes, cuando la II Guerra había terminado. La realpolitike no es 'an Hollywood story'. Se sigue aplicando en el Sur: ante el Mal Absoluto del Totalitarismo ario, la JEP -paño de lágrimas- funge de anacrónico Quijote. Soñar
Hernan(7821)01 de marzo de 2021 - 04:23 p. m.
No cabe duda que este señor es la manada de uribistas, tratando a medias un hecho que es una realidad y que se realizo en el periodo del matarife.
Aquiles(p7f15)01 de marzo de 2021 - 02:02 p. m.
Una política global de seguridad se mide y se juzga por sus resultados. Y la Seguridad Democrática de Uribe le gano a las FARC y los daños colaterales son eso, colaterales, asumibles y responsabilidad de las unidades tácticas sobre el terreno. Habiendo ya condenas en firme la CPI no aplica.
  • Francisco(82596)07 de marzo de 2021 - 03:53 p. m.
    Hola, amigos. Nada de daños colaterales. Se trata de asesinatos a mansalva, planeados y ejecutados con absoluto desprecio a los derechos humanos, a la vida de los demás, comparable por lo bajo con las cámaras de gas de los nazis. Y hasta peor: aquello tenía una excusa ideológica y racista; esto, ni siquiera una excusa falsa.¡Puros crímenes!
  • Roberto(18501)01 de marzo de 2021 - 05:27 p. m.
    Un daño colateral, no es un acto premeditado como lo fueron las ejecuciones las ejecuciones extrajudiciales a manos de agentes del estado.
  • daniel(84992)01 de marzo de 2021 - 02:28 p. m.
    ¿Los falsos positivos son daños colaterales? ¡Ni Videla o Pinochet llegaron a tanto!
Hugo(14000)01 de marzo de 2021 - 12:51 p. m.
El Sr.Suárez es uno de los colombianos que no ha "comprendido que ..." Es importante hablar en nombre propio o solo en el de quien lo haya designado específicamente para ello.Así se disminuye el riesgo de incurrir en desmesuras, imprecisiones y lugares comunes también controvertibles.
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