La reunión fue privada, con pocas personas y se extendió cerca de cuatro horas. Se hizo seis días antes de que se confirmara que el expresidente Álvaro Uribe Vélez sería sentenciado por dos delitos y a una semana y media de que se notificaran los 12 años de condena. Ese miércoles, el 23 de julio pasado, se trazó toda una línea de estrategia política y electoral para que el Centro Democrático esquive los impactos de la decisión judicial y busque en las urnas la relevancia que su jefe y fundador quiere que tenga en el 2026.
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La cita se dio en el Club Llanogrande, muy cerca de la residencia personal que tiene Uribe en Rionegro (Antioquia); comenzó entrando la noche. Y si bien su carácter reservado fue una de las directrices que se le imprimió para evitar filtraciones, El Espectador logró reconstruir los detalles íntimos del encuentro y de las decisiones que –con un exmandatario que ahora lleva a cuestas un fallo penal en contra– marcan la supervivencia de un sector de derecha que quiere disputar en urnas su regreso al poder.
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Los diálogos los lideró el propio Uribe y, entre otros, estuvo con sus cuatro precandidatos –María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Paola Holguín y Andrés Guerra–, así como con el presidente del Centro Democrático, Gabriel Vallejo, y una serie de asesores que suelen ayudar a establecer rutas para desplegar por el país.
Aunque algunos asuntos ya estaban previamente hablados, como la posibilidad de cerrar listas a Senado y Cámara, hubo un factor que marcó un punto de inflexión y que está más allá de la sentencia que dictó la jueza Sandra Heredia. En efecto, la salud del senador y precandidato Miguel Uribe Turbay, quien permanece en la Fundación Santa Fe tras el atentado sicarial del que fue víctima el pasado 7 de junio, se llevó a colación durante varios minutos.
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La conclusión fue una: se va a esperar hasta finales de febrero próximo, e incluso no se descarta que hasta los primeros días de marzo, para ver cómo evoluciona la salud de Uribe Turbay y si en algún punto de ese tiempo tiene viabilidad su retorno a la contienda electoral.
De acuerdo con los argumentos que se esgrimieron en esa cita, hasta hoy desconocida, las fechas son claves. La razón es que el límite para inscribir candidatos presidenciales se vence el 13 de marzo del próximo año, exactamente cinco días después de que se dé la cita a urnas para elegir a los próximos senadores y representantes.
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Este diario indagó con varios de los presentes en el encuentro de Llanogrande, al igual que con fuentes externas –pero con lazos con estas fuerzas–, y estableció que el expresidente Uribe ha dialogado al menos dos veces de forma directa con el padre del senador Uribe, Miguel Uribe Londoño. Durante esos acercamientos se tocó la evolución de la salud del legislador, pero –de acuerdo con personas que supieron de lo hablado– todo se trató bajo el respeto de la dignidad del congresista y de su familia.
Uribe Londoño no estuvo en la cita en el club antioqueño, pues esta fue de un círculo cerrado del Centro Democrático, pero lo que habló con Uribe Vélez sí se abordó durante ese encuentro. Y, según confirmó El Espectador, todos estuvieron de acuerdo en avanzar con la campaña a fondo de cara al 2026, pero mantener la puerta abierta para que si se dan las condiciones físicas para que Uribe Turbay retorne a la disputa electoral, se le dé el apoyo y se cierren filas en torno a su nombre.
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Eso encaja con otra decisión que se terminó de cocinar ese miércoles en medio de algunos asuntos relacionados con el fallo que se conoció seis días después y con los que se busca enfrentar a la izquierda que lidera el presidente Gustavo Petro. Los precandidatos, con el guiño del ahora condenado exmandatario, definieron contratar a una o incluso dos encuestadoras internacionales para definir quién enarbolará la aspiración presidencial a nombre del uribismo.
La idea de que sea una firma extranjera es evitar que se puedan desatar polémicas con una eventual inclinación hacia alguno de los precandidatos, y por eso se han puesto sobre la mesa algunos nombres; uno fue el de Atlas Intel.
Si bien la metodología aún está en construcción, el acuerdo preliminar es que el sondeo se realice entre octubre y noviembre próximos y quien quede de primero sea el candidato del Centro Democrático. Los demás rodearían su aspiración y, de paso, se les daría carta abierta para entrar a las listas al Congreso.
El plazo para inscribirse en la búsqueda de una curul se vence el 8 de diciembre de este 2025, lo cual indica que quien gane la encuesta podría quedar por fuera de todos los escenarios si el senador Uribe Turbay recupera su salud después de esa fecha –y antes del 13 de marzo de 2026 (cuando se cierra el calendario para postular oficialmente una aspiración presidencial)–, pues el acuerdo es rodearlo a él. En esta ecuación también están las consultas que se harían el 8 de marzo, día de las elecciones de Congreso, cuando varios aspirantes de derecha y centro-derecha podrían medirse para elegir una sola ficha para respaldar.
El otro frente de batalla
Pero luego de hablar de estos asuntos se llegó a uno que conecta precisamente con el Capitolio. Lo que quiere el grueso del Centro Democrático, incluyendo al mismo Uribe Vélez, es que se apueste por listas cerradas a Senado y Cámara. Incluso, algunas fuentes que han seguido de cerca estas negociaciones aseguran que la cabeza de esas listas, independiente a la condena a 12 años que se le confirmó el viernes, la elegiría el propio expresidente. De todo esto ha estado atento el exmandatario, y lo seguirá haciendo, a través de los canales que tiene abiertos con sus alfiles, al mismo tiempo que sigue pendiente del proceso penal que pesa en su contra.
Pero luego del 28 de julio, cuando la jueza Heredia confirmó que el expresidente Uribe era culpable de dos delitos, y del 1 de agosto, día en que se confirmó que la condena era a 12 años de cárcel con prisión domiciliaria, comenzaron a surgir voces que le han enviado mensajes al exmandatario para que dé el guiño y se decida por abrir al menos la lista al Senado.
El argumento que se esgrimió es que eso haría que cada uno de los 100 candidatos que están en una lista de este tipo tengan que hacer campaña de lleno y por todo el territorio buscando votos y defendiendo lo que este sector político considera es “la inocencia” de Uribe; además, se podría generar un compromiso de buscar recursos –al mismo tiempo y por igual– para garantizar la campaña. No obstante, los que tienen aún la intención de que la plancha se mantenga cerrada insisten en que eso facilita la pedagogía electoral.
En medio de todo esto, de acuerdo con más información que recopiló El Espectador, se registró otra reunión el martes 29 de julio donde estos temas, al igual que la condena a quien es considerado el jefe máximo y fundador del Centro Democrático, fueron abordados. La cita fue virtual y comenzó pasadas las 6 de la tarde y se realizó con los 28 legisladores actuales del partido (son 12 senadores y 16 representantes).
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Ese día no estuvo el exjefe de Estado, pero todos los asistentes tuvieron oportunidad de hablar sobre la sentencia condenatoria y los pasos políticos que ahora deben darse para potenciar la campaña. Ahí fue que, precisamente, se ventiló la posibilidad de abrir la lista al Senado y mantener cerradas las de Cámara, en especial las de dos regiones claves: Bogotá y Antioquia.
Eso sí, ese martes, tras unas tres horas de reunión, se acordó que todos como bancada y los mismos precandidatos enfilarán baterías en defender a fondo a Uribe y su legado, y que desplegarán movidas nacionales e internacionales para intentar revertir lo que consideran es un ataque de carácter político con visos judiciales. Uno de ellos es precisamente la marcha que anunciaron para este 7 de agosto. Pero, según todos los integrantes de esta colectividad, lo harán –según su relato– dentro de los canales institucionales y democráticos.
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En todo caso, según se confirmó en las dos citas –la de Llanogrande del 23 de julio y la virtual que se hizo seis días después–, quedó claro que la condena contra el expresidente Uribe Vélez debe ser parte de la narrativa electoral con la que enfrentarán la campaña de 2026 y que todo puede dar un giro si Uribe Turbay entra de nuevo a la contienda.
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