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Así estalló el escándalo por presunto acoso en Minigualdad


Una lideresa indígena dijo, en su carta de renuncia al Ministerio que encabeza la vicepresidenta Márquez, que un miembro de la cúpula de la entidad la acosó. El caso escaló a la Procuraduría. Esta es la historia.

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José David Escobar Franco
20 de febrero de 2025 - 02:30 a. m.
“La carta que yo radiqué era una forma de no irme con las manos vacías en materia de dignidad, porque me fui diciendo la verdad”: Sandra Cobos
“La carta que yo radiqué era una forma de no irme con las manos vacías en materia de dignidad, porque me fui diciendo la verdad”: Sandra Cobos
Foto: Andrea Hernández Briceño
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Más de siete horas después de que este diario destapara las denuncias contra el viceministro Nelson Lemus Cruz, del Ministerio de la Igualdad, por presunto acoso sexual hacia una de sus subordinadas, la vicepresidenta Francia Márquez lanzó un comunicado sobre esa situación en el seno de la cartera que dirige.

En el documento confirmó que el pasado 14 de febrero –día en el que este diario comenzó a indagar de manera formal por el caso– recibió una carta de renuncia motivada de una funcionaria que habría sido víctima de acoso dentro de la entidad. “Ese mismo día instruí a la Oficina de Control Interno Disciplinario con el fin de trasladar a la Procuraduría General de la Nación, para que se inicien las acciones de investigación correspondientes”, señala el comunicado.

En el texto oficial se dice que la entidad dispondrá canales de atención para que la afectada tome las medidas que considere, aunque se abstiene de hablar en torno a si habrá acciones directas por el caso relatado sobre un funcionario de la cúpula de su entidad; también se omiten los nombres de los implicados, incluyendo al viceministro Lemus, quien actualmente sigue al frente del cargo. Incluso, en ninguno de los seis párrafos se hace referencia a la denuncia que también enfrenta este funcionario en la Fiscalía desde diciembre de 2024 por otro caso de presunto acoso sexual en el Viceministerio y que este diario igualmente reveló.

El mismo día, el viceministro Lemus rompió su silencio y negó las acusaciones en su contra. En su pronunciamiento, aseguró que la salida de Sandra Cobos del Ministerio ocurrió sin que manifestara quejas previas. Además, afirmó que los medios supuestamente han tergiversado la situación. Asimismo, anunció que solicitó a la Procuraduría que investigue el caso con el siguiente preámbulo: “Consciente de que siempre he actuado con mi característico cariño y amabilidad hacia todas las personas con las que me relaciono”. Sin embargo, tampoco se refirió al proceso que enfrenta en la Fiscalía.

El escándalo que destapó este diario tuvo su génesis en un baño de mujeres del Ministerio de la Igualdad. El viernes 14 de febrero, una advertencia fue varias veces escrita con labial rojo y borrada nuevamente: “CUIDADO, en vicepueblos hay un acosador sexual! Hay denuncias”. Ese día circulaba en chats de trabajadoras del Ministerio la carta de renuncia que 24 horas antes había enviado Sandra Cobos, en la que señalaba al viceministro Lemus, quien fue su jefe, de haberla acosado sexualmente.

Cobos, hija del pueblo muisca y exgobernadora del cabildo de Bosa, logró en 2015 una de las primeras consultas previas en un contexto urbano tras una tutela contra la Alcaldía de Gustavo Petro. Ingeniera de producción y especialista en derecho de tierras, en junio de 2024 ingresó como profesional especializada al Viceministerio de Pueblos Étnicos y Campesinos del Ministerio de la Igualdad. Consideraba un honor trabajar con el viceministro Nelson Lemus, líder nasa de Cauca. Pero en dos meses, tras exponerse a los hechos que hoy denuncia, su percepción cambió.

“Él saludaba a muchas mujeres con abrazos y besos, con mucho contacto físico”, contó Cobos a El Espectador. También le parecía extraño que la hiciera quedarse después del horario laboral para hablar de sus tareas y que en esas reuniones le dijera: “Me simpatizas”.

A finales de julio, en una reunión con directivos, Cobos cuenta que Lemus le tomó la mano y la acarició. “Me sentí incómoda y avergonzada”, relató. Una testigo confirmó el episodio. Días después, agrega la denunciante, el viceministro la invitó a viajar solos a Caquetá. Cobos, al notar que no era una actividad oficial, se excusó diciendo que debía acompañar a su padre a un procedimiento médico.

La lideresa cuenta que el viernes, en un desayuno con su jefe, ocurrió lo siguiente: Lemus le insistió: “¿No tiene primos o hermanitos que puedan llevarlo?”. Luego le pasó su celular y le pidió que llamara a su familia para buscar otra opción. Cobos intentó negarse, pero él persistió. Para salir del paso, ella les escribió a sus familiares pidiéndoles que la siguieran en la conversación. Cuando Lemus la obligó a poner la llamada en altavoz y quedó claro que nadie más podía acompañar a su padre, desistió. Al otro día, el viceministro le informó que no había viajado a Caquetá y le propuso que hicieran planes, pero ella siguió negándose.

El lunes, de nuevo en el trabajo, “pasó de saludarme de beso y abrazo a no determinarme”, contó Cobos. Ella asegura que, tras dejarle claro a Lemus que no deseaba nada con él, enfrentó represalias laborales y maltratos, y cuando en talento humano le dijeron que debía discutir el caso con su presunto acosador en el comité de convivencia, prefirió renunciar. Solo lo hizo seis meses después, cuando aseguró otro empleo.

Pero como también reveló El Espectador, no es el único caso. En efecto, desde el 26 de diciembre de 2024 el viceministro enfrenta una denuncia penal en la Unidad de Delitos Sexuales de la Fiscalía por presunto acoso sexual. Este diario tuvo acceso a parte de ese expediente –que se encuentra activo y en etapa de indagación–, en el cual se describe que “varias mujeres (víctimas) que participan de la nómina del Viceministerio (...) han sido acosadas sexualmente por el viceministro Nelson Lemus Cruz y, al no acceder (a) sus propósitos delictivos, las mujeres han sido acosadas laboralmente (...) Esta situación ha generado intimidación y miedo a denunciar”.

La lideresa Cobos se debate entre llevar su caso a la justicia ordinaria –más allá de la Procuraduría– o a la jurisdicción indígena. Afirma que ha recibido el apoyo de otras mujeres indígenas que han vivido situaciones similares en sus comunidades y no han encontrado respaldo en la justicia étnica.

Para Cobos, dar a conocer su caso abiertamente también es un acto de dignidad: “En este ejercicio de reivindicación de derechos de mi comunidad, hemos dado una lucha constante para poder decir que, en efecto, somos indígenas, que tenemos unos usos y costumbres, que tenemos una tradición, que tenemos un territorio y que necesitamos que nuestro territorio sea respetado para permanecer y pervivir. La carta que yo radiqué era una forma de no irme con las manos vacías en materia de dignidad, porque me fui diciendo la verdad”.

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José David Escobar Franco

Por José David Escobar Franco

Periodista e internacionalista. Becario del International Center for Journalists (ICFJ) en 2024 y del programa Puentes de Comunicación de la DW Akademie, Efecto Cocuyo y El Faro en 2022.@JoseD_Escobarjdescobar@elespectador.com
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Manuel Duran(8t5ff)26 de febrero de 2025 - 04:35 p. m.
Este individuo debe ser juzgado por un consejo indigena y condenado a muerte para calmar la iras de los dioses en un sacrificio humano. Espero que suceda pronto
Felipe Fegoma(94028)21 de febrero de 2025 - 01:04 a. m.
Niñas indígenas que sufren abusos por parte de parientes, incluso de primer grado, pero a eso lo llaman "sabiduría ancestral". ¿Justicia indígena?¿Es un chiste?. No sé contemplan los abusos contra mujeres en esas tradiciones brutales. No hay más justicia que la de los códigos surgidos del Congreso de la nación, la ley debe ser igual para todos, también para los indígenas, que deben abandonar esos hábitos, creencias y supersticiones que no tienen cabida en el S. XXI. Todos tienen celular y moto.
angel perez martinez(oyg0i)20 de febrero de 2025 - 01:58 p. m.
Un problema de la izquierda progresista es que siempre denunció este tipo de hechos, hoy no está claro qué hace? Alcahuetea, oculta y mira para arriba? tolera? En fin, esto no está bien y no es ejemplo para nadie
EDUARDO BENAVIDES LEGARDA(72582)20 de febrero de 2025 - 01:02 p. m.
El petrismo es un lodazal pútrido.
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