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Clientelismo y corrupción: los riesgos de tener tantos partidos y poco control

Luego de que el Nuevo Liberalismo reviviera, se dio una cascada de restauraciones de personerías jurídicas de antiguos partidos políticos. Hoy el país cuenta con un total de 28 y vienen más de cara a las elecciones regionales de este año. ¿Cuáles son los riesgos que eso implica en los próximos comicios?

Laura Duarte Sandoval

20 de enero de 2023 - 07:44 p. m.
Cuando muchos partidos entran al sistema político nadie asume responsabilidades, dicen los expertos.
Foto: Getty Images
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La estabilidad del sistema político en Colombia está en riesgo por el incremento de partidos políticos. Según datos de la Misión de Observación Electoral (MOE), actualmente hay 28 organizaciones políticas con personería jurídica, mientras que en 2019 eran sólo 16. Eso quiere decir que ha habido un incremento del 75% en el número de partidos reconocidos, que tienen acceso a financiación estatal, participación en los medios de comunicación y con la capacidad de entregar avales para las elecciones regionales de 2023.

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Esa situación implica varios riesgos en el proceso de elección de autoridades políticas y de miembros de corporaciones públicas. No sólo dificulta la representación, sino que también podría limitar la vigilancia y el control, dando mayor espacio a la ejecución de delitos, clientelismo y corrupción. En palabras de Alejandra Barrios Cabrera, directora de la MOE, “no tenemos una institucionalidad electoral con una buena capacidad de control, por lo que sería imposible hacerle seguimiento a la financiación de todas las campañas políticas, a las transacciones y candidaturas”.

Cuando se adoptó una reforma política en el año 2003, fue posible construir un sistema de partidos relativamente organizado. Se establecieron una serie de requisitos para que menos movimientos pudiesen obtener la personería jurídica; igualmente, disposiciones y mecanismos de democracia interna para construir partidos más transparentes. Si bien hasta el momento ese marco normativo se mantiene -para crear un partido se necesita obtener el 3% de los votos válidos en las elecciones para el Senado y la Cámara-, una serie de excepciones legales han incrementado el número de organizaciones políticas.

(Lea: “Resurrección del partido de Andrés Pastrana: ¿fractura en el conservatismo?”)

En el 2013 la Unión Patriótica volvió a ser partido luego de que el Consejo de Estado le pidiera al CNE que le devolvieran la personería jurídica pues la organización fue víctima de un genocidio político. Se trató de una excepción en el mecanismo, el problema fue cuando esa excepción se empezó a convertir en regla. En 2021, el Nuevo Liberalismo revivió luego de que los hermanos Galán lograrán su reconocimiento por el magnicidio de su padre, Luis Carlos Galán. A partir de ahí, varios han dejado sus solicitudes ante la autoridad electoral para ser dueños de su propio partido.

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Hay una regla general que se ha venido flexibilizando (...) y hay otras solicitudes que querrán pegarse o invocar alguna de las razones que han presentado otros movimientos. Se desestructuró el sistema de partidos que teníamos y la consecuencia es que se han duplicado los movimientos, por una serie de solicitudes que han tenido el visto bueno del Consejo de Estado y de la Corte Constitucional”, explica Armando Novoa, abogado y ex magistrado del CNE.

Aunque han surgido varias excepciones para revivir u obtener la personería jurídica, según Novoa, tras el reconocimiento del Nuevo Liberalismo, “vino en cascada las solicitudes de varios partidos que estuvieron en una situación similar”. Por ejemplo, Ingrid Betancourt logró que se reconociera Verde Oxígeno por su secuestro, que limitó sus derechos políticos; el Partido Comunista Colombiano había hecho parte de la UP y el Movimiento de Salvación Nacional, por el magnicidio del que fue su fundador, Álvaro Gómez Hurtado. Mientras tanto, el expresidente Andrés Pastrana quiere recuperar la personería de Nueva Fuerza Democrática y el excandidato presidencial Federico Gutiérrez quiere fundar Creemos Colombia, bajo otras razones.

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Muchos partidos: ¿cuál es el problema?

“Cuando muchos partidos entran al sistema político nadie asume responsabilidades, nadie sabe quién está haciendo qué y se reduce la transparencia y el control. Es importante que haya diversidad, pero, de tal forma que el elector pueda identificar sus posturas y preferencias, sin que el sistema esté atomizado”, explica Juan Federico Pino, profesor e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Mientras tanto, Renato Contreras, exmagistrado del CNE, dice que en Colombia pasamos de tener partidos fuertes a unos cada vez más débiles: “el partido mayoritario en el Senado tiene solo el 20% de las curules, por lo que el Ejecutivo tiene que gobernar a través de la figura de la coalición; también se puede ver limitada la gobernabilidad”, dice.

Aunque ha aumentado la dispersión, Petro ha logrado construir gobernabilidad a través de la figura de la coalición e impulsar su agenda legislativa. Sin embargo, aplicándolo a las elecciones locales de octubre, el riesgo podría ser mayor: “vamos a tener unas organizaciones políticas que no tienen una arquitectura interna. No le podrán garantizar a los ciudadanos que son serias, que tienen la capacidad de vigilar a sus políticos y que tienen una propuesta en materia de política pública”, dice Barrios. La personería jurídica ofrece la posibilidad de dar avales a candidatos para competir por cargos de elección popular, por eso, para la MOE existe el riesgo de que “haya una proliferación de candidaturas avaladas. En el peor de los casos, organizaciones políticas podrían vender avales”, lo que es un delito electoral.

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Mientras tanto, según Pino, la competencia por el poder entre pocos partidos políticos tendría varios aspectos positivos: primero, la posibilidad de construir un voto más informado, pues será más sencillo estudiar las propuestas; en segundo lugar, se fortalece el proceso de rendición de cuentas pues, la gente podrá saber qué fue lo que escogieron y reclamar al partido si lo hace mal; y, por último, identificar cuáles son la distintas posturas ideológicas y consolidar un voto más programático, no emocional y/o personalista.

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¿Cuáles son las salidas?

Es tarea del Consejo Nacional Electoral (CNE) estudiar cada uno de los casos y cerrar la puerta cuando las solicitudes no sean bien justificadas. “En el periodo pasado varias fueron negadas porque no cumplían con los requisitos o porque no acreditaron las situaciones de violencia”, dice el exmagistrado Contreras. Esa es una posibilidad para evitar la “hemorragia de partidos”, sin embargo, “la limitación de esa proliferación va a ser muy difícil porque hay unos precedentes administrativos y los solicitantes van a apelar en virtud del ‘derecho a la igualdad’”, señala.

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Aunque el CNE podría ponerle frenos al incremento, es necesario que este debate llegue de nuevo al Congreso. Allí se podría regular otra de las vías por las que aparecen nuevos partidos cada periodo: “las coaliciones son una estrategia que usan organizaciones grandes y pequeños para lograr mantener o conseguir la personería jurídica”, explica Bibiana Ortega, docente de Ciencia Política de la Universidad Javeriana. El artículo 263 de la Constitución Política contempla que los partidos o movimientos que sumados obtengan una votación superior al 15% en las elecciones, podrán tener representación en el Congreso. Fue de esa la forma por la que el Polo Democrático, Colombia Humana, Maíz y otras agrupaciones llegaron a ser partido.

Últimamente también recibió la personería jurídica Fuerza Ciudadana, del gobernador de Magdalena Carlos Caicedo; Liga Gobernantes Anticorrupción, de Rodolfo Hernnadez; ¡En Marcha!, del exministro Juan Fernando Cristo; y, Fuerza de la Paz, fundado por el actual presidente del Senado Roy Barreras. Aunque por diversas razones el CNE los colocó en el mapa, lo cierto es que para los expertos es necesario buscar una vía para evitar una mayor atomización del sistema de partidos.

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Por Laura Duarte Sandoval

Periodista y politóloga de la Universidad Javeriana de Bogotá, con énfasis en comunicación política, democracia, procesos electorales y movilización social.@laurad_duartelduarte@elespectador.com
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