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Constituyente, un viejo y fervoroso anhelo del uribismo

Aunque la propuesta recién la retomó la senadora Paloma Valencia tras la orden de detención domiciliaria contra el expresidente, se trata de un planteamiento que han lanzado el propio Uribe y hasta el hoy presidente Iván Duque.

05 de agosto de 2020 - 12:52 p. m.
En 2013, el propio Duque decía que Colombia no necesitaba un mecanismo de ese calibre, en tanto podría poner al país en “una peligrosa interinidad institucional”. /Archivo El Espectador
En 2013, el propio Duque decía que Colombia no necesitaba un mecanismo de ese calibre, en tanto podría poner al país en “una peligrosa interinidad institucional”. /Archivo El Espectador

Si bien la propuesta que lanzó la senadora Paloma Valencia, secundada por el Centro Democrático, de realizar una constituyente prendió las alarmas –justo tras conocerse la detención domiciliaria contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez–, se trata de un viejo anhelo que viene pregonando desde hace años el uribismo.

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Ya en febrero de 2016, meses antes del plebiscito para refrendar el Acuerdo de Paz, era el propio Uribe quien abogaba por una constituyente para “revisar y modificar” lo pactado en La Habana (Cuba). En ese entonces, el expresidente negaba un proceso constitucional si buscaba “ratificar los acuerdos”, pero veía como una oportunidad el mecanismo para reexaminar el Acuerdo.

“Si van a conformar esa figura para ratificar los acuerdos no podríamos estar de acuerdo. Pero si hay una constituyente democrática, con limitaciones para participar en ella y con facultad para revisar y modificar los acuerdos de paz, la apoyaríamos”, manifestó en su momento el senador en diálogo con RCN Radio.

Sin embargo, en mayo de 2017, pasado el plebiscito, la idea la retomó el hoy ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, quien señalaba que el desafío del partido –previo a la contienda presidencial– era “reformar la justicia” y convocar una Asamblea Nacional Constituyente “para reformarla”.

“La pérdida de la libertad de los culpables de graves crímenes tiene que ser de verdad. Nada de ver a 60 líderes de grupos terroristas dizque con su libertad restringida, caminando arrogantes en ferias del libro seguramente celebrando que perdieron el plebiscito”, alegaba el hoy funcionario.

Incluso, en octubre de 2017, el propio presidente y entonces senador Iván Duque expresaba su anhelo de reformar la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), bien sea a través de un acto legislativo, referendo o una constituyente. Su planteamiento quedó plasmado en una columna en el diario El Colombiano.

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“¿Cómo se puede reformar la JEP? A través de un acto legislativo, un referendo —dado que su vida implica reformas a la Constitución— o a través de una Constituyente. Esos mecanismos se pueden emplear, mucho más cuando la propia Corte ha dicho que los Acuerdos no hacen parte del bloque de constitucionalidad y por lo tanto su desarrollo debe estar compaginado con los principios esenciales de nuestra Carta Política como el debido proceso y el mandato de proteger la vida, honra y bienes de los colombianos”, dijo.

Sin embargo, esa postura contrasta por lo dicho años atrás por el propio Duque, quien decía que Colombia no necesitaba un mecanismo de ese calibre, en tanto podría poner al país en “una peligrosa interinidad institucional”. “Una Asamblea Constituyente sería darle el premio a las FARC de influir en la arquitectura institucional de Colombia”, opinaba el hoy mandatario.

En todo caso, pesos pesados del partido han insistido desde hace tiempo en un mecanismo que, argumentan, “despolitice la justicia” y permita recuperar la confianza en las instituciones. En 2015, el entonces senador Alfredo Rangel proponía una constituyente “para refrendar los acuerdos”.

Un año después, el senador José Obdulio Gaviria alegaba que el país se encontraba en una “laguna constitucional, porque no ha podido encontrar los mecanismos ni las fórmulas para hacer una reforma integral a la justicia”.

Por ello, insistía en una Asamblea con el único objetivo de reformar la justicia. “Debe ser pequeña, con gente inmune, que nadie pueda ir a capturarla mientras esté en función, que no pierdan investidura mientras esté en función, una Constituyente regida por la Constitución, con temario exclusivo: la justicia y todo lo que ella conlleve”, manifestaba Gaviria.

La idea la volvió a retomar Paloma Valencia, que en la plenaria del Senado comenzó su intervención diciendo que “es un momento muy triste para Colombia”, pues “se está perdiendo la libertad de uno de los colombianos más importantes de la historia”. A pesar de asegurar que, siguiendo las enseñanzas de Uribe, mantienen la fe en las instituciones, la congresista caucana procedió a proponer el fin del sistema de cortes que existe actualmente.

“Colombia necesita una gran reforma a la justicia, Colombia no puede seguir con una justicia politizada cuyos ojos están abiertos a ver a quién le aplican la ley”, declaró Valencia, para luego cristalizar su propuesta de una nueva justicia: “Se necesita una constituyente para crear una corte única que permita unificación, claridad y anule el sentimiento de trampa que muchos colombianos piensa. Una sola corte con magistrados íntegros donde no haya ninguna puerta giratoria con la política y que renuncien a cualquier vínculo electoral”.

Justo este miércoles, en diálogo con la emisora W Radio, Valencia reclamó del Gobierno Duque un espaldarazo a su propuesta: “Esperamos que el Gobierno se comprometa con sacar la constituyente”, declaró.

Con el uribismo ya en la Casa de Nariño y en medio de la detención del expresidente, ¿el uribismo podrá al fin concretar su anhelo? Aún restan dos años de gobierno.

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