Gobierno y oposición ya tienen claro que su destino en las elecciones de 2026 podría definirse con el resultado de la consulta popular convocada por la Casa de Nariño. Y es por eso que los partidos opositores al Ejecutivo de Gustavo Petro ya comenzaron a abanderarse del “no” y el abstencionismo para impulsarse en el tablero electoral y ganar el pulso que los enfrentará anticipadamente con la izquierda en las urnas en los próximos meses.
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Y si bien a la Casa de Nariño se le señaló de haber adelantado la campaña para los próximos comicios, sus opositores también se montaron en el bus. El objetivo no es menor, pues buscan mantener vigencia después de una “victoria” legislativa que les permitió hundir la reforma laboral en la Comisión Séptima del Senado, donde ya comenzaron las movidas para que la de la salud tenga el mismo destino, aunque esta todavía no se ha radicado en la cámara alta.
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Así es que las campañas por el “no” en la consulta y por la abstención ya comenzaron a definirse, bajo la certeza de que la iniciativa recibiría el visto bueno del Senado para realizarse. Solo un partido ha dicho que no apoyará ese trámite.
El partido de Germán Vargas Lleras, que ya se pronunció para calificar de “nefasta iniciativa” a la reforma, se fue por el mismo lado después de una reunión de bancada de este pasado martes. Los 11 puestos de Cambio Radical en el Senado tendrán, por mandato de la colectividad, que votar en contra en el trámite de la iniciativa.
Pero la decisión no fue unánime, y una de las voces contra el voto negativo de la consulta fue el del senador Temístocles Ortega, el reemplazo de David Luna en la curul y quien ha sido señalado de tener cierta cercanía con el gobierno Petro por su pasada designación como embajador de Colombia en Chile. Según precisó, una decisión como esa debía ser tomada posterior a conocer las preguntas que estarían en la consulta, no antes.
“Yo creo que hay que abrirle paso a que la gente se exprese, a que la Constitución del 91 tenga plena vigencia, a que la gente pueda decidir en aquellos temas que le afectan y que le importan. Esos son los mecanismos de participación ciudadana, de manera que yo soy partidario de la consulta popular”, aseguró.
Sería por eso que las otras bancadas han dudado en tomar una posición similar hacia esa propuesta del presidente en su trámite por el Senado. La advertencia ya había venido del ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, quien señaló que, si no pasa esta iniciativa, el presidente Petro habrá sido al único al que se le habrá negado usar las herramientas establecidas de la Constitución.
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El Centro Democrático, incluso, no ha tomado una decisión sobre su posición frente a la consulta en su trámite por el Senado. Eso podría definirse en la próxima reunión de la bancada, pero lo cierto es que ni el líder natural de la colectividad, el expresidente Álvaro Uribe, hizo mención alguna de eso en su intervención de este martes desde Medellín. Allí, de todas formas, fue claro en que el partido presentará proyectos que permitan la protección a los trabajadores y empresarios, tras calificar a los articulados del Gobierno como “reformas de odio de clases”.
Entre todo eso, sí quedaría claro que ambas agrupaciones impulsarían el “no” en las votaciones, aunque el abstencionismo es visto por algunos como la mejor opción. Quienes ven este camino como el más viable señalan que solo así podrían sacudirse el costo político de no respaldar una reforma que ha sido publicitada por el Gobierno como la que mejorará las condiciones laborales de los trabajadores y que, además, sería un mensaje en respaldo a las decisiones del Congreso.
Por allí se iría otro de los movimientos que cocina su llegada al tablero electoral: la coalición conformada por el Partido Conservador, el Partido Liberal, el Partido de la U, el Nuevo Liberalismo y ALMA (que agrupa a Colombia Justa Libres, ADA, Liga de Gobernantes Anticorrupción y el Partido Demócrata Colombiano).
Esa reunión de colectividades se terminó de concretar este lunes en la casa de César Gaviria, el presidente de los liberales, a la que asistieron los líderes de casi todas las colectividades, quienes buscan presentarse como una alternativa a la división entre petrismo y antipetrismo. Desde los conservadores, estuvieron el presidente del Congreso, Efraín Cepeda, y la presidenta de la colectividad, la senadora Nadia Blel; de La U, los codirectores Alexander Vega y Clara Luz Roldán; y del Nuevo Liberalismo, Juan Manuel Galán, quien preside la agrupación.
Precisamente, un día después, en declaraciones posteriores al archivo de la reforma laboral, tanto Cepeda como Blel aseguraron que no “le tienen miedo a la consulta” y que tendrán que esperar a que la propuesta sea radicada en el Senado.
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Eso sí, esta movida que espera anunciar esa coalición en los próximos días sería una prueba más de una campaña adelantada para 2026. Y las tensiones ya están altas, pues mientras el presidente Petro habló de “sacar” a los congresistas que voten en contra del pueblo y ya ha hecho repetidos llamados a un “frente amplio” para los próximos comicios, la oposición no se queda atrás.
No es poco que Cambio Radical ya haya respaldado la candidatura —aún extraoficial— de Vargas Lleras, ni las cinco aspiraciones que maneja, por su lado, el Centro Democrático. “Que esta campaña nos obligue a hacer compromisos serios y con palabra de gallero. Para eso necesitamos las mayorías del Congreso”, señaló Uribe en su intervención este miércoles.
Y ese primer pulso en las urnas con la consulta popular no será fácil. Mientras el Gobierno saca pecho por las manifestaciones de este martes y el apoyo popular que se mantiene del lado del mandatario, tendrá que conseguir más de 13′600.000 votos a favor, un número superior al que consiguió Petro en segunda vuelta (11′292.758), y se enfrenta a perder gobernabilidad.
Por el lado de la oposición, tendrá que ver si logra abanderarse del momento político para impulsarse en las elecciones, después de haberse reducido en números en 2022. Especialmente cuando todavía hay fracturas internas que, como a la izquierda, lo dejan sin una candidatura clara.
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