“No apoyo que se utilicen cargos de poder para incidir en beneficio de familiares”

Quedan apenas dos días para que arranque el segundo año legislativo en el Congreso y el presidente (saliente) de la Cámara de Representantes, David Racero, hace un balance de su gestión en el primer año del Gobierno Petro. Asegura que una de sus frustraciones más grandes fue no lograr que se aprobaran en su mandato todas las reformas sociales del Gobierno.

En entrevista con El Espectador, el congresista habla de la reconfiguración de la bancada del gobierno y dice que la “prueba de fuego” será este 20 de julio, que se vuelvan a radicar algunas de las reformas como la de salud y pensión. Sobre la reforma laboral, señaló que están haciéndole algunas modificaciones al texto y que por eso no alcanza a estar sobre la mesa este jueves.

Racero sentó su posición sobre el nepotismo en el Gobierno, y aseguró que, aunque “no hay ilegalidad”, sí es cuestionable políticamente la práctica de utilizar cargos de poder para beneficiar familiares con puestos políticos o contratos con el Estado.

¿Cómo les fue en la reunión que tenían pactada con el presidente Petro el 14 de julio?

El presidente no llegó, nos informó Carlos Ramón (director del Departamento Administrativo de Presidencia) que estaba indispuesto y me imagino que estaba preparando el viaje a Bruselas del fin de semana. Entonces nos reunimos con Carlos Ramón, el ministro Luis Fernando Velasco y la ministra Gloria Inés Ramírez. Esperábamos al presidente Petro para escuchar sus lineamientos en este momento ya de tránsito hacia la nueva legislatura.

¿Cómo ve la radicación de reformas sociales y qué retos tienen para que no se vuelvan a quedar en el camino?

La agenda de reformas del cambio sociales se mantiene. No solamente se mantiene, sino que se intensifica y se amplía, porque no sólo seguiremos tramitando las reformas que ya pasaron en comisiones, como la de salud y pensión, sino que también se vuelve a radicar la laboral. Esa no se radicará el 20 de julio, sino que se esperará unos días posteriores porque la ministra nos comunica que se está ajustando el texto. Digo que se amplía porque vamos a radicar la reforma a la Ley 30, especialmente el tema de educación superior; y la reforma de servicios públicos.

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¿Qué están ajustando de la reforma laboral, qué cambios va a tener el texto?

Quiero aclarar que no son cambios de cero como algunos sectores han manifestado porque sería un exabrupto, pero la ministra sí ha manifestado querer adecuar algunas cosas. No, no entramos en detalle en la reunión que tuvimos con ella, así que esperaremos que ya la próxima semana consolidemos una mesa de trabajo para definir y revisar los ajustes de la reforma laboral. Esos cambios son información que no poseo. La ministra es la que está adelantando eso y creo que cuando ya lo tengo un poco más perfilado, pues lo van a dar a conocer públicamente.

Ustedes dejan una coalición de gobierno muy fragmentada en el Congreso, ¿cómo la van a recuperar?

Reconstruyendo la coalición. Hacemos el llamado a los congresistas que realmente tengan afinidad con la agenda del cambio. Muchos de ellos lo han expresado, muchos de ellos se hicieron elegir en campaña el año pasado bajo la promesa del cambio. Si no están de acuerdo con ello, es legítimo que no hagan parte de la coalición, pero que lo manifiesten. Nosotros como bancada del Pacto Histórico empujamos para hacer una coalición que realmente esté comprometida con las reformas.

¿Cuál de esas reformas va a ser la prioridad del gobierno?

Lo más importante es la reforma de educación. Es una de las reformas que realmente deberían generar más consenso social en toda Colombia, porque este es un país donde cada cuatro de diez bachilleres que se gradúan al año logran ingresar a la educación superior. Y de esos cuatro, sólo 2,5 logran terminar su carrera. La reforma va a eliminar barreras de acceso, ayuda a los a los jóvenes y a sus familias: es un gana y gana. Esta es una reforma estructural social de todo el país y es prioridad para la próxima legislatura.

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Antes del receso legislativo, en una entrevista que usted le dio a El Espectador dijo que pedía que “liberaran” a los congresistas para que tuvieran independencia dentro de los partidos. ¿Qué ha cambiado en estos días con los congresistas de cara a la reconstrucción de la coalición?

Es un exabrupto que a algunos congresistas se les haya permitido cercenar hasta su opinión y la voz. No solamente el voto, sino hasta la voz, que esa es la esencia fundamental de lo que es un Congreso. Eso es para nosotros abiertamente inconstitucional. Y hasta allá llegaron algunos partidos por un intento de sabotear la reformas. Yo digo que es sabotear porque una cosa es cuando los partidos o los congresistas hunden ciertos proyectos, es decir, que votan en contra; eso hace parte de la democracia, pero que expliquen por qué están en contra. ¿Por qué podrían estar en contra de la reforma laboral si eso va a beneficiar las condiciones de los trabajadores? Que lo digan abiertamente. Lo que vivimos al final de la legislatura fue una ausencia de ese tipo de discusión y más bien una estrategia para no tramitar los debates, dejarlos que se quedaran quietos, hundirse por falta del quórum, más no por una discusión deliberativa que es lo que tiene que tener el congreso.

Hablando de esos detractores, ha cogido mucha fuerza una coalición de oposición que quiere liderar Germán Vargas Lleras y que estaría buscando convertirse en un bloque sólido para tumbar las reformas…

Ese es el deseo del señor Vargas Lleras, y él como líder de oposición hace ese tipo de llamados. Yo lo que veo y estoy viviendo en estos días es más bien una coalición de gobierno que se está reafirmando, que se hace de manera deliberativa, como tiene que ser. Yo vuelvo a insistir en que ningún proyecto que ha radicado el gobierno ante el Congreso ha salido tal cual. Todos se han discutido, no se han pupitreado.

¿Y cómo están rearmando la coalición de gobierno?

La coalición se está reestructurando y la primera expresión de eso se verá el próximo 20 de julio, de cara a la conformación de las mesas directivas en Senado y Cámara que se tiene que refrendar con los acuerdos que teníamos previos. Seguimos firmes en esa voluntad expresa de tener mesas directivas también que puedan ayudar a sacar adelante las agendas del cambio y la coalición. Tenemos la primera prueba de fuego el próximo jueves.

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Hablando de esos relevos en las mesas directivas, es casi un hecho que su sucesor es Andrés Calle del Partido Liberal. Usted ya se reunió con él, ¿de qué hablaron?

En el representante Andrés Calle vemos a un congresista que está comprometido con las reformas sociales, lo manifestó durante todo este año legislativo, y él ayudó a construir justamente este proyecto del cambio. Él estuvo desde antes con nosotros en la campaña presidencial, tanto en primera como en segunda vuelta, así que es un congresista que si bien no es del Pacto Histórico, conoce muy bien la agenda que ha propuesto el presidente Gustavo Petro. Por supuesto, a nosotros como Pacto Histórico nos da ciertas garantías y tranquilidades, pero también tiene su arraigo al Partido Liberal, sobre todo en el sector más social.

Se dice que al representante Andrés Calle le conviene tener cerca al Pacto Histórico porque su hermano aspira a la gobernación de Córdoba y busca aval en el partido de Gobierno… pero además la relación de Calle con el Ñoño Elías y Musa Besaile ha sido muy cuestionada…¿qué decir ante esas críticas?

La relación que tenemos nosotros es con el representante Andrés Calle. Ya como lo comenté, se circunscribe en el marco de la agenda legislativa. Nosotros no tenemos ningún tipo de relación con las personas que está mencionando. Su hermano, que quiere ser gobernador de Córdoba, yo en lo particular no tengo ninguna participación en eso. Eso lo están definiendo los partidos. Se juntaron dos situaciones al unísono. La propuesta de que Andrés Calle sea el presidente de la Cámara se ha venido planteando desde el año pasado y no se tenía contemplado justamente que su hermano fuera a participar en las elecciones de Gobernación. Así que bueno, se juntan dos situaciones en este momento.

Representante, ¿qué balance hace usted de la gestión de los ministros?

Veo muy positivamente al gobierno, digamos que la agenda del año pasado, por lo menos la agenda legislativa realmente fue muy afortunada, nosotros tramitamos reforma tributaria, el Plan Nacional de Desarrollo y toda la agenda social que tenía que ver con campesinado y con procesos agrarios la sacamos adelante. ¿Qué si les pido a los ministros? Que agilicen la ejecución, ya lo que les compete realmente a ellos. Una vez aprobamos reforma tributaria y aprobamos Plan Nacional de Desarrollo, pues ya en este momento el balón está en la cancha del gobierno. Ya los ministros tienen hoy las condiciones para sacar adelante la agenda del cambio del presidente.

Y particularmente del ministro Luis Fernando Velasco, ¿qué opina? ¿Ha dado la talla?

El ministro que del Interior, que es el ministro que se encarga las relaciones con el Congreso, pues ha planteado una estrategia para reconstruir la coalición, orienta a los demás ministros de cara a priorizar los proyectos. Lo vemos trabajando de manera juiciosa en la reconstrucción de esta coalición y ese será el punto de medida para el próximo 20 de julio en adelante. Así que bueno, esperamos que con el liderazgo del ministro Velasco recomponga la coalición y se recupere esa relación Gobierno - Congreso.

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Este ha sido el gobierno del cambio de ministros…¿eso ha incidido en que se atrase la agenda?

Creo que en eso está la discusión, por supuesto, en el marco de repercusiones que genera. Pero también otras cosas que hemos tenido en contra, las mentiras, la oposición de distintos sectores, etc. Pero también errores propios del Gobierno y uno no puede negarlos. Creo que en eso cada vez los ministros han venido afinándose los cambios de gabinete que ha hecho un presidente Gustavo Petro con ministros, por ejemplo, que tengan una identidad en más cercana a la propuesta originaria del presidente.

Creo que Carlos Ramón González, compañero de él (Petro) de hace décadas de y de otro tipo de procesos, es una persona que ha servido justamente para tener un complemento en términos de visión política y creo que eso ha sido muy saludable.

¿Usted cree entonces que el presidente está bien rodeado, después de la salida de Laura Sarabia?

Creo que Carlos Ramón está teniendo ese doble papel de acompañamiento de lo que tenía Laura antes como jefa de Gabinete, y también aparte como director del Dapre. Le ha tocado asumir dos roles al tiempo. Yo creo que el presidente tiene muy clara la visión, es un presidente que sigue escuchando como lo ha hecho con anterioridad, una persona con un talante que hace que defienda hasta el final sus ideas.

La semana pasada fue noticia los posibles casos de nepotismo de varios ministros que tienen a sus parejas o familiares como contratistas del Gobierno. ¿Ustedes tenían conocimiento de esos casos? ¿Qué opinión le merecen?

En términos personales no tenía conocimiento de eso. El nepotismo es una afrenta contra la democracia, en términos de concepto. Lo preocupante es si se utiliza un espacio de poder para beneficiar a familiares, eso es nepotismo u otro tipo también de vicios que hasta pueden llegar con la ilegalidad. En este caso no hay ilegalidades, es más bien el cuestionamiento político que puede haber detrás en una práctica que lastimosamente se normalizó en nuestro país, y que yo en lo personal he criticado.

Yo no estoy de acuerdo con que se utilicen cargos de poder para incidir en beneficio de familiares. Así que creo que es un debate abierto que se hace y que creo que debe avanzarse. Claro, obviamente en este momento ese cuestionamiento se hace de manera más férrea, pese a que eso ha sido una práctica constante en nuestro país, porque pues uno entiende obviamente que en un escenario como estos, pues esas críticas salgan de esa manera.

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